FotoCívicas: ¿Una solución innovadora para la seguridad vial en la CDMX? - Pasajero7

FotoCívicas: ¿Una solución innovadora para la seguridad vial en la CDMX?

FOTOCIVICAS

ESCRITO POR: Itzel Hernández

Mtra. en Gestión Pública del CIDE / ixetl1@gmail.com

Fotocívicas es un programa implementado por la Secretaría de Movilidad de la Ciudad de México que sustituye al esquema convencional de sanciones económicas por un modelo de sanciones cívicas para las infracciones de tránsito detectadas mediante dispositivos de fotoinfracción. Aunque Fotocívicas ha recibido diversas críticas, también ha demostrado algunos resultados favorables, lo cual lleva a reflexionar sobre su pertinencia para el desafío de seguridad vial de la ciudad.

A grandes rasgos, el programa funciona de la siguiente manera: una vez que se detecta y confirma la infracción, se asigna una sanción cívica basada en los puntos perdidos por la placa del vehículo, los cuales dependen del tipo y número de infracción cometida. Estas sanciones consisten en actividades de formación en seguridad vial y sensibilización sobre la convivencia vial segura, y en caso de reincidencia, también se requiere realizar servicio comunitario.

La transición a este programa responde a los problemas de corrupción asociados con Fotomultas, el programa implementado anteriormente, los cuales involucraban tanto a la empresa operadora de los dispositivos de fotodetección como a la selección de sus ubicaciones con criterios recaudatorios. Además, el programa actual pone un énfasis especial en la necesidad de establecer un sistema de sanciones más justo. Reconoce que no todas las personas tienen la misma capacidad para pagar una multa, lo que contribuye a aumentar las brechas de desigualdad. Por lo tanto, la sanción cívica se presenta como un instrumento más justo.

El programa Fotocívicas ha recibido críticas por ser percibido como una reducción de sanciones y una relajación de las medidas de fiscalización en materia de seguridad vial. ¿Estas preocupaciones están fundamentadas o son simplemente una cuestión de percepción?

Desde el enfoque de política pública, la percepción del programa representa un elemento importante para su éxito. Como parte de la investigación, se realizó una encuesta a 270 personas (100 de las cuales reportaron al vehículo particular como principal medio de transporte), la cual registró los siguientes resultados:

PAG 12

El análisis permitió identificar que en las zonas donde se ubican los dispositivos de fotodetección se ha registrado una disminución de los incidentes viales, resultado respaldado con las investigaciones sobre la siniestralidad en los puntos donde se ubican las cámaras y radares, pero la cifra de hechos de tránsito (que te compartimos a continuación) aumenta a medida que se amplían los radios de influencia: 

56 de los 113 dispositivos registraron reducción de incidentes viales en un radio de 100 m entre 2019 y 2022.

A 300 m, la tendencia se revierte y 61 dispositivos registran incremento, en tanto que a 500 m la cifra sube a 63.

Entonces, el programa ha logrado reducir los incidentes viales en las ubicaciones identificadas como de mayor incidencia, ¿pero qué pasa en el resto de la ciudad?

A una escala más amplia, los incidentes viales no han mostrado un descenso, de hecho, han incrementado. Por ejemplo, al comparar el tercer trimestre de 2019 a 2022, podemos observar el incremento de incidentes: 5,179 (2019), 4,552 (2020), 6,258 (2021) y 9,042 (2022). El único trimestre que registra una baja es en 2020, sin embargo, al recordar que en ese periodo las medidas de distanciamiento social y cuarentena por la pandemia de COVID-19, la cifra contrasta con estas medidas.

En términos de reincidencia, los vehículos foráneos analizados que recibieron multas económicas registraron 6 infracciones en promedio después de cumplir con la multa en 2021, en contraste con Fotocívicas, donde solo el 9% de los vehículos cometió 2 infracciones o más después de cumplir con su sanción cívica. En este sentido, Fotocívicas ha mostrado resultados positivos en la reducción de la reincidencia y en la conciencia sobre la importancia del cambio de comportamiento para mejorar la convivencia vial y garantizar la seguridad de todas las personas, especialmente las más vulnerables que utilizan las vías.

Con base en los resultados presentados, no se puede afirmar categóricamente que el programa sea exitoso. Aunque brinda resultados positivos, es importante reconocer que su alcance no es proporcional a la magnitud del problema de seguridad vial en la Ciudad de México, por lo que éste termina pareciendo más un proyecto piloto.

Como estrategia general, el programa tiene limitaciones significativas. Según el ITDP (2021), aproximadamente solo el 4.7% de la red vial está cubierta por dispositivos de fotodetección, lo que reduce las probabilidades de detectar infracciones. Además, se estima que el 55% de los vehículos que circulan en la Ciudad de México tienen placas de otros estados, lo que los excluye de la posibilidad de recibir sanciones cívicas (González Alvarado, 2021).

En este sentido, la disparidad entre el número reducido de sanciones cívicas y la cantidad de infracciones cometidas en la ciudad crea una percepción negativa de falta de fiscalización en las vialidades. Esta situación puede llevar a que algunas personas decidan no cumplir las normas de tránsito, al creer que no enfrentarán consecuencias por sus acciones.

Entonces, ¿qué se puede hacer para mejorar el impacto e implementación del programa? Derivado de la investigación y retomando el análisis realizado por ITDP en 2021, se proponen las siguientes recomendaciones (ITDP, 2021; Hernández, 2023):

1. Replantear las sanciones por perdida de puntos. Por ejemplo, hacer obligatorios los cursos en línea a partir del segundo punto perdido, sin esperar hasta el tercero.

2. Incrementar el número de dispositivos de fotodetección para ampliar la cobertura de la red vial y aumentar las posibilidades de detectar infracciones en la ciudad.

3. Valorar la implementación de un esquema de sanción híbrida. Por ejemplo, combinando castigos civicos con fines de sensibilización con multas económicas para cubrir las externalidades generadas por los incidentes de tránsito. Además, se puede valorar el retiro del vehículo o la cancelación de la licencia.

4. Incluir a las motocicletas como vehículos que pueden recibir Fotocívicas y valorar un esquema para incorporar a los vehículos nuevos, eléctricos e híbridos, a pesar de no requerir la verificación vehicular.

5.  Evaluar la posibilidad de un piloto en colaboración con los estados de México y Morelos, para que los vehículos con matriculas de esos estados puedan cambiar sus multas económicas por el cumplimiento de sanciones cívicas en la Ciudad de México.

6. Mejorar la notificación de las infracciones cometidas, haciendo que los infractores tomen conocimiento de sus faltas y fomentando un cambio de comportamiento.

7.  Llevar a cabo campañas de comunicación y sensibilización mas amplias sobre el programa para mejorar el conocimiento sobre su funcionamiento.

8. Establecer un trato diferenciado para los reincidentes utilizando los datos generados por el programa, imponiendo sanciones más estrictas.

9. Establecer mecanismos de colaboración interinstitucional para abordar casos especiales de infractores que hayan perdido mas de cierta cantidad de puntos.

10. Mejorar los mecanismos de evaluación posterior al cumplimiento de las sanciones cívicas para conocer su impacto en el cambio de comportamientos.

11.No reiniciar el conteo de puntos con cada verificación, mantenerlo al menos por un ano.

  

Sin duda, el enfoque de Fotocívicas resulta una aproximación innovadora para fomentar la seguridad vial. Sin embargo, es necesario reflexionar sobre la pertinencia de este programa en las condiciones actuales de implementación como medida para garantizar la seguridad de las personas en la vía.

*El siguiente artículo retoma los resultados de la investigación para la Tesina “Análisis de Fotocívicas en la Ciudad de México: un nuevo enfoque para la seguridad vial de la Ciudad de México”, presentada por Ana Itzel Hernández Ramírez para la Maestría de Gestión Pública del CIDE