Escrito por:José Giberth García Campoy / fotca / ceo@fotca.mx
Hablar de cooperativas, es un tema que la gente encuentra difícil de entender, tabú y confusión; es más común hablar de comunismo o de pobreza, en donde todos obtendrán lo mismo, pero perderán, y sólo un puñado podrá administrar los bienes, es decir, que los beneficios, sólo serán de quien tenga el control. Otros pensamientos, es que sólo se aplica para pequeños sectores, es decir: comunidades de alfareros, tejedores, artesanías, y para actividades primarias como el cultivos y derivados.
Desde el año de 1994 a nivel federal, contamos con la Ley General de Sociedades Cooperativas, la que no ha sufrido mayores cambios a la fecha; y ha funcionado muy bien para varios sectores, a tal magnitud de que, varios estados y municipios se han dado a la tarea de fortalecer su economía apoyando a varios sectores, desde manufactureras, hasta empresas de servicios; en lo particular en el tema del transporte de pasajeros y carga, derivado que la oferta y demanda del servicio se realiza por regiones, perímetros o rutas; es importante señalar que, la comunidad integrada por dueños y operadores, tengan un mismo pensamiento con la protección y amparo de sus inversiones; es por eso que, el cooperativismo en su esencia, le da a todos la misma categoría ya que, todas y todos deben contribuir con la misma fuerza y compromiso.
El poder lo tienen todos, con una asamblea que se rige por reglas claras y precisas de los caminos a seguir y las actuaciones de responsabilidad. En donde, una mesa directiva que debe llevar una administración sana, con la vigilancia de su pleno (asamblea) da sentido y ordena para el crecimiento.
Uno de los aspectos que, es muy importante, es que exista un reconocimiento de agentes financieros, ya que, a este tipo de empresa, se le facilita obtener créditos, para acceder a modernizar y mejorar los servicios, como cambiar de unidades y modernizar sistemas de cobro y atención. Es decir, son personas morales que pueden acceder a créditos asequibles y sin tantos trámites, ya que, su estructura permite que la obligación sea de todos los socios, quienes vigilan el cumplimiento de sus compromisos adquiridos.
La cooperativa, mejor conocida como empresa social, para quien escribe, es el mejor camino de equilibrio, para que, ninguna parte, se vea afectada en sus bienes, y la acumulación de riqueza es proporcional a lo invertido, siendo que la participación de cada socio es de valor 1 a 1, sin que exista nadie por encima, que pueda coartar lo establecido en la Ley.
El presente y el futuro del cooperativismo, está creando nuevas formas de coexistir, con fortaleza y dedicación de cada miembro, que sabe que, con esfuerzo, el crecimiento da frutos para todas y todos los socios y colaboradores de un modelo limpio, y que da voz y tranquilidad a todos.
Además, este modelo de sociedad es muy completo ya que, dentro de sus atribuciones la seguridad social, vivienda y cajas de ahorro son posibles, bajo las facultades y resguardo de todos los socios. Su poder de crecimiento es infinito, y da posibilidades a nuevos miembros de acceder a los beneficios que el grupo ya tenga o bien se hayan ganado con el paso del tiempo, con trabajo y ganancias.
Si en el proceso, surgen figuras peligrosas, la misma persona moral, protege al grupo de estos intereses y no afecta su integridad. Ya que no podrán romper los acuerdos que la asamblea haya decidido, quedando protegido con la participación de los socios. Es decir, la figura del albazo no tiene cabida en el modelo de empresa social.
Con lo expuesto, se borra la ignorancia que existe, por cooperativismo; lo que es la mejor opción para los próximos años, para el transporte de pasajeros, las posibilidades de crecimiento son enormes, conforme las necesidades de los usuarios, y cambio de unidades para mejorar los servicios en sus ramales.
Desgraciadamente, por intereses políticos y sindicalistas, por décadas, la figura de la asociación civil, cuenta con una representación para enlace y gestión ante las instituciones y el Estado, y con ello, no asumen ninguna obligación directa, siendo que la unión que se presume, es de pequeña propiedad, es decir, hombre-camión; modelo que agoniza ante las limitantes para poder hacer frente a los cambios, responsabilidades y los intereses de grupo, con una actuación individual, en particular, con castigos y reputación que afecta al grupo con quien se labora.
Actualmente, con gran esfuerzo de los diferentes actores para que, lo expuesto se esfume lo antes posible, con la participación de expertos, académicos, instituciones e inversionistas, los estados han reformado sus leyes de movilidad, para crear corredores, ramales, y grupos que, mediante un modelo empresarial, puedan hacer frente a las necesidades que requieren los usuarios, y la sociedad con estos ofertantes de servicios de pasajeros.
Sin embargo, la distribución de la riqueza, y ante este fenómeno hay reclamos, ya que quienes tienen mayor poder económico, unidades, concesiones y permisos, dejan solo como títeres a los demás socios ya que, el agandalle de las decisiones y rumbos de los ingresos se torna, a quien tiene más.
Eso ha provocado, el levantamiento de los socios menores que intentan, no perder sus patrimonios, han culpado a las autoridades de haberlos dejados a la deriva, y todo porque no hay una exposición de sus voces en las asambleas dentro de las nuevas empresas, además que la traición es muy frecuente y ¡es terrible!
PD. En nuestro andar hemos podido agrupar a miles en este modelo social de empresa llamado Cooperativas, y los resultados van siendo ejemplo para otros competidores y estamos preparados para ayudar y asesorar a quienes deseen tener un mejor futuro como grupo.