El 2024 en el país se llevarán a cabo según datos del Instituto Nacional Electoral (INE) las elecciones más grandes de la historia, una que deberá estar en el foco público, que deberá ser un hecho igual de relevante que los más de 19 mil cargos que se someterán a un cambio. Se destaca en este apartado la elección de la Presidencia de la República, del Congreso de la Unión, ocho gubernaturas, al igual que la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, además se renovarán los Congresos locales, Ayuntamientos, Juntas Municipales y Alcaldías.
Destacan los estados de Chiapas, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Puebla, Tabasco, Veracruz, Yucatán, y la Ciudad de México como los que tendrán un papel más relevante, sin embargo, no se puede dejar a un lado que en cada entidad federativa habrá elecciones.
Dentro de este proceso de poder, de cambio y de transición será vital que cada uno de los cargos sea asumido con la responsabilidad, el compromiso y la entereza con la que se debe hacer, ya que aunque cada uno tendrá una naturaleza particular, en muchos de ellos se tendrán que tomar decisiones que van a marcar la forma en la que se afrontarán los retos y las problemáticas que ya existen y que existirán en el país.
Y aunque cada vez que se tocan estos temas se puede caer en la fragilidad de verlo como un hecho perdido, esa no puede ser la única respuesta, porque se requieren cambios, se necesitan respuestas, y si bien pareciera que el compromiso cae solo en los “políticos” lo cierto es que nosotros, como parte del Estado, debemos poner nuestra grado de obligación, una que muchas veces dejamos apartada, que la vemos como el último de los eslabones, pero que claramente de esa forma no haremos nada, porque aunque a veces no parezca claro nosotros también tenemos un deber.
En el gran orden de las cosas que se tendrán que asumir en cada uno de los cargos se encuentra el tema de la movilidad, tema que en los últimos años ha cobrado gran relevancia no solo en materia de tecnología y aplicación, sino también como un eje para la gobernanza, ya que con el pasar del tiempo los temas ambientales, de desarrollo urbano, sistemas de transporte, y fuentes de información han ganado un peso que por múltiples cuestiones (salud, calidad de vida, economía, etc.) han dado un paso que ya no puede ser dejado atrás y aunque me gustaría decir que en México el inconveniente más relevante en este ámbito es un atraso en la actualización de los parques vehiculares existentes, lo cierto es que no es así. Ya que a pesar de que se han dado pasos hacia adelante, los cambios pronosticados para los años venideros requieren de un compromiso no solo a nivel de regulación, sino a uno de aplicación.
Es y será fundamental que las ideas, las propuestas y las menciones que se hagan en pos del transporte y la movilidad estén basadas en datos, en hechos tangibles y no solo como una bandera que debía alzarse como parte de una agenda, porque la realidad del día a día nos muestra que estamos lejos de ver un cambio constante.
Es bueno ver que se hacen obras, que se habilitan nuevas rutas, que se recupere el espacio público, que se apoyen a los sistemas de movilidad activa, que se creen regulaciones en torno a vehículos como las motocicletas, que se creen programas para la formalización del transporte, que se lleven a cabo estudios, donde se tengan presentes las tendencias de transitabilidad de la ciudadanía, que se desarrollen grandes planes de desarrollo; todo ellos son hechos a resaltar, de eso no cabe duda, sin embargo, no solo tienen que verse como elementos puntuales, como cosas aisladas, porque de esa forma no se resuelve nada, y es claro que en este apartado no existe una sola respuesta. Sería magnánimo si fuera de ese modo, pero no lo es, de allí que sea un tema que al igual que muchos otros debe ser tratado con conocimiento, compromiso y con una gran responsabilidad, una que la ciudadanía requiere.
Uno de los puntos que más peso deben tener no solo en las elecciones de este año, sino en las venideras es el de los plazos , porque parece ser que tener un puesto gubernamental es un escalón, uno más, uno para avanzar al siguiente o para cumplir un deseo particular, y que se atañe únicamente al periodo donde son parte de él, pero para nada es así, porque las tareas, los hechos, los lineamientos, los contratiempos y las soluciones se quedaran allí, se quedarán para ser tomadas por la siguiente persona.
Es aquí cuando los avances que se han hecho deben ser tomados en cuenta, deben ser la base para los demás y así de manera continua, todo en base a un plan que vaya más allá de compromisos de campaña, más allá de partidos políticos, de postulantes y de pensamientos personales. Debe ser una de obligación, una que comulgue con el propósito de tomar las decisiones más idóneas para los demás, porque de otra forma seguiremos dentro de un ciclo, uno que no parece tener fin, uno donde se promuevan las respuestas cortas, donde se olvidan los malos proyectos, donde las soluciones son limitadas, donde en cada nuevo periodo gubernamental confiaremos en que ahora sí se harán las cosas de manera correcta, solo para que de nuevo todo siga igual; y de nuevo una y otra vez, de allí que la forma en la que se trate, el transporte y la movilidad deba ser una que va más allá del tiempo que dura una persona en un cargo.
Como se mencionó con anterioridad, este tema no tiene una solo respuesta, es claro que todos los entes que conviven en una zona deben participar, cada uno debe ser parte de un proceso en el que cada uno tiene un lugar, ya sea como usuario, como prestador de servicio, como estudioso del tema o como regulador del mismo, pero es importante que este último sea el encargado de promover, desarrollar y mejorar el escenario general. Debe ser esta parte la guía para que lo demás se mantenga en orden y con una línea clara a seguir, una que con los años todos podamos ver, una que vea claramente a largo plazo.
[1] En México los gobiernos locales se renuevan cada tres años, mientras que los de orden nacional lo hacen cada seis, en tanto que en un país como Chile el periodo es el mismo (cuatro años), lo que muestra una trazabilidad que refuerza el peso de las gobernanzas que están más abajo. Se debe mencionar que la Unión Internacional de Transporte Público (UITP) posiciona a este país Latinoamericano como el de mejor transporte.