Los recursos humanos en la cadena de suministro son una preocupación constante en la literatura especializada. Se han realizado investigaciones donde se relacionan los efectos de la gestión de los recursos humanos, con la satisfacción de los clientes y su impacto en la administración de la cadena de suministro, y donde la comprobación de sus resultados, manifiestan la importancia de las personas en la logística. No obstante, esta preocupación va más allá de demostrar sólo los efectos en los flujos de bienes y servicios, ya que, en los países industrializados, existe escasez de individuos calificados para llenar la creciente necesidad de grupos ocupacionales, a lo largo de todos los puntos de la cadena de suministro, como fabricación, distribución y transporte.
Esto incluye a los conductores de camión que, a pesar de la crisis económica y el aumento en las tasas de desempleo, en los Estados Unidos, por ejemplo, durante las últimas dos décadas han golpeado al sector transporte por la escasez de miles de conductores de camiones y, a pesar de la reciente desaceleración de la economía de ese país, muchas empresas de transporte por carretera siguen experimentando dificultades para encontrar y retener a los conductores cualificados, no obstante de que se han puesto en práctica diversas estrategias de retención como aumentos en los sueldos, bonos, mejoras de equipo y horarios flexibles.
Aun así, el problema continúa en el sector transporte de Estados Unidos, y el autotransporte depende de manera desproporcionada de los empleados que se jubilarán dentro de los próximos diez o veinte años y, los empresarios, no han descubierto la manera de reemplazar a los jubilados con trabajadores más jóvenes. Así, la escasez de conductores ha generado altas tasas de rotación y costos derivados de la contratación y formación de nuevos conductores. Asimismo, no sólo provoca la interrupción de servicios logísticos y dificulta el flujo comercial, sino que contribuye con efectos negativos de alcance macroeconómico, como la inflación nacional.
Para México, se estima una escasez de hasta 80 mil camioneros. El déficit se atribuye a que el crecimiento del sector ha tenido una proporción superior en comparación con los conductores que se incorporan a conducir vehículos pesados, cada vez más sofisticados y que requieren mayor capacitación; y porque los choferes calificados son contratados por empresas de Estados Unidos, para trabajar en su territorio, con salarios más elevados y mejores condiciones laborales.
Por ello, es pertinente indagar, a partir del conocimiento puntual de las condiciones laborales, la satisfacción personal y el desempeño laboral, sobre la forma de volver atractiva la actividad de conducir y la estructura de oportunidades (o posibilidades de movilidad social ascendente) que se le presentan a los potenciales conductores de camiones, ya que el “estancamiento” podría estar operando como factor inhibidor.
En México, una de las mayores aspiraciones de los conductores, es llegar a independizarse, comprar su camión, formar su microempresa y ser su propio jefe; en un mercado donde cerca del 81% de las empresas de transporte son clasificadas como microempresas, generalmente, dueños de su propio vehículo y conocidas como hombre-camión. Por lo que, en suma, es necesario profundizar en la trascendencia que pueden tener la gran cantidad de riesgos ergonómicos y psicosociales -tales como estilos de vida, carga física y mental, satisfacción laboral, personal y en el ocio- así como las exigencias derivadas de la actividad, de la organización, y de la división técnica del trabajo que imponen las condiciones laborales y de salud de este colectivo laboral.
Muchas empresas de transporte por carretera siguen experimentando dificultades para encontrar y retener a los conductores, a pesar de que se han puesto en práctica diversas estrategias de retención como aumentos en los sueldos, bonos, mejoras de equipo y horarios flexibles.