La educación vial a temprana edad tiene un impacto positivo para nuestros niños, niñas y jóvenes - Pasajero7

La educación vial a temprana edad tiene un impacto positivo para nuestros niños, niñas y jóvenes

educacion vial

Escrito por: Lic. Leticia Escobar / Delegada AIPSEV Edomex

Conforme a la nueva Ley General de Movilidad y Seguridad Vial de nuestro país, el término Educación Vial significa: Actividad cuya finalidad es promover una cultura vial en la población, dirigida a todas las personas usuarias de la vía, con el objetivo de generar cambios en los patrones de comportamiento social. Es aquí donde me gustaría reforzar este concepto, porque los niños, niñas y jóvenes merecen una ciudad diferente, un país que rompa los paradigmas de la violencia vial. Para ello, debemos impulsar la educación y seguridad vial desde temprana edad. Y aunque en esta faceta de la vida es importante conocer y adentrarse en la cultura, debe reforzarse con todos los demás habitantes que ya tienen una responsabilidad como ciudadanos y conductores de alguna forma de movilidad, motorizada o no motorizada.

La educación y seguridad vial debe vivirse en nuestras calles y garantizar, a través de las autoridades, la formalidad en un examen de conducción (teórico/práctico) y la capacitación que estas imparten. Reflexionar sobre la trascendencia de estos conceptos de seguridad vial puede hacer la diferencia entre la vida y la muerte, propia y de extraños. Saber que la autoridad avala a los conductores que demuestran ser aptos para manejar un vehículo es clave, porque una ciudad que progresa siempre estará en movimiento y requiere ser armonizada en su movilidad cotidiana mediante el conocimiento y cumplimiento de sus reglas. Además, es fundamental contar con un enfoque sistémico en las medidas de seguridad vial exigidas en las calles.

Brindar educación vial también significa transmitir valores relacionados con la convivencia cívica, la resiliencia ante situaciones fortuitas de movilidad o de fuerza mayor, el cuidado del medio ambiente a través de propuestas de sostenibilidad, la empatía hacia los más vulnerables, entre otros.

Acercar la educación vial a los más pequeños les permitirá concientizarse paulatinamente sobre lo que implica la movilidad cotidiana, a través de los diferentes roles que desempeñan: desde ser peatones hasta conductores. Conforme a su edad, aprenderán sobre el tipo y forma de viaje que realizarán, acorde a sus necesidades: si van solos o acompañados, la distancia y el costo. Esto contribuirá a que puedan tener una vida con un binomio de libertad, dignidad y calidad. Asimismo, comprenderán que la movilidad implica responsabilidad, compromiso y voluntad para convivir en el espacio público de manera armónica.

La educación vial desde la infancia es clave para construir ciudades más seguras y sostenibles. Involucrar a niños, niñas y jóvenes en la cultura vial fomenta una movilidad responsable. 

Involucrar a nuestros niños y niñas es medular para generar mejores ciudades, ya que su actuar no está en el futuro, sino en el presente, en su cotidianidad. Garantizar que crezcan sensibilizados y con el deseo de construir una ciudad diferente es esencial, ya que los adultos no hemos podido imaginar ni crear un entorno con los beneficios que implica una movilidad amable, accesible e inclusiva, que represente bienestar para todos, especialmente para los más vulnerables.

El derecho a la movilidad permite que las personas puedan elegir libremente la forma de trasladarse en y entre los distintos centros de población, a fin de acceder a los bienes, servicios y oportunidades que estos ofrecen. El viaje cotidiano también debe implicar calidad en el servicio, generando una experiencia positiva y evitando el estrés y el estado de ánimo negativo.

Contar con educación vial desde la infancia permitirá exigir normas, políticas, medidas y acciones adoptadas para prevenir los siniestros viales. Como lo establece la Ley de Movilidad y Seguridad Vial, en su artículo 11 sobre seguridad vial, las autoridades, en el marco de sus respectivas competencias, observarán las siguientes directrices:

  • Infraestructura segura: Espacios viales predecibles que reducen o minimizan los errores de las personas usuarias y sus efectos. Su diseño fomenta velocidades de viaje seguras y ayuda a evitar errores.
  • Velocidades seguras: Velocidades de desplazamiento adaptadas a la función, nivel de seguridad y condición de cada vía. Las personas conductoras comprenden y cumplen los límites de velocidad y conducen de acuerdo con las condiciones.
  • Vehículos seguros: Vehículos que cuentan con aditamentos o dispositivos para prevenir colisiones y proteger a las personas usuarias, incluidos pasajeros, peatones, ciclistas y usuarios de vehículos no motorizados, en caso de ocurrir un accidente.
  • Personas usuarias seguras: Ciudadanos que cumplen con las normas viales, toman medidas para mejorar la seguridad vial y exigen mejoras en la misma.
  • Atención médica prehospitalaria: Establecimiento de un sistema de atención médica prehospitalaria y aplicación de las normas vigentes en la materia, para garantizar atención efectiva y oportuna a las personas lesionadas en siniestros viales.
  • Seguimiento, gestión y coordinación: Las autoridades competentes establecerán mecanismos de evaluación y gestión, además de coordinarse entre ellas para prevenir y atender siniestros viales.

Aspectos como infraestructura adecuada, límites de velocidad, vehículos seguros, usuarios responsables y atención médica prehospitalaria son fundamentales para prevenir siniestros viales y mejorar la calidad de vida de la población.

Reducir las brechas en el acceso al desarrollo, la igualdad de género, la calidad de vida y el bienestar social requiere de una movilidad segura e integral.

Es fundamental fomentar la realización de proyectos que propicien el desarrollo sustentable y amigable para nuestros niños y niñas, permitiéndoles conceptualizar la movilidad integral como una opción consciente para el desarrollo personal y la inclusión social. Esto debe ir acompañado de cursos diseñados para cada edad, que les permitan comprender que la educación vial transforma vidas y los acerca, de manera sencilla y amena, a las oportunidades de la vida, como el ámbito laboral, el estudio, la salud y el acceso a espacios recreativos.

Según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en el año 2022 se registró la muerte de 15,986 personas a causa de un siniestro de tránsito, y la cifra no parece disminuir. Apostemos por una transición paulatina, pero segura, impulsando la educación y seguridad vial desde la infancia.