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Electromovilidad: expectativas y retos

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Con la llegada de Claudia Sheinbaum a la presidencia de México, uno de los temas que ha generado grandes expectativas es el impulso a la electromovilidad. Como una de las principales promotoras de la transición hacia energías limpias y sostenibles durante su tiempo como jefa de gobierno de la Ciudad de México, se espera que su administración marque un punto de inflexión en el avance de vehículos eléctricos, tanto en el sector privado como en las flotillas de transporte público y de carga.

Francisco Cabeza, presidente de la Asociación Mexicana de Impulso al Vehículo Eléctrico (AMIVE) dijo a Pasajero7 que hay grandes expectativas para el sexenio que comienza.

Vemos con mucha esperanza los próximos seis años que vienen para México, es decir esta agenda 2030; sabemos que la presidenta en función viene de haber llevado una agenda de electromovilidad muy activa y efectiva en la Ciudad de México, entiende la movilidad, entiende que el país necesita mejorar el transporte y la calidad del aire, y estamos convencidos como asociación que desde ahí tendremos que atender la agenda y la electromovilidad”.

Señaló que pese al reto económico que significa, México ha experimentado un crecimiento constante en la demanda de vehículos eléctricos (VE) en los últimos años. Factores como la necesidad de reducir la dependencia de combustibles fósiles, la disminución de emisiones de carbono y la presión internacional para cumplir con acuerdos ambientales han colocado a la electromovilidad como un objetivo clave. Sin embargo, a pesar de estos avances, el sector enfrenta barreras significativas, como la falta de infraestructura de carga y los altos costos de producción.

Jorge Suárez, especialista en electromovilidad de la Asociación Nacional de Transporte Privado (ANTP), refiere que “México tiene un enorme potencial para convertirse en líder en la región en cuanto a vehículos eléctricos, pero es necesario que las políticas públicas impulsen la inversión en infraestructura de recarga y ofrezcan incentivos claros para las empresas y los ciudadanos.”

En este contexto, la llegada de Claudia Sheinbaum representa una oportunidad única para consolidar políticas públicas que promuevan la adopción masiva de VE. Su experiencia al frente de la Ciudad de México, donde implementó el programa “Mi Coche Eléctrico” y fomentó la instalación de más estaciones de carga, es una señal clara de que la electromovilidad será un tema prioritario en su administración a nivel nacional.

El inicio del mandato de Claudia Sheinbaum abre una ventana de oportunidad para que México dé un salto decisivo hacia la electromovilidad. Tanto en el ámbito de los vehículos privados como en el transporte público y de carga. 

Flotillas de transporte público: el reto mayor

Uno de los sectores que más puede beneficiarse de una transición hacia la electromovilidad es el transporte público. A lo largo del país, muchas de las flotillas de autobuses operan con unidades obsoletas que utilizan diésel, lo cual contribuye de manera significativa a la contaminación del aire en las grandes ciudades. Sheinbaum ha señalado en varias ocasiones la necesidad de modernizar estas flotillas, y la electromovilidad se presenta como la mejor opción para ello.

Se espera que la nueva administración impulse un ambicioso programa de renovación de flota en ciudades clave, donde las unidades eléctricas sustituyan gradualmente a los autobuses contaminantes. Al respecto, Gonzalo Robles, director de Transporte Sostenible del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC), menciona que “los autobuses eléctricos son una de las soluciones más eficaces para mejorar la calidad del aire en las ciudades mexicanas, pero el costo inicial sigue siendo una barrera importante. Será crucial que el gobierno implemente esquemas de financiamiento accesible y colaboraciones público-privadas.”

La carga como sector estratégico

Otro sector clave en el que la electromovilidad podría generar un impacto significativo es el transporte de carga. México es un país con una intensa actividad de transporte de mercancías, y buena parte de la flota de camiones de carga sigue utilizando motores de combustión interna. En este contexto, la adopción de vehículos eléctricos de carga presenta una gran oportunidad para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en la industria del transporte, a la vez que se incrementa la competitividad del sector logístico.

Luis González, presidente de la Asociación Mexicana de Transportistas (AMT), advierte que “la electrificación de la flota de camiones es un paso necesario si México quiere cumplir con sus compromisos internacionales de reducción de emisiones. No obstante, la infraestructura de carga, especialmente en corredores logísticos clave, sigue siendo insuficiente.”

Infraestructura, un desafío central

Uno de los mayores desafíos para el desarrollo de la electromovilidad en México es la infraestructura de carga. Según los especialistas, México necesita al menos 50,000 estaciones de carga para 2030 si se quiere alcanzar una transición significativa hacia los vehículos eléctricos. Actualmente, el país cuenta con menos de 2,000 puntos de carga, lo que representa una barrera considerable para el crecimiento del sector.

La administración de Sheinbaum tendrá que trabajar en colaboración con la iniciativa privada para incentivar la inversión en infraestructura. Además, será importante desarrollar normativas y reglamentos que faciliten la instalación de puntos de carga en lugares públicos y privados. Esta tarea será fundamental no solo para los usuarios de vehículos particulares, sino también para el transporte público y de carga, donde la capacidad de recarga eficiente y rápida es un elemento crítico para la viabilidad de la electrificación.