En las últimas décadas, la movilidad sostenible ha dejado de ser una opción para convertirse en una necesidad urgente en las grandes urbes de México.
El incremento poblacional y la expansión urbana han derivado en un notable aumento del parque vehicular, intensificando problemas como la congestión vial, la contaminación del aire y los accidentes de tráfico. Ante este escenario, apostar por la movilidad sostenible se presenta como una solución viable y necesaria para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos y mitigar el impacto ambiental.
La movilidad sostenible se define como la capacidad de desplazarse de manera eficiente y ecológica, reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero y fomentando el uso de medios de transporte no motorizados, como la bicicleta y el transporte público.
En este contexto, el Dr. Rodrigo Díaz, experto en urbanismo, señala que “la movilidad sostenible no solo mejora la calidad del aire y reduce la contaminación acústica, sino que también promueve una mejor salud pública y una mayor equidad social”.
Ante el incremento de la mancha urbana y el uso del auto, apostar por la movilidad sostenible se presenta como una solución viable y necesaria para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos y mitigar el impacto ambiental.
Crece la conciencia sobre la necesaria descarbonización
En México, tanto las autoridades como los transportistas han comenzado a mostrar una creciente concientización sobre la importancia de la movilidad sostenible y la apuesta por la descarbonización.
El gobierno federal, junto con gobiernos estatales y municipales, ha impulsado diversas iniciativas para fomentar el uso de medios de transporte ecológicos y reducir la dependencia del automóvil particular. Ahora los temas de movilidad y descarbonización son parte de la agenda diaria de la mayoría de los gobiernos.
Por ejemplo, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) ha lanzado campañas de sensibilización y programas de incentivos para promover el uso de vehículos eléctricos e híbridos.
En la Ciudad de México, la implementación del sistema de bicicletas compartidas Ecobici ha sido un éxito rotundo. Desde su lanzamiento en 2010, Ecobici ha registrado millones de viajes y ha contribuido significativamente a la reducción de emisiones contaminantes. El secretario de Movilidad de la Ciudad de México, Andrés Lajous, destaca que “Ecobici no solo ha transformado la manera en que nos desplazamos en la ciudad, sino que también ha demostrado que es posible cambiar nuestros hábitos de movilidad hacia opciones más sostenibles”.
Interconexión y sustentabilidad
A nivel nacional, Guadalajara es otro ejemplo destacado en el ámbito de la movilidad sostenible. La ciudad ha implementado el programa MiBici, un sistema de bicicletas públicas similar al de Ecobici, que ha tenido un impacto positivo en la movilidad urbana. Además, la Línea 3 del Tren Ligero, inaugurada en 2020, ha mejorado la conectividad y reducido la dependencia del automóvil en la ciudad.
En Monterrey, el Sistema Integrado de Transporte Metropolitano (SITME) ha sido un modelo a seguir. Este sistema integra diferentes modos de transporte público, como el metro, el autobús y el metrobús, facilitando la movilidad de los ciudadanos y reduciendo las emisiones de gases contaminantes.
A nivel internacional, Copenhague se ha consolidado como un referente en movilidad sostenible. La capital danesa cuenta con una extensa red de ciclovías y ha logrado que más del 40% de sus habitantes utilicen la bicicleta como medio de transporte diario. Jan Gehl, arquitecto y urbanista danés, afirma que “Copenhague es un ejemplo de cómo la planificación urbana puede fomentar una movilidad más sostenible y mejorar la calidad de vida de sus habitantes”.
Otro caso de éxito es el de Bogotá, Colombia, con su sistema de transporte público TransMilenio. Este sistema de buses de tránsito rápido (BRT) ha sido reconocido a nivel mundial por su eficiencia y capacidad para reducir la congestión vial y las emisiones de carbono. Enrique Peñalosa, exalcalde de Bogotá, refiere que “TransMilenio ha demostrado que es posible transformar una ciudad a través de un sistema de transporte público bien planificado y ejecutado”.
Para avanzar hacia la descarbonización del transporte, la clave está en la voluntad política, la inversión adecuada y la participación activa de la ciudadanía para transformar nuestras ciudades y mejorar la calidad de vida de todos.
Retos y oportunidades
A pesar de los avances, México enfrenta importantes retos en su camino hacia una movilidad más sostenible. La falta de infraestructura adecuada, la inseguridad en las calles y la resistencia cultural al cambio son algunos de los obstáculos que deben superarse. Sin embargo, las oportunidades son enormes.
La inversión en infraestructura para bicicletas, la modernización del transporte público y la implementación de políticas urbanas más verdes pueden transformar radicalmente la movilidad en las ciudades mexicanas.
El Dr. Jorge Macías, especialista en transporte y movilidad, enfatiza que “la colaboración entre el gobierno, el sector privado y la sociedad civil es crucial para lograr una movilidad sostenible. Necesitamos un cambio de paradigma en la manera en que concebimos y utilizamos nuestros espacios urbanos”.
La apuesta por la movilidad sostenible en México no solo es un imperativo ambiental, sino también social y económico. La creciente concientización entre autoridades y transportistas demuestra que es posible avanzar hacia un futuro más limpio, seguro y equitativo. La clave está en la voluntad política, la inversión adecuada y la participación activa de la ciudadanía para transformar nuestras ciudades y mejorar la calidad de vida de todos.