A partir de octubre de 2024, los vehículos eléctricos importados en México estarán sujetos a aranceles, tras el fin de la extensión arancelaria que había permitido su ingreso sin este costo adicional. Este cambio busca incentivar la producción local de vehículos eléctricos, posicionando al país como un referente en la fabricación de este tipo de unidades.
Sin embargo, también ha generado inquietudes sobre el impacto que esta medida tendrá en la adopción de la movilidad sustentable, especialmente considerando que aún existe una fuerte dependencia de la importación de autos eléctricos.
Desde hace varios años, México ha implementado diversas políticas para fomentar la importación de vehículos eléctricos, reduciendo o eliminando aranceles. Estas medidas han sido clave para facilitar el acceso de los consumidores a autos más amigables con el medio ambiente. No obstante, con la reciente decisión de reanudar el cobro de aranceles, el gobierno mexicano apunta a fortalecer la industria nacional, buscando que las marcas automotrices que producen en el país tomen el liderazgo en el segmento.
El cobro de aranceles a los autos eléctricos importados se aplicará de manera progresiva, con tasas que irán aumentando gradualmente en los próximos años. En un inicio, se estima que el arancel ronde entre el 5% y 10% del valor del vehículo, lo que podría traducirse en un incremento considerable en los precios de estos autos para los consumidores.
La reintroducción de aranceles para autos eléctricos importados puede impulsar la producción local, pero también plantea retos para la adopción masiva de vehículos eléctricos.
Impacto en los productores locales
Para los fabricantes de vehículos eléctricos en México, el fin de la extensión arancelaria representa una oportunidad única. Empresas como Tesla, General Motors y BMW, que ya tienen plantas de producción en el país, podrían ver un crecimiento en sus ventas locales al ofrecer vehículos sin los costos adicionales que implica la importación. Esto podría ayudar a consolidar a México como un HUB de producción para la electromovilidad, atrayendo más inversiones y fomentando la creación de empleos en el sector.
En una declaración reciente, la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA) mencionó que esta medida es “un paso necesario para desarrollar una industria competitiva de autos eléctricos en México”. Pero, también destacaron la importancia de garantizar que las infraestructuras de recarga y las políticas de incentivos fiscales continúen creciendo para que la demanda de estos vehículos no se vea afectada negativamente.
La Asociación Mexicana de Impulso al Vehículo Eléctrico (AMIVE), comentó que “la producción de autos eléctricos en México podría vivir un momento clave con esta medida, pero es fundamental que se sigan generando incentivos para la industria, no solo en términos de producción, sino también en infraestructura de carga y estímulos al consumidor”.
Destacaron que el país tiene un gran potencial para ser líder regional, sin embargo, es necesario un enfoque integral que considere los aspectos logísticos y tecnológicos de la transición a la movilidad eléctrica.
El impacto en la movilidad sustentable
A pesar de los beneficios potenciales para los productores locales, el impacto en la migración a una movilidad sustentable es motivo de debate. En los últimos años, los autos eléctricos importados han jugado un papel crucial en la expansión del mercado de vehículos cero emisiones en México. Las marcas extranjeras han liderado la oferta de modelos con mayores autonomías y tecnologías más avanzadas, lo que ha contribuido a que más consumidores consideren esta opción.
Con la aplicación de los aranceles, es probable que los precios de los autos eléctricos importados aumenten, lo que podría reducir su competitividad frente a los autos de combustión interna. Esto, a su vez, podría ralentizar el ritmo de adopción de la electromovilidad en México, al menos en el corto plazo.
Según Patricia Calderón, investigadora en movilidad eléctrica del Instituto de Transporte y Desarrollo de Políticas (ITDP), “la introducción de aranceles puede generar un aumento en los precios que afecte la capacidad de compra de autos eléctricos, particularmente para la clase media, que ha sido clave en la adopción de estos vehículos. El desafío será encontrar un balance entre fomentar la industria nacional y mantener asequibles los precios para los consumidores”.
Calderón también señala que, aunque el país ha avanzado en la instalación de estaciones de carga, aún existe una falta de infraestructura en muchas regiones, lo que podría limitar el atractivo de los vehículos eléctricos si los precios se elevan sin una mejora significativa en el acceso a puntos de recarga.
El éxito de la industria nacional dependerá de la capacidad del país para equilibrar el crecimiento de su industria automotriz con la necesidad urgente de avanzar hacia una movilidad más sostenible.
El rol de las políticas públicas en la transición
Para mitigar el impacto que la introducción de aranceles pueda tener en la adopción de vehículos eléctricos, es fundamental que el gobierno implemente políticas complementarias. Algunas de las propuestas que han surgido incluyen la creación de incentivos fiscales para los compradores de autos eléctricos producidos en el país, así como subsidios para la instalación de estaciones de carga en ciudades y carreteras.
En ese sentido, Sofía Santamaría, analista en movilidad sostenible de la consultora EnergeA, destacó que “México tiene una gran oportunidad de impulsar la movilidad eléctrica, pero las políticas deben ser consistentes y de largo plazo. Los aranceles pueden ayudar a proteger la industria local, pero se deben acompañar de medidas que promuevan la inversión en infraestructura y el acceso asequible a tecnologías limpias”. De igual manera, Santamaría enfatiza la importancia de fomentar alianzas público-privadas para desarrollar una red robusta de estaciones de carga, especialmente en zonas urbanas.
Una transición a largo plazo
Si bien el fin de la extensión arancelaria podría representar un obstáculo temporal para la adopción de vehículos eléctricos en México, los beneficios a largo plazo para la industria local podrían ser significativos. Si las automotrices logran aumentar la producción de autos eléctricos a precios competitivos, el país podría posicionarse como un líder regional en la fabricación y adopción de tecnologías limpias.
Aun así, para que esto sea una realidad, será crucial que las políticas públicas mantengan un enfoque en la sostenibilidad y el acceso equitativo. La transición hacia una movilidad sustentable no solo dependerá de la oferta de vehículos, sino también del acceso a la infraestructura de recarga, incentivos fiscales y el compromiso de las autoridades para continuar fomentando una industria que sea accesible y beneficiosa tanto para el medio ambiente como para los ciudadanos.