El modelo empresarial es el futuro del transporte público - Pasajero7

El modelo empresarial es el futuro del transporte público

hugo

Ingeniero Civil de profesión, y tercera generación de una familia de transportistas, Hugo Higareda que ahora preside la Alianza de Camioneros de Jalisco, sabe que el futuro del transporte público está en el modelo empresarial, pero también en la apuesta por las nuevas tecnologías que mejoren la administración y la atención al usuario.

Hugo se integró al área de la administración y finanzas de  la empresa de transporte en 2007 a petición de su padre, el Sr. Jorge Higareda quien presidía entonces la Alianza. En medio de una crisis tarifaría y con 2400 juicios entre administrativos y laborales el reto era mayúsculo, y la encomienda fue clara, ayudar a que el organismo comenzará a funcionar como un verdadero negocio. 

“Después de hacer un estudio, le dije a mi padre que el transporte era un negocio de gran riesgo, y que tendríamos que trabajar con un enfoque diferente. Si lo quieres ver como un negocio entonces el enfoque tiene que ser financiero y vamos a tener que lograr que el socio o dueño del autobús poco a poco deje de ver a su unidad como su negocio, ya que tenemos que integrar a todo el servicio que rodea al transporte para lograr beneficios importantes para el concesionario.

Nosotros vamos a tener que empezar a trabajar integrando a las empresas de alrededor, a lo cual se le llama integración horizontal, en tanto que logramos una disminución de los costos y también hacemos que nuestros socios ganen dinero de otras empresas que inviertan en lo que está al borde del transporte, y le vamos a disminuir el riesgo que significa el puro autobús; con esa idea me integre a la Alianza en 2007”.

Migrar al modelo empresarial representa fuertes cambios para el concesionario, pero ¿Considera qué es el modelo que ayuda a profesionalizar y mejorar el servicio?

Sin duda, sí representa muchos cambios para los concesionarios en todos los aspectos, pero también trae beneficios. Cuando íbamos a empezar esta transición lo que yo decía es que al socio, al permisionario no le estábamos quitando su dinero, al contrario, les mostramos que al entrar a este modelo le daríamos beneficios por economías de escala, por una administración organizada.

No obstante, teníamos que entender que le estamos quitando su empleo, o al menos lo que él conocía como su actividad diaria; el hombre-camión históricamente ha tenido un empleo mal pagado y sin prestaciones como dueño de su unidad, pero finalmente es lo que cada uno como hombre-camión sabíamos o sabemos hacer, a eso nos dedicamos, y eso es lo que la empresa le quita, le quita sus actividades diarias, su rutina, lo que conoce, por eso es tan importante que mostremos que ser parte de una empresa trae beneficios.

Hoy, por ejemplo, la Alianza de Camioneros no tiene ningún autobús que duerma fuera de la casa del conductor, tenemos un extraordinario control de ingresos, mejor atención al usuario, control del vandalismo, del mantenimiento de la unidad, esto a raíz de ese control que hemos logrado como empresarios;  sin embargo, todavía nos quedan esas generaciones que estaban a cargo de su autobús, y a lo mejor el hijo era el mecánico y el sobrino era el conductor y era un tema familiar. No se puede en una generación cambiar una cultura, por lo  cual buscamos integrarlos para que no se sintieran despojados, y es que la única forma de que esta empresa se consolidara era mostrando al permisionario que es más rentable y que lo puede ver en su bolsillo.

Creo que la ventaja más grande de ser parte de una empresa es la disminución de los riesgos, además una empresa le genera al socio equilibrio en su cartera. 

¿Cuáles son los beneficios inmediatos de ser parte de una empresa de transporte?

Creo que la ventaja más grande del ser parte de una empresa es la disminución de los riesgos; hace algunos años una persona dueña de una unidad que sufría un accidente o una descompostura de motor, de transmisión, o alguna descompostura fuerte y se retrasaba en sus mensualidades o en cualquier tema, estaba en un riesgo enorme de irse a la quiebra, y el hecho de trabajar en una empresa de cierta forma diluye esos peligros; además, una empresa le genera al socio equilibrio en su cartera, si, posiblemente sus utilidades también en algún momento pueden ser un poco menores porque ya no hace él cosas, ahora las hace un empleado que cuesta, pero su riesgo es absorbido o diluido entre todos los demás socios de la empresa; yo creo que esa es la mejor ventaja.

Ahora bien, no se le puede pedir a una persona que vive en un nivel de hiperactividad todo el día que de repente no haga nada, entrega tu autobús y no hagas nada; esa parte fue la más complicada, pero como lo comentaba, lo fuimos logrando gradualmente. Cuando el socio se dio cuenta de que sin intervenir 24 horas le va un poquito mejor empezó a permitirnos operar como empresa; creo que si no hubiéramos hecho así las cosas, de manera gradual y habiendo visionado que iba a pasar, no lo hubiéramos logrado.

Algo que caracteriza a la Alianza es que ha sido punta de lanza en muchas  áreas del transporte en Jalisco; fueron los primeros en operar un BRT y también tienen varias certificaciones que han obtenido por su apuesta a nuevos modelos de movilidad y la tecnología ¿Fue difícil lograr la confianza de sus socios en estos proyectos?

Yo creo que es una herencia el arriesgarnos buscando ser mejores. La Alianza de Camioneros siempre ha sido pionera, inventamos el sistema de características especiales, fuimos la segunda empresa en todo Guadalajara en tener computadoras antes que el Gobierno del Estado y después del ITESO, fuimos los primeros en tener GPS en el 94, esta fue la primera apuesta por las tecnologías, que hoy ya son normales para todos y que nosotros tenemos desde hace años; desde 1998 nosotros promovimos el sistema de pago electrónico a través de una tarjeta, finalmente lo logramos en 2020, siempre hemos sido pioneros.

Yo creo que es un tema de no quedarnos estancados,  lo que nos ha marcado es que siempre estamos creciendo, evolucionando, buscando qué más hacer, cómo nos optimizamos, y en los últimos años el enfoque que le hemos dado a este negocio es entender que para realmente cumplir nuestra misión no es solamente tener un autobús recorriendo una ruta, hay que pensar en que el usuario esté bien, hay que pensar en que nuestra competencia no son otras rutas, es el automóvil.

Tenemos que darle al usuario un servicio que lo haga pensar en bajarse de su coche porque si no en Guadalajara, como cualquier otra ciudad, será imposible transitar en algún momento si no revertimos la cultura del uso del auto particular. 

En los últimos años de innovaciones nos hemos enfocado en un sistema de gestión de calidad con un ISO 9001 2015 a la atención al usuario, pusimos internet gratuito a bordo de todas nuestras unidades, hemos controlado nuestras frecuencias de tal forma que las personas a través de un software sepan por dónde vamos y no tengan que esperar tanto tiempo; asimismo, hemos trabajado con un enfoque financiero para no rezagarnos en la renovación de autobuses.

El objetivo lo hemos ido entendiendo poco a poco. Esta generación que hoy estamos operando el transporte, sabemos que si nos enfocamos en que el usuario esté bien, se sienta atendido y escuchado, la consecuencia es que nosotros estemos bien, y para mí es muy, pero muy satisfactorio, ver que ya no somos los enemigos de la ciudad como durante muchos años los medios y la política nos colocaron. Desde el consejo administrativo tenemos el compromiso de no parar en esa mejora continua.

¿Cuáles son los grandes retos que usted ve a mediano plazo para la Alianza?

Para la Alianza y para el transporte en general lo primero que hoy tenemos que hacer es definir una política tarifaria; no me refiero a que llegue un gobierno y nos diga está bien ya voy a subir la tarifa, no, me refiero a definir cuál es el modelo de transporte que la ciudad va a tener, cuánto cuesta ese modelo, y definir quién lo va a pagar, el usuario o el gobierno, y qué parte vamos a asumir nosotros, que apoyo vamos a tener en diferentes rubros para que la tarifa realmente sea sana, que el servicio sea tan atractivo que no se añore comprar un vehículo privado y la opción sea usar el colectivo.

Para la Alianza el reto es irnos expandiendo en los sistemas tipo BRT, también quisiéramos volver a retomar el transporte de características especiales porque necesitamos contar con un nivel intermedio de comodidad entre el automóvil y el autobús convencional, necesitamos que las personas dejen el coche y hay que darle una opción intermedia, un paso más cómodo que el autobús convencional para que empiece a pensarlo y probarlo como lo hicimos con el servicio TUR; obviamente con una tarifa más alta pero que tenga aire acondicionado, que vaya en asientos más cómodos, que lo pueda a lo mejor reservar bajo una aplicación, que tenga realmente una comodidad semejante al auto.

Hoy somos la única empresa de transporte que adicionalmente tiene una empresa filial de sistema de prepago con tarjetas; vimos que eso estaba pasando en el mundo y sabíamos que iba a pasar en México y pues teníamos prevista esa parte y considero que la ayuda de la tecnología, y sobre todo y principalmente la confianza de nuestros socios en lo que estábamos transitando fue extraordinario.

Uno de los retos que tengo es ser una competencia real para el coche y las motos; se que la competencia no es por calidad o comodidad, yo creo que hoy con los niveles de deficiencias de movilidad que tenemos en la ciudad, la competencia es por velocidad, es por tiempos de traslado. 

¿Qué representa en su vida ahora el transporte y cómo ve a la Alianza a mediano plazo?

Para mí es un orgullo representar esta empresa; yo jamás voy a estar satisfecho, toda vez que hay muchas cosas por realizar. Si volteamos 3 años atrás tenemos muchos logros, si volteamos 5 o 94 años tenemos cambios y mejoras extraordinarias, pero yo no voy a estar satisfecho nunca porque creo que el transporte en ningún momento va a llegar al punto en donde digas ya terminé, siempre es un un camino de evolución, de crecimiento, de optimizar.

Como empresa, uno de los retos más grandes que veo es cómo lograr que el autobús no deba renovarse hasta los 10 años de vida, quiero que renueve antes; que lo podamos renovar a los 5 o 6 años, ya que tenemos medido que un autobús, aunque esté en un sistema de financiamiento, también genera menos mantenimiento, también genera más reconocimiento del usuario. Entonces, nuestro negocio debe de vivir en un nivel de apalancamiento natural y no esperar a que el autobús realmente ya no funcione; no entiendo porque los gobiernos ponen que debes tener una antigüedad máxima de flota para la renovación. Pero uno de los retos que tengo de manera personal, es lograr ese punto en donde nosotros no lleguemos a ese plazo máximo.

Otro de los retos que me he propuesto es ser una competencia real para el automóvil, una competencia extraordinaria para el vehículo particular y las motos, y lo he dicho con muchos gobiernos y lo voy a seguir diciendo con el que está de salida y con el que llega, la competencia no es por calidad o comodidad; yo creo que hoy con los niveles de deficiencias de movilidad que tenemos en la ciudad la competencia es por velocidad, es por tiempo de traslado.

Entonces, uno de mis retos más grandes es lograr una gestión con los funcionarios públicos para que haya un enfoque a generar carriles exclusivos para el transporte público, no solamente en sistemas BRT, sino en un sistema convencional, para que el usuario tenga garantizada la preferencia, porque hoy ya lo tenemos para una bicicleta, por ejemplo, y el porcentaje de personas que que se mueven en bicicleta es infinitamente menor que el que se mueve en transporte público. Por democracia y por la cantidad de personas en movimiento, el transporte público debe tener prioridad.

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Para la Alianza y para el transporte en general lo primero que hoy tenemos que hacer es definir una política tarifaria; me refiero a definir cuál es el modelo de transporte que la ciudad va a tener, cuánto cuesta ese modelo y quién lo va a pagar.