Con la llegada de un nuevo sexenio, el gobierno mexicano ha abordado el tema de la movilidad de pasajeros fuera de las grandes urbes de una manera particular: la apertura de nuevos sistemas ferroviarios, algo particularmente llamativo, ya que en el territorio nacional, aparte de los sistemas tipo metro o tren ligero, en las últimas décadas muy pocas veces se ha buscado que este modo crezca.
La puesta en marcha del Tren Maya en 2023, así como la inauguración del Tren Interurbano México-Toluca en 2024, han dado pie a la apertura de los proyectos AIFA-Pachuca, México-Querétaro, Saltillo-Nuevo Laredo y Querétaro-Irapuato. Obras que forman parte de los más de 3,000 kilómetros de vías para pasajeros que se buscan construir en la administración de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo.
Para este año, se tiene estimado un presupuesto global para todos los proyectos de trenes de 157 mil millones de pesos, considerando el Tren Maya de Carga y el Tren Interoceánico. Esta cifra representa el 1.69% del presupuesto anual (9.30 billones de pesos) y, al compararse con otras áreas, se puede ver el tamaño de la inversión que se realizará.
La implementación final de cada uno de los proyectos ferroviarios que se buscan generar en México requerirá establecer vínculos sólidos con los gobiernos locales, generar lineamientos que nutran los Planes Integrales de Movilidad Urbana Sustentable que se desarrollen para cada una de las regiones.
De acuerdo con el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PPEF) 2025, se espera que en temas de vivienda se brinden 50,000 millones de pesos, en salud 232,500 millones de pesos y en educación una cifra de 450,887 millones de pesos. Este monto representa en total el 7.88% del presupuesto total.
Al compararlo con el apoyo destinado a los proyectos ferroviarios, se puede observar que será tres veces mayor que el destinado a vivienda, el 60% de lo asignado a salud y el 30% de lo destinado a educación. Esto convierte a esta inversión en un foco para establecer proyectos vinculados con horizontes más amplios que van más allá de solo conectar dos puntos distintos en el mapa.
Los proyectos planteados serán los grandes ejes de la movilidad en las regiones donde se situarán, por lo que requerirán que su planeación, desarrollo e implementación contemplen diversos elementos primarios:
- Integración multimodal: La generación de trenes regionales requiere vincularse con otros modos de transporte como autobuses, tranvías, metro y bicicletas compartidas, con el fin de facilitar la movilidad de los usuarios y permitir cubrir una mayor área geográfica.
- Desarrollo urbano: Es indispensable que los proyectos de movilidad se vinculen con el desarrollo urbano, fomentando la creación de nuevos desarrollos, centros de empleo y servicios alrededor de las estaciones, con el fin de revitalizar las áreas urbanas y reducir la congestión presente en ellas.
- Tecnología: Con la aparición de nuevas herramientas tecnológicas, será indispensable apoyarse en ellas para mejorar la eficiencia y la calidad del servicio, mediante sistemas de información, pago electrónico y gestión de la demanda.
- Participación ciudadana: Muchos de los sistemas que se generan no se encargan de involucrar a los ciudadanos en el proceso de planificación y diseño de los proyectos, lo que establece un margen en el que las soluciones planteadas no responden a las necesidades reales de los usuarios. Esto merma no solo la visión social del proyecto, sino que también representa un retroceso más que un avance.
- Sostenibilidad: Una de las metas más relevantes es buscar soluciones sostenibles que reduzcan el impacto ambiental, como la utilización de energías renovables o la promoción de movilidad sostenible mediante la reducción de vehículos particulares y el apoyo a otros modos alternativos, como el uso de bicicletas o la caminata. Esto hace indispensable que esta visión esté presente en todo el proyecto.
Al comparar con el presupuesto destinado a los proyectos ferroviarios, se puede observar que este será tres veces mayor que el destinado a vivienda, el 60% de lo asignado a salud y el 30% de lo destinado a educación.
La búsqueda de establecer proyectos integrales recae en el alcance de diversos beneficios:
- Reducción de la congestión: Al ofrecer alternativas al transporte privado, se reduce la congestión en las carreteras y se mejora la calidad del aire.
- Mayor accesibilidad: Los proyectos integrales permiten a un mayor número de personas acceder a empleos, servicios y oportunidades educativas.
- Desarrollo económico: Al mejorar la conectividad y la accesibilidad, se fomenta el desarrollo económico de las regiones.
- Mejora de la calidad de vida: Los proyectos integrales contribuyen a mejorar la calidad de vida de los ciudadanos al reducir el tiempo de viaje y el estrés asociado al transporte.
Esta visión se ha plasmado en otros sitios donde la generación de proyectos integrales ha marcado un cambio en temas de movilidad y transporte:
- Berlín, Alemania: La capital alemana ha invertido significativamente en su red de trenes regionales y de cercanía (S-Bahn). Se han modernizado las estaciones, aumentado la frecuencia de los servicios y mejorado la integración con el transporte urbano. También se han desarrollado proyectos de desarrollo urbano alrededor de las estaciones, fomentando la creación de nuevos barrios y centros de empleo.
- Milán, Italia: Milán ha invertido en la expansión de su red de trenes regionales y de cercanía (Trenord). Se han construido nuevas líneas y estaciones, y se ha mejorado la frecuencia de los servicios. También se han implementado sistemas de pago integrados y se ha fomentado el uso de bicicletas compartidas.
- New South Wales, Australia: El sistema Regional Rail conecta Sídney con ciudades regionales como Newcastle y Wollongong. Integra trenes regionales, autobuses y transbordadores, con billetes unificados y mejoras en la frecuencia y comodidad de los trenes.