Los migrantes al frente del volante en la CDMX - Pasajero7

Los migrantes al frente del volante en la CDMX

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Todos los días, miles de personas llegan de otros países, huyendo de sus naciones debido a circunstancias sociales, políticas y económicas. Esto ha obligado a la gente a desplazarse en busca de oportunidades, y México se ha convertido en la mejor ruta para llegar a su destino, a pesar de ser un país que también tiene problemas agudos de fondo. Esto ha convertido a nuestro país en un entorno de tránsito y futuro para muchas personas que buscan un mejor porvenir para ellos y sus familias. Nuestro gran pecado o virtud es la conexión fronteriza con los Estados Unidos y Canadá.

Los migrantes de América del Sur que se han quedado estacionados en México, se han empleado en diversas actividades económicas, una de ellas y  la de más fácil acceso es el transporte de pasajeros, cargas o entregas tipo delivery.  

Derivado del gran flujo de personas en caravanas, algunas miles provocaron el estacionamiento de ellas en el país, con trámites burocráticos y en completo desorden. La gran mayoría de estos soñadores espera ansiosa su cita en la frontera para poder ingresar al país del norte. Sin embargo, el tiempo de espera tiene sus consecuencias, especialmente en lo económico, y se deben tomar decisiones.

Dicen en el barrio que solo los huevones se mueren de hambre, y aquí, estos tipos, después de pasar por varios países, caminar por miles de kilómetros, enfrentar climas adversos, desde los más secos hasta los más tropicales, se dieron cuenta de que las necesidades de transporte de personas y cosas son muy importantes en nuestro entorno, en las grandes urbes y, sobre todo, en la grandiosa CDMX y su zona metropolitana. De ahí que las famosas llamadas periferias, que han servido, como se menciona en la Constitución de la Ciudad de México, que es incluyente, que: “Los derechos de los migrantes estacionados o en tránsito están garantizados, de no ser molestados en sus derechos humanos y de no sufrir discriminación alguna”.

Lo anterior da entrada para que se empleen en diversas actividades económicas, como el transporte de pasajeros, cargas o entregas tipo delivery. El único requisito es tener una licencia de conducir vigente, emitida en el territorio nacional. El ejemplo más claro es que ya se desempeñan como choferes en el transporte individual de pasajeros, entregas en bicicleta, y algunos como conductores de transporte de pasajeros y más grandes. Resaltando que muchos de ellos son gente con estudios superiores, como médicos, filósofos, ingenieros, químicos, físicos, entre otros, además de tener habilidades técnicas bastante buenas. La responsabilidad y el compromiso de la mayoría son destacados; muchos lo están haciendo bastante bien, a tal grado que la calificación que les dan los usuarios es muy buena, comparado con el servicio que ofrecen nuestros connacionales, desgraciadamente.

Con la inversión de las unidades mexicanas, los migrantes no solo se limitan a ser operadores o choferes; las cuentas por el uso del bien llegan diarias y completas, con una reducción considerable de gasto en reparaciones. Personas dedicadas a producir, agradeciendo la oportunidad y confianza que encontraron en la gente de la CDMX, mejoran la calidad del empleo. Al inicio, los oficios eran de trabajo físico severo, como carga y descarga de mercancías, chalán de albañilería, o en el mejor de los casos, lavacoches.

Lo impresionante es la convivencia en los barrios; se adaptan a los territorios, mejorando el entorno. La discriminación solo está en aquellos cuyos intereses son de otro tipo, que no creen en la solidaridad, sin importar el color de la piel, el idioma o las costumbres del vestido o la expresión.

Muchos migrantes ya se desempeñan como conductores en el transporte individual de pasajeros, entregas en bicicleta, y algunos como operadores de transporte público. Resaltando que muchos de ellos son gente con estudios superiores, como médicos, filósofos, ingenieros, químicos, físicos, entre otros, además de tener habilidades técnicas bastante buenas. 

Con todo esto, la capital de la república mexicana se ha convertido en una ciudad tipo Nueva York, París, Estambul, entre otras. Esa diversidad también funciona para crear comunicación y lazos con raíces que fortalecen los servicios para la población, mostrando generosidad y alegría ante la oportunidad de poder cubrir sus necesidades. Aprovechan al máximo las oportunidades, ya que viajar por meses les ha dado madurez.

Aquí es importante decir y aplaudir que este tipo de oportunidades y buenos resultados ha permitido que el migrante no se rompa y se fortalezca como persona. Muchos de ellos llevan ya muchos meses varados, logrando conseguir su residencia en el país, lo que les da la oportunidad de que sus familiares se integren, creando un presente y un futuro para ellos.

Cabe destacar que las autoridades tendrán que trabajar en políticas públicas que se adecuen a esta nueva apertura sin fronteras, como lo establece la Constitución Política de la Ciudad de México. Se debe ampliar la posibilidad de que estos oficios se puedan desempeñar con toda tranquilidad, ya que han comenzado a quedarse en la ciudad y en el país, encontrando en el servicio de transporte de personas su fuente de ingresos para satisfacer sus necesidades primarias, como habitación, vestido y alimento. Considerando que también pueden llegar a ser dueños de las unidades de transporte.

Si esto sigue funcionando de forma positiva para la comunidad y estos nuevos jugadores migrantes dan buenos resultados, contribuirán en gran medida a mejorar los servicios, terminar con la escasez de choferes, reducir tiempos de servicio y promover la armonía social. Habrá cambios positivos necesarios y urgentes para todos, ya que los viejos vicios de quienes se dicen trabajadores han confundido el acompañamiento del estado o gremios para crear bloques que terminan siendo una peste contagiosa que no permite progresar, manchando todo lo bueno.

Es tiempo de cambio para el progreso de la CDMX y del país entero.