El transporte público concesionado al ser un mecanismo que los gobiernos estatales y municipales tienen para dotar de este servicio a la población a través de terceros, cuenta entre una de sus características principales que el diseño e implementación de las tarifas que se aplican en este servicio son en la mayoría de los casos potestad exclusiva de las autoridades correspondientes.
En otras palabras, las políticas tarifarias de transporte público son controladas por el gobierno y no corresponden a la lógica del mercado ya que tiene como objetivo principal proteger la economía de los usuarios y democratizar el acceso al servicio.
Es importante entonces que el transportista en México obtenga ingresos por su labor de mover personas y que estos no provengan exclusivamente de la tarifa, es una oportunidad que no se ha explotado adecuadamente; primero, porque la estructura organizacional y diseño institucional como el hombre-camión no permitía generar estrategias que acompañaran el servicio de transporte público con otros servicios complementarios y que estos puedan generar ingresos adicionales para los transportistas.
En la actualidad empresas de transporte bien organizadas han explorado opciones para capitalizar la estructura con la que cuentan y sobre todo el contacto que tienen con la población, sean sus usuarios o no; sin embargo, la regulación como en la mayoría de los casos viene retrasada a las innovaciones que hoy están disponibles.
Utilizar los autobuses como medios publicitarios, aprovechar la tecnología para transmitir mensajes en las unidades que contengan sistemas de televisión, navegar por internet, pagar servicios a través de los módulos de pago electrónico son solo algunas de las opciones que pudieran aprovechar los transportistas para allegarse de recursos. Algunos empresarios han ido más allá al participar en inversiones público-privadas para infraestructura de terminales o centros de transferencia; no obstante, estos ejemplos son contados.
Encontrar modelos de negocio que le quiten presión a la tarifa es algo que urge en nuestro país, con ellos se fortalecería la economía de los transportistas y mejores servicios estarían disponibles para los usuarios; para ello, es necesario el acompañamiento de las autoridades para que las normas y regulaciones estén a la altura de las innovaciones que el complejo ambiente de transporte y la movilidad necesitan.