América Latina termina 2019 sacudida por una ola de protestas, el resultado de un fenómeno social que se produce de manera simultánea en varios países y obedece a la exigencia de garantías sociales y a la impaciencia porque no llegan las respuestas. Las protestas empezaron en Chile y se han difundido en Bolivia, Colombia a la velocidad del olor a pan caliente recién salido del horno.
Los diferentes ataques vandálicos y constantes bloqueos a los sistemas de transporte en varias ciudades del continente, son la demostración de que existe un descontento en los usuarios, puesto que las tarifas actuales no cubren las expectativas de calidad, según la mayoría de las personas, los precios son muy elevados, no hay eficiencia en los tiempos y la infraestructura es deficiente por la poca inversión que destinan para el desarrollo de vías.
Sin embargo, es importante resaltar el rol de la movilidad urbana como uno de los principales detonantes del desarrollo. Son los sistemas de transporte fuente de trabajo de millones de personas en América Latina. Son, además, un instrumento eficaz para combatir la inequidad, mejorar la salud urbana, favorecer el progreso, permitir el funcionamiento y el buen uso de los espacios públicos de las ciudades, así como el acceso de las personas a alimentación, vivienda, salud, empleo, educación, recreación, actividades y servicios en general.
Es por esto, que rechazamos cualquier acto vandálico que perjudique de alguna manera el funcionamiento de los sistemas de transporte, símbolos en movimiento de la equidad social y cultura para el cambio.
En este panorama no tan positivo, es necesario hacer un llamado, tanto a autoridades como a la población civil para cuidar, defender y apropiarse de los sistemas de transporte locales e invitar a los movimientos sociales, academia e industria a participar activamente de las políticas públicas que garanticen una movilidad urbana sustentable de calidad para todos.
Esta situación es un nuevo reto, incluso es una oportunidad para crecer al lado de nuestros asociados y desafiar la crisis política y el dinamismo de la economía por la que atraviesa Latinoamérica.
Nuestro pensamiento debe ser esperanzador, nos prepararemos para enfrentar la realidad que estamos viviendo en compañía de nuestros sistemas, ciudades y demás miembros de nuestra Red, y juntos trabajaremos para contribuir con el fortalecimiento de la movilidad urbana en la Región.
JUNTOS SOMOS MÁS FUERTES