2020 año de reflexión - Pasajero7

2020 año de reflexión

romero febrero2

Aunque existe la controversia de que si el año 2020 es o no el inicio del nuevo decenio, estoy seguro que es una fecha emblemática para reflexionar sobre la movilidad del Área Metropolitana de Guadalajara (AMG), y por qué no, si es posible compararla con otras visiones que se están desarrollando en diferentes ciudades del mundo.

En días pasados, llegaron a mis manos varios documentos de diferentes países, que lo que tienen en común es que sus ciudades están buscando nuevas formas de planificar la movilidad, buscando solucionar las asignaturas pendientes que en la mayoría de las ciudades son: el congestionamiento vial y la contaminación atmosférica.

La mayoría de las ciudades le apuestan a la movilidad disruptiva, creo que pocos conocemos el significado de la palabra disrupción, por lo que, de acuerdo con el Doctor Fernando Bayón,  “la disrupción representa una apuesta por lo desconocido, lo arriesgado por un impacto que se presume de futuro inminente. Cuando aquello que produjo la disrupción es aceptado por la sociedad y asumiendo como normal, deja de ser disruptivo para convertirse en lógico, común e incluso convencional o tradicional”.

Esta definición nos permite admitir que la movilidad disruptiva es aquella que requiere de nuevas soluciones que a la fecha no han sido intentadas, por lo que de acuerdo con la WRI se entiende a ésta, como la movilidad que “tiene el reto de impulsar una canasta de soluciones y alternativas que permitan competir con las ventajas que ofrece el vehículo particular (seguridad, comodidad, fluidez, flexibilidad y optimización del tiempo)”.

Cuáles son esas soluciones que hoy plantean las ciudades que son punta de lanza en el tema de la movilidad urbana del futuro. La primera solución es aceptar que lo que venimos realizando, como lo dice Bayón ya es lo común, es decir, que en su momento logró influir en la solución del problema y hoy ya fue superado y sus resultados, lejos de generar bienestar social, involucionan el mismo.

Una vez aceptado que no vamos en sentido correcto sería elemental el analizar las buenas prácticas que otras ciudades están impulsando, que van desde poner al centro de las decisiones a los usuarios, poner atención en el primer y último kilómetro de nuestro viaje, el desarrollo de infraestructura inteligente, transporte suficiente y eficiente, carros compartidos, vehículos autónomos, además de una decena de acciones como lo dice Ignacio Alcalde dirigidas a impulsar una movilidad “eléctrica, autónoma, compartida y conectada”.

Es deseable ver cómo las grandes ciudades están realizando acciones que al estar  fundamentadas en la tecnología tienen la capacidad de adaptarse a los continuos cambios que viven las ciudades.

¿Pero qué está pasando con el AMG? Desde la apreciación del que escribe, estamos muy lejos de alcanzar los objetivos que éstas plantean; hoy batallamos en consolidar a los hombres camión en verdaderas empresas de transporte público, en el que sus integrantes desconocen cómo conducirlas, tenemos una incipiente red de transporte en proceso de integrarse tanto en lo económico y en lo físico. Una de las fortalezas del AMG en lo que a movilidad se refiere es la regulación con que cuenta, hoy tiene los elementos jurídicos necesarios para impulsar una movilidad disruptiva que promueva bienestar social y reduzca la contaminación.

En este inicio de año los sectores de la sociedad (gobiernos, académicos, activistas, empresarios y la sociedad en general), están definiendo cuáles serían las tendencias de la movilidad en este decenio, creo que la mayoría se referirán en impulsar una movilidad activa, compartida, autónoma, conectada y eléctrica. Que sea capaz de adaptarse a las nuevas exigencias de las ciudades y sus habitantes, con capacidad de reducir las externalidades negativas como la contaminación, el congestionamiento, los accidentes en vías públicas, etc.

Al igual de lo que impulsen los diferentes sectores de la sociedad tapatía, para mejorar las condiciones de la movilidad, en lo personal creo que el AMG debe enfocarse solo en cuatro políticas, que por su alto impacto mejorarán la eficiencia de las vías urbanas.

transporte colectivo

En este rubro se deberá poner atención especial en reconquistar la confianza de los usuarios, pero,  ¿cómo ganarla?, el método que no tiene falla es el servicio: suficiente, eficiente y eficaz (SEE).

SUFICIENTE: Un transporte suficiente es aquel que se diseña con base en el modelo de demanda que se construye por 4 etapas (generación de viajes, distribución de viajes, partición modal y asignación a la red).

EFICIENTE: Un transporte eficiente, es el que cumple con las expectativas de los diferentes actores (usuarios, gobierno, conductores y concesionarios), es decir, maximizar sus beneficios, minimizando sus costos de producción. Para determinar lo anterior es necesario definir las fronteras de la eficiencia a cada uno de los actores que intervienen en el servicio.

EFICAZ: Un transporte eficaz es aquel que alcanza las metas o cruza las fronteras determinadas por cada uno de los sectores. Para determinar la eficacia del transporte público, se debe contar con un sistema de evaluación que mida la suficiencia y la eficiencia del servicio de transporte.

transporte escolar

Con base en los mismos principios con el que se diseñó el transporte público, la autoridad deberá actualizar la regulación actual en la que se promueva el uso del transporte escolar por parte de las instituciones educativas, conformándose con los principios de control y seguridad de los usuarios.

transporte activo

Impulsar el uso de la energía humana (bicicleta, peatones) en el primer y último kilómetro de los viajes realizados por los tapatíos.

uso tecnologia

La tecnología permitirá a los administradores de la ciudad generar información en diferentes áreas, entre las que podemos señalar: Control de la operación; Atención a los usuarios; Información a los usuarios; Mantenimiento y Control de costos.

Finalmente, debemos ser conscientes que hoy todavía estamos lejos de igualar las tendencias de movilidad de otras ciudades, pero también debemos de estar satisfechos porque lo que estamos haciendo nos permite avanzar. Creo que si en la mitad de este decenio logramos consolidar estas cuatro políticas, estaremos preparados para la movilidad disruptiva que se está gestando en las principales ciudades del planeta.