Transporte ferroviario algo más que sólo una aglomeración de proyectos - Pasajero7

Transporte ferroviario algo más que sólo una aglomeración de proyectos

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El transporte ferroviario en el territorio mexicano es señal de historia, crecimiento, pero del mismo modo también de abandono. Fue en la época del Porfiriato donde las políticas existentes, aunado con el compromiso generado tanto para el desplazamiento de bienes como de personas estaban en sinergia, dando pie a que a lo largo del país se definiera una gran red de trenes que en aquellos años se convirtieron en un referente para el transporte en el país; sin embargo, las cosas no resultaron como se creía, con el paso del tiempo las líneas fueron abandonadas, el transporte de personas decayó, nueva infraestructura no se desarrolló y en un par de décadas el transporte ferroviario pasó a ser mayormente de mercancía, dejando que el transporte ferroviario de pasajeros solo se conservara en algunas ciudades, aunque de igual manera solo de pequeña forma.

Durante las últimas décadas el desarrollo ferroviario en el país ha sido marcado por un crecimiento reducido, donde la red apenas ha aumentado aproximadamente 3,000 km en los últimos 50 años, esto con el fin de mejorar la comercialización de mercancías.

En relación con el transporte ferroviario urbano de pasajeros tampoco se han establecido grandes avances, ya que en este espacio de tiempo apenas se pudieron definir proyectos en tres ciudades mexicanas: Guadalajara, Monterrey y como último la Ciudad de México, donde existen los proyectos más representativos (Línea 12 y ampliación de la misma).

En el caso concreto de la CDMX, las menciones generales del Plan Maestro del Metro de 1996 establecían que para el año 2020 iban a existir un total de 17 líneas junto con 10 líneas de Tren Ligero, lo que nos muestra un panorama muy alejado de los planes. Sin embargo, en 2018 con la llegada del nuevo mandato presidencial comenzó una puesta en marcha considerable en relación a la generación de nuevos sistemas ferroviarios, sobre todo por la definición de los mismos, ya que en tiempos anteriores se hablaba de este tipo de obras, pero su establecimiento aún era limitado; de ese modo, en el 2022 la Subsecretaría de Infraestructura, bajo la Dirección General de Desarrollo Ferroviario y Multimodal, presentó el Programa Nacional Ferroviario, programa donde se mostraron un total de 15 proyectos los cuales abordan tanto la parte del transporte de pasajes como la parte de transporte de carga (ver Tabla 1).

Con esta nueva visión al igual que en otras épocas se generan preguntas acerca de lo que se busca establecer con estos proyectos, pero sobre todo que será de ellos después.

No es algo nuevo, ni tampoco algo que se escape del ojo público que en México las menciones políticas tienen un gran peso a la hora de definir un proyecto de orden público, y esta es justamente una de las interrogantes la que está en el aire.

Es claro que el país requiere de obras de transporte público que cambien, pero sobre todo que ayuden a generar un ambiente de vida más ideal, donde la economía sea explotada, donde se generen empleos, donde los traslados sean más cómodos y seguros, se requiere de eso y más; sin embargo, nos sumergimos en el pozo de saber qué sigue después y que más se hará, porque parece ser que se tiene la noción de que una vez que se implemente un proyecto de esta naturaleza, automáticamente ya todo lo demás funcionará perfectamente. Pero no es así, los grandes proyectos de transporte tiene el objetivo de ser ejes y pilares en la movilidad de una localidad, son los grandes entes, pero no lo únicos y no pueden, más bien no deben serlo, porque aunque su alcance, desarrollo y puesta en marcha sean de un orden masivo, aún son insuficientes para poder cubrir la demanda existente; del mismo existen múltiples tipos de viajes, cada uno con diferentes tiempos y motivos, por lo que se hace imposible cubrir cada una de estas variables como solo un medio, de allí la importancia de visualizar estos proyectos como de orden multidisciplinario, de nada sirve que se implemente un gran sistema, si este no cuenta con un plan estructural que aproveche sus ventajas y minimice sus desventajas.

Aunado a lo anterior, a lo largo del país se han mostrado otros proyectos urbanos relacionados con el transporte ferroviario, pero del mismo modo caen en la interrogante anterior, una donde se busca establecer cuál es el futuro de estos proyectos y de qué manera se establecerán para poder generar realmente el cambio que se busca obtener, más que nada porque sumado a los proyectos mencionados en el Programa Nacional Ferroviario se destacan los siguientes:

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Proyectos ferroviarios que buscan ofrecer una respuesta novedosa, pero que dejan ver que dichas propuestas se sienten débiles y faltas de análisis, ya que más que querer establecer nuevos sistemas de transporte parece ser que buscan sustituir proyectos ferroviarios, por lo que se hace relevante poder definir y estructurar las iniciativas que se implementarán, ya que es importante recalcar que este tipo de sistemas al igual que los del orden ferroviarios son capaces de cambiar la dinámica de una localidad, y no solo en la parte de los traslados, sino en la planeación que estas tendrán, ya que el costo que tienen, solo se pueden afrontar con una vida útil que pueda dar los resultados esperados. De allí que sea fundamental poder establecer proyectos con bases no solo de inmediatez, sino que sean transversales y que aborden las grandes necesidades de transporte que se presenten; esto de igual manera aplica con otros proyectos que buscan sustituir los modos ferroviarios en diversas ciudades del país como los BRT, ya que de ese modo se presentan otras interrogantes, una donde se debe visualizar la ruta que tendrán estos proyectos, su financiamiento, su mantenimiento, pero más que nada su planeación, una que debe consolidar las entidades gubernamentales, la parte privada, junto con una visión que atiendan las necesidades de población, tanto en el presente como el futuro, todo con el propósito de establecer líneas claras de trabajo, así como un plan que pueda generar un cambio que dé como resultado un punto de inflexión relevante para que el día de mañana de nuevo el transporte ferroviario vuelva a ser un ente importante en la movilidad, no solo en la parte urbana, sino nacional como lo era hace tanto tiempo.

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