El Tren Interurbano México-Toluca “El Insurgente” contará con una obra de ingeniería sin precedentes: un puente atirantado con diseño en curva, construido específicamente para el tránsito ferroviario. Esta estructura, de aproximadamente 500 metros de largo, es señalada como única en el mundo por sus características técnicas y forma parte del tramo final del tren hacia la Ciudad de México.
Ubicado a unos metros de la futura estación Vasco de Quiroga, el puente es desarrollado por la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT) en coordinación con el Gobierno de la Ciudad de México. Está diseñado con un claro central de 200 metros, sostenido por dos torres principales que integran cuatro arpas cada una, sumando un total de ocho arpas con 13 tirantes por unidad.
La complejidad técnica de la estructura incluye un sistema antisísmico y elementos de refuerzo con torones —hilos de acero tensados— que varían entre 29 y 65 por tirante. Este refuerzo busca garantizar la seguridad estructural y operativa del tren en condiciones de alta velocidad, considerando además que el puente se encuentra en una curva, lo cual añade retos adicionales en términos de dinámica ferroviaria.
Las torres, de 65 y 75 metros de altura respectivamente, se asientan sobre pilas verticales y adoptan una configuración en forma de “V”, lo que, según los ingenieros responsables, permite distribuir de forma más eficiente las cargas del tren y reducir el volumen total de obra requerida.
Uno de los aspectos destacados del proyecto es que el viaducto sobrepasa una zona de valor ambiental relevante: la Cuarta Sección del Bosque de Chapultepec y un área cercana al manantial que alimenta parte del ecosistema local. Según autoridades, esta solución estructural permite evitar un impacto directo en el entorno natural.
La inspección de los avances de obra fue realizada recientemente por la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, acompañada por el titular de la SICT, Jesús Antonio Esteva Medina, el subsecretario de Infraestructura, Juan Carlos Fuentes Orrala, y el director de la Agencia Reguladora del Transporte Ferroviario (ARTF), Andrés Lajous Loaeza.
El puente atirantado forma parte del tramo final del Tren Interurbano, que conectará la estación terminal Observatorio, en la Ciudad de México, con Zinacantepec, en el Estado de México. La infraestructura completa del tren contempla una longitud total de 58 kilómetros, con siete estaciones (dos terminales y cinco intermedias), velocidades de operación de entre 90 y 160 km/h y un tiempo estimado de recorrido de 39 minutos.
Desde septiembre de 2023, el tren ofrece servicio en su primera fase, que incluye cinco estaciones: Zinacantepec, Toluca Centro, Metepec, Lerma y Santa Fe. Se prevé que el resto del recorrido —que incorpora las estaciones Vasco de Quiroga y Observatorio— entre en operación el 1 de septiembre de 2024.
Una vez concluido, el Tren Interurbano México-Toluca tendrá capacidad para trasladar hasta 230 mil personas al día, posicionándose como uno de los proyectos estratégicos de movilidad ferroviaria entre el Valle de México y el Valle de Toluca. La operación de esta infraestructura apunta a aliviar la congestión vial y ofrecer una alternativa de transporte masivo más eficiente, aunque su ejecución ha enfrentado múltiples retrasos, cambios técnicos y un sobrecosto acumulado.