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México avanza lentamente en la implementación del transporte público eléctrico

transporte electrico

El transporte público eléctrico ha sido considerado durante mucho tiempo como una solución clave para abordar los desafíos de movilidad urbana, reducir la contaminación ambiental y disminuir la dependencia de los combustibles fósiles.

En México, si bien se han realizado esfuerzos para la adopción de este tipo de transporte, el avance ha sido lento y con ciertas limitaciones. Aunque algunos municipios y ciudades han comenzado a implementar buses eléctricos en sus flotas, aún queda mucho por hacer para lograr una verdadera transición hacia la movilidad eléctrica a nivel nacional.

Seguimos avanzando, lento, pero avanzando es una buena noticia; ya se han dado los primeros programas de pilotaje como se ve ya en el Metrobús de la Ciudad de México, que incluso tiene unidades biarticuladas, en Jalisco también, pero vemos que no son solo las grandes ciudades, también Merida que ya esta con el Ie-Tram, igualmente está en los planes de Tampico, Quintana Roo, Morelia, están pensando en eso, son muchas las ciudades las que en un mediano plazo estarán implementando buses eléctricos”, detalló Gustavo Jímenez, director y cofundador de eMobilitas.

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Desafíos y obstáculos en la implementación

A pesar de los esfuerzos realizados, la adopción masiva de transporte público eléctrico en México enfrenta varios obstáculos que han ralentizado su avance:

  • Infraestructura de carga insuficiente: La falta de infraestructura de carga adecuada es uno de los principales obstáculos para la expansión del transporte público eléctrico. La instalación de estaciones de carga rápida y semi rápida es costosa y requiere una planificación cuidadosa.
  • Costos iniciales elevados: Si bien a largo plazo los buses eléctricos pueden resultar más económicos debido a los menores costos de mantenimiento y operación, la inversión inicial es considerablemente más alta que la de los vehículos diésel o gas natural.
  • Falta de políticas claras y apoyo gubernamental: La falta de políticas claras y de incentivos fiscales por parte del gobierno ha desmotivado a los operadores de transporte público a invertir en flotas eléctricas.
  • Limitaciones tecnológicas: Aunque la tecnología de los buses eléctricos ha avanzado significativamente en los últimos años, aún existen limitaciones en cuanto a la autonomía de las baterías y la disponibilidad de modelos que se adapten a las necesidades específicas de cada ciudad.
  • Resistencia al cambio: La resistencia al cambio por parte de algunos actores clave en el sector del transporte público también ha obstaculizado la transición hacia el uso de vehículos eléctricos.

Hemos avanzado en la tecnología, los precios han bajado pero sigue habiendo una brecha económica que es difícil de solventar… las ciudades o estados que están avanzando en integrar rutas de transporte eléctricas lo están logrando prácticamente por un subsidio que dan los gobiernos, ya sea que subsiden el bus, o la infraestructura eléctrica, que consiste en montar los cargadores, y todo el equipamiento que también cuesta mucho dinero; hablamos entonces de que son necesarios los subsidios para poder avanzar o crecer las unidades eléctricas en el país”, dijo el CEO de eMobilitas.

Gustavo Jiménez comentó que incluso se ha avanzado en la disposición de electricidad en diferentes puntos del país, donde hace un par de años se decía que no existían las condiciones para implementar la electromovilidad, y así poco a poco se va transformado el panorama. 

“Sin embargo, cada estado es el que debe establecer cómo debe invertir para lograr las redes de distribución de energía que se requieren para implementar un sistema de buses eléctricos”, expresó.

Objetivos y beneficios de apostar por el transporte eléctrico

A pesar de los desafíos, la implementación del transporte público eléctrico en México presenta una serie de beneficios que hacen necesario apostar por esta tecnología:

  • Reducción de la contaminación atmosférica: Los vehículos eléctricos emiten cero emisiones locales, lo que contribuye a mejorar la calidad del aire en las ciudades y a reducir los impactos negativos en la salud de la población.
  • Menor dependencia de los combustibles fósiles: La transición hacia el transporte eléctrico reduce la dependencia de los combustibles fósiles y contribuye a diversificar la matriz energética del país, promoviendo fuentes de energía más limpias y sostenibles.
  • Ahorros a largo plazo: Aun cuando los costos iniciales sean más elevados, los buses eléctricos ofrecen ahorros significativos a lo largo de su vida útil en términos de mantenimiento y operación, lo que puede compensar la inversión inicial.
  • Impulso a la industria nacional: La adopción de transporte público eléctrico puede impulsar el desarrollo de una industria nacional de vehículos eléctricos, generando empleo y promoviendo la innovación tecnológica en el país.
  • Mejora en la calidad de vida: La implementación de transporte público eléctrico contribuye a crear ciudades más habitables y sostenibles, con un menor nivel de ruido y una menor congestión vehicular.

México, movilidad y la Agenda 2030

Como muchos ya lo saben, la Agenda 2030 es un plan de acción global adoptado por todos los Estados miembros de las Naciones Unidas en septiembre de 2015. Consiste en un conjunto de 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que abordan los desafíos más apremiantes a nivel mundial, con el propósito de erradicar la pobreza, proteger el planeta y garantizar el bienestar de todas las personas para el año 2030.

Entre los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, el objetivo número 11 se enfoca específicamente en “Ciudades y comunidades sostenibles”. Este objetivo busca asegurar que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles. Dentro de este, se aborda la cuestión del transporte limpio y la movilidad sostenible, principalmente en la meta 11.2.

Meta 11.2: “Para 2030, proporcionar acceso a sistemas de transporte seguros, asequibles, accesibles y sostenibles para todos, mejorar la seguridad vial mediante la expansión de la red de transporte público, con especial atención a las necesidades de las personas en situación vulnerable, mujeres, niños, personas con discapacidad y personas de edad”.

Esta meta reconoce la importancia de promover sistemas de transporte público que sean seguros, accesibles, asequibles y sostenibles para todos, con un enfoque particular en aquellos grupos de personas que pueden enfrentar barreras adicionales para acceder a estos servicios. Además, resalta la necesidad de mejorar la seguridad vial y expandir la red de transporte público como parte de los esfuerzos para alcanzar un desarrollo urbano sostenible, y establece metas específicas para trabajar en esta dirección hasta el año 2030.

A decir del especialista, esta meta difícilmente se cumplirá en México, sin embargo, si autoridades federales y estatales establecen un programa de renovación de flota, y lo respaldan con planes, proyectos y presupuestos, podría registrarse un avance significativo en los próximos seis años.

“Se debe bajar la política y los discursos a planes ejecutables; podría establecerse un programa de renovación nacional que incentive a la electromovilidad y que considere importantes subsidios. Si se han subsidiado carreteras y aeropuertos, porque no subsidiar la renovación de las unidades de transporte, si se diera esto si habría un avance sustantivo para el 2030”.

Gustavo Jiménez, recordó que especialmente México “se comprometió a bajar 25 por ciento las emisiones contaminantes, y eso no se logra con poco dinero, por lo que hay que comenzar a alinear los proyectos, las metas con los dineros, con los presupuestos”. 

Señaló que será estratégico el plan de movilidad del próximo gobierno para avanzar más rápido hacia la electromovilidad.

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