“Es un tema muy conocido ya por todos, y no es exclusivo de un lugar”, señalan concesionarios de transporte público resignados a vivir acosados por actos de delincuencia diaria; carteristas, extorsión, robo de unidades, de autopartes, y en algunas regiones hasta cobro de piso, son el pan de cada día.
No solo es la renovación del parque vehicular, o el cambio al modelo empresarial, para lograr un servicio de calidad, el transporte debe ser seguro, dijeron los transportistas entrevistados por Pasajero7, y no es así. La última muestra de la violencia que se vive en el transporte que logró llamar la atención nacional fue lo acontecido en Tizayuca, Hidalgo, a principios del pasado mes de junio, cuando actos de delincuencia organizada generaron que el municipio se quedará casi por dos semanas sin servicio de transporte.
En su momento, los operadores del transporte de Tizayuca presentaron denuncias tras presuntamente recibir mensajes intimidatorios por parte de grupos delincuenciales, en los que los amenazaban en caso de no pagar “derecho de piso”, por esta situación los concesionarios realizaron un paro de labores hasta que las autoridades les brindarán condiciones de seguridad para trabajar, pues uno de sus compañeros fue asesinado.
De acuerdo a la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) del Inegi, el mayor número de actos delictivos en el transporte público lo concentran el Estado de México y la CDMX, por lo que platicamos con transportistas de la zona, quienes coincidieron en que no existe una política pública que les garantice seguridad, incluso señalan que no hay personal suficiente en las dependencias para que puedan responder a los actos delictivos que se registran en los micros y autobuses del Valle de México.
“Es un problema que todos conocen, se ha agudizado la delincuencia en el transporte, el más común aquí en Toluca es el robo al usuario en algunas partes de la ciudad y municipios conurbados, como las zonas de Lerma, Zinacantepec, y Almoloya de Juárez donde están encendidos los focos rojos en cuanto a robos a usuarios a quienes les roban celulares, carteras y si es una ruta que pase por una universidad pues alguna computadora portátil.
“En Toluca se ha erradicado el robo de unidades, autopartes, o cobro de piso; sí hay coordinación con las autoridades, aunque no hay personal que alcance y no hay una política que garantice la seguridad de los usuarios”, expresó Juan Carlos Rojas, presidente del Consejo de Administración de Servicio Intermetropolitano SA de CV.
Pero no en todo el Valle de México se vive la misma situación, en Texcoco, Cuautitlán y Zumpango la situación para los permisionarios es mucho más violenta.
Un transportista de Texcoco que por seguridad pidió su anonimato, contó a Pasajero7 que además del robo a usuarios, en promedio los despojan de 10 unidades al mes, así como de decenas de autopartes, y que también se ha dado el caso de asesinato a operadores y despachadores que se resisten.
“Aquí sufrimos mucho el robo de unidades y arriba de las unidades, principalmente de Los Reyes a Chimalhuacán, o bien de Lechería a Ecatepec… se llevan en promedio 10 unidades al mes, muchas veces las más modernas, imaginamos que las venden por partes, y por supuesto el robo a pasajeros”.
Ni las cámaras ni los operativos
De acuerdo con el informe del ENVIPE 2022, la tasa de incidencia en el área metropolitana del Valle de México es de 17 mil 424 robos de este tipo por cada 100 mil habitantes, de los cuales el 48.5% se cometen en la calle (contra transeúntes) y el 47.7% se cometen a bordo del transporte público.
En tanto, en el Valle de Toluca, el informe indica que se cometen 15 mil 897 delitos de este tipo por cada 100 mil habitantes de forma anual. De los cuales el 75.2% se cometen en la calle contra transeúntes y el 22.4% se cometen en contra de pasajeros del transporte público.
En todas estas ciudades se ha implementado el equipamiento con cámaras de videovigilancia, y en algunos casos hasta botón de pánico, incluso tanto en la capital del país como en el Estado de México se han implementado operativos de seguridad, que a decir de los transportistas poco han inhibido a los delincuentes.
“Los ladrones son cada vez más descarados, las cámaras ya no los asustan incluso se hacen memes con eso, y se hacen famosos en las redes con las grabaciones, pero siguen operando, siguen robando; sí hay coordinación con la policía estatal, con las autoridades pero no hay personal suficiente para atender esta situación”, mencionó el transportista de Texcoco.
Por su parte Carlos Rojas, detalló que, “hace ocho años que fuimos pioneros en la instalación de sistemas de videovigilancia y si vimos que bajó la delincuencia un 10% más o menos, pero ahora ya no les interesa ser grabados”.
El robo a usuarios
Como lo mencionamos en párrafos anteriores, el más común de los actos delictivos que se registran en el transporte público es el robo al usuario, y al menos en la Ciudad de México ya se han identificado los horarios, zonas y medios de transporte en donde se registran; aquí les compartimos algunas gráficas, resultado del trabajo del especialista en temas de transporte público y movilidad, Victor Alvarado, donde se puede ver que la mayor parte de los robos denunciados se dan entre las 12 y 12:59 horas del día, además de un registro de los asaltos con o sin violencia en los diferentes sistemas de transporte de la capital del país.
Historial de robos en los sistemas de transporte público en la Ciudad de México
“Por modalidad, delito con y sin violencia” (Del 01 de enero de 2012 al 07 de julio de 2023)
Elaboración e investigación: Víctor Alvarado con datos de la FGJCDMX, 2023
Pérdidas y desamparo
Para el experto en temas de transporte y movilidad en el Estado de México, Ernesto Vite Tello, la delincuencia que aqueja a los transportistas en muchas de las ciudades del país, es un tema que debe ponerse sobre la mesa cuando se habla de la ‘transformación y modernización’ del transporte público, ya que “un nuevo sistema de administración, y unidades nuevas no harán la diferencia si los usuarios siguen siendo asaltados, al igual que los transportistas.
“Es lamentable, pero nos hemos acostumbrado a este problema, ya no nos causa alerta, parece que es parte del día a día; la frase del ‘ya se la saben’ es parte del léxico de nuestros usuarios, ya es parte de la cultura del usuario en el Valle de México traer joyeria de fantasia, una cartera o un celular de repuesto, nos hemos acostumbrado, cada uno a aprendido a convivir con este gran problema, porque soluciones hasta ahora no hay”.
Vite Tello comentó que también los transportistas se han acostumbrado a esta situación, ya que cuando son despojados de sus ganancias o son víctimas de alguna extorsión, prefieren muchas veces no denunciar, pues eso les representa no trabajar por días una unidad.
“Hay perdida importantes, hablamos de que un transporte destina de 2 a 3 mil pesos mensuales por unidad para temas de seguridad, pues si se ve involucrado en algún hecho de tránsito pueden parar la unidad hasta una semana y al operador se le debe pagar, además siempre que actúa la autoridad se le da una gratificación, a eso hay que sumarle si la unidad va a un corralón, entonces todo cuenta y muchos prefieren no levantar un acta”.
Aunado a esto, el transportista nunca es visto o tratado como víctima, refiere el especialista. “Cuando hay un asalto a una unidad y se roba tanto al operador como a los pasajeros, el transportista nunca es tratado como víctima; incluso hay casos donde el conductor tiene miedo de volver a su ruta, pero debe hacerlo porque es su trabajo, y no hay auxilio emocional o médico para apoyarlos, menos la atención que se merece una víctima, estamos en total indefensión”.
¿Hay delincuencia organizada?
Para integrar este tema buscamos alrededor de 15 transportistas de cinco ciudades, la mayoría nos habló de casos de extorsión, cobro de piso, amenazas, asaltos, robo de unidades, y sobre todo de miedo, por lo que prefirieron no hablar o bien guardar su anonimato, pues aunque en muchos casos se pueden referir a pequeños grupos de delincuentes que viven de asaltar a usuarios, también se puede hablar de delincuencia organizada coludida con servidores públicos.
“Hay bandas de delincuentes que operan organizadamente para la extorsión y robo de unidades, igual que para asaltar a usuarios; un tiempo los encuentras en una zona, luego cambian, a otra región, asi van dando vueltas por zonas, cambian sus periodos de asaltos y así se van moviendo para que no sea tan fácil agarrarlos.
“Luego llega un tipo que te dice soy el general Tigre, por poner un ejemplo, y te pide un millón para no afectar tus camiones, le dices no tengo y te rafagea alguna unidad o te sacan un susto, juntas dinero, se los das, y entonces aparece otro, el teniente Puma (también es un ejemplo, aclara), y te dice, ya se que Tigre te está extorsionando, dame el dinero a mi y yo me encargo de cuidarte, y eso es más común de lo que creemos”, señaló un transportista del centro del país que pidió su anonimato.
El transportista agregó que cuando se comienza a ver el panorama completo, de la delincuencia que aqueja al transporte público, “no te queda duda que es algo totalmente organizado, desde la autoridad que no puede estar ajena o decir que desconoce, creemos que están coludidos, si no porque no se hace nada; sin ir a zonas de alto riesgo, en el mismo centro del país hemos visto como matan a transportistas, amenazan a sus familias, les exigen dinero; para que puedan trabajar con tanta impunidad es porque tienen acuerdos, a que niveles, eso si no lo se”, apuntó.
Falta una política que garantice la seguridad al transportista
Para expertos y transportistas, es urgente que el tema de ofrecer un buen servicio de transporte público, incluyente, sostenible y sustentable, vaya de la mano también del concepto de transporte seguro.
“El transporte público está invadido por la delincuencia, organizada o no, y esto solo se da por la falta de autoridad; es un tema que debemos pensar cómo comenzar a abatir… es un tema urgente que requiere atención y coordinación”, enfatizó el presidente de la Asociación Méxicana de Transporte y Movilidad, Nicolas Rosales.
Por su parte Ernesto Vite, destacó que “es urgente que las políticas públicas próximas atiendan al transporte desde una perspectiva integral, y eso debe incluir la seguridad; en tanto este tema solo se confíe en las cámaras de videovigilancia, que no todas están ligadas a los centros de monitoreo, o se enfoquen en operativos temporales enfocados solo en usuarios, no habrá una solución real a la violencia que está afectando la calidad del servicio de transporte público”.