La seguridad vial continúa siendo una deuda pendiente en las Américas, donde los avances en la reducción de accidentes de tránsito son lentos y desiguales, según un informe reciente de la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Con más de 145,000 muertes registradas en 2021, la región concentra el 12% de las fatalidades globales por esta causa, revelando una crisis que exige soluciones urgentes.
El informe “Salvar vidas promoviendo un enfoque de sistemas de tránsito seguros en las Américas” resalta una disminución general del 9.37% en la tasa de mortalidad por accidentes viales desde el último análisis. Sin embargo, solo nueve de los 31 países y territorios estudiados lograron reducir significativamente las muertes.
Regiones como el Cono Sur y la Zona Andina han mostrado progresos, mientras que América del Norte y el Caribe Latino registraron incrementos preocupantes. Las diferencias económicas también son notorias: los países de ingresos altos, que albergan el 41% de la población y el 57% de los vehículos, concentran el 37% de las muertes por tránsito. Por el contrario, los países de ingresos medianos y bajos, con apenas el 5% de la población y el 1% de los vehículos, representan el 7% de estas fatalidades.
Usuarios vulnerables: el eslabón más débil
El informe subraya que los motociclistas, peatones y ciclistas siguen siendo los más afectados. Las muertes de estos usuarios vulnerables han aumentado del 39% al 47%, siendo los motociclistas quienes concentran el mayor porcentaje (27%). En contraste, las muertes de ocupantes de vehículos de cuatro ruedas han disminuido.
“Es crucial invertir en infraestructura segura y reforzar leyes sobre el uso de cascos, cinturones de seguridad y la conducción bajo los efectos del alcohol”, señaló Ricardo Pérez-Núñez, asesor regional en seguridad vial de la OPS. Además, el informe destaca que el 79% de las víctimas son hombres, y el 45% corresponde a adultos jóvenes entre 18 y 44 años.
Trinidad y Tabago: un ejemplo regional
Entre los países analizados, Trinidad y Tabago se posiciona como un caso de éxito al reducir en un 70% su tasa de mortalidad vial, logrando así el objetivo de disminuir en un 50% las muertes por accidentes de tránsito.
Esto fue posible gracias a iniciativas como la creación de un plan nacional de seguridad vial, una inversión de 40 millones de dólares en infraestructura y la regulación de los estándares de calidad de los vehículos importados.
Propuestas para frenar la crisis vial
El informe de la OPS detalla medidas clave para mejorar la seguridad vial en la región:
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Gestión institucional fortalecida: se requieren mejores políticas, mayor coordinación interinstitucional y capacitación para actores clave.
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Inversión en infraestructura: especialmente en áreas rurales y de alta incidencia de accidentes.
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Normas internacionales: incrementar la adopción de tecnologías como airbags y sistemas de control electrónico de estabilidad.
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Reducción de conductas riesgosas: combatir el exceso de velocidad, el consumo de alcohol y el uso del celular al conducir.
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Respuesta post-siniestro: mejorar los servicios de emergencia para garantizar atención rápida y adecuada.
Llamado a la acción: un enfoque integral
La OPS hace un llamado contundente a los gobiernos de la región para adoptar un enfoque integral basado en “sistemas de tránsito seguros”, que prioricen tanto la infraestructura como la educación y las leyes de tránsito.
“A pesar de los esfuerzos, las cifras siguen siendo alarmantes. Este no es solo un problema de legislación o infraestructura, sino una cuestión de vida o muerte. Los países deben actuar de manera decisiva para proteger a los usuarios más vulnerables”, afirmó Jarbas Barbosa, director de la OPS.
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El informe también subraya la necesidad de alianzas entre los sectores público y privado para abordar esta problemática de salud pública. Sin una acción coordinada, los accidentes de tránsito continuarán cobrando vidas y perpetuando la desigualdad en la región.