El sistema ferroviario en México ha tenido a lo largo de su historia diferentes golpes en su estructura y desarrollo. Quienes han documentado la historia del tren en México pueden establecer un impasse en su crecimiento desde 1937 cuando el General Lázaro Cárdenas expropió los ferrocarriles y hay quienes aseguran que su tiro de gracia fue en 1997 cuando el presidente Ernesto Zedillo al privatizarlo desmanteló el sistema ferroviario de pasajeros en nuestro país.
Lo que sí es cierto es que nuestro país se ha quedado rezagado en el transporte de pasajeros por vías férreas lo que representa pérdida en la competitividad y el aprovechamiento de la infraestructura con la que contaba.
En años recientes hemos visto fracasar varios intentos para avanzar en el desarrollo del transporte ferroviario de pasajeros como el tren México-Querétaro, el cual por recortes en el presupuesto y un escándalo por corrupción obligó a la administración de Enrique Peña Nieto a cancelarlo. El tren México-Toluca también es una muestra de lo desaseado que los proyectos ferroviarios tienen en nuestro país, una obra que desde su proyecto original en 2014 tiene ya un sobre costo de tres veces su estimación inicial, con solo el 77% de avance.
El Tren Maya, proyecto insignia de la 4T, además de fuertes señalamientos por la falta de estudios de impacto ambiental fue declarado en el mes de julio pasado como una obra de “seguridad nacional”, so pretexto que así se garantizaría su adecuada realización en tiempo y forma evitando con ello que se transparente la gestión de recursos del erario. Un mes antes de ese decreto, la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT) había detallado que la inversión del Tren Maya, a cargo del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) sería de 230 mil millones de pesos, sin embargo, en 2018 la primera estimación de este proyecto oscilaba entre los 120 mil y 150 mil millones de pesos.
Los trenes de aplicación urbana parecen tener otra suerte en México, en Jalisco aunque la Línea 3 del Tren Ligero padeció de la misma opacidad, sobre costo y retraso de los trenes de conexión interestatal hoy está funcionando; asimismo, ya se ha iniciado la construcción de la Línea 4 con una inversión mixta entre el gobierno Federal y el gobierno de Jalisco. También Nuevo León proyecta un incremento sustancial en su sistema de trenes para los próximos años esto aunado a las inversiones que se darán en este rubro para alimentar el Aeropuerto Felipe Ángeles, con lo cual podríamos pensar que poco a poco se irá recuperando el espacio que el transporte a través de trenes de pasajeros se tiene en las ciudades de nuestro país.