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Las patologías del espacio público

romero sept

El planeta está enfermo; enfermo de complejidad. El mejor termómetro de esta complejidad creciente y exponencial está en las calles. Los paisajes urbanos se han convertido en un laboratorio móvil y cambiante donde poder comprobar de primera mano la dificultad que conlleva mantenerse en equilibrio sobre el alambre vital de nuestros tiempos / Javier Castañeda

Es cierto que al hablar de patologías, nuestra mente se va a las enfermedades del cuerpo humano, pero de acuerdo a Javier Castañeda autor de “patologías urbanas, ecografía de una sociedad desestructurada”, me alentó a utilizar el termino; parafraseandolo aseguro que las patologías son consecuencia de los cambios sociales y tendencias de movilidad, estas generan un espacio público desestructurado.

Conforme al trabajo realizado para la obtención del grado de maestro en “ciudad y espacio público sustentable”, al analizar el espacio, encontré dos tipos de irregularidades (patologías), que se clasifican en lo cuantitativo, como accidentes y fatalidades, contaminación, congestionamiento vial; y los cualitativos que son: imagen urbana, barreras urbanas, cohesión social, degradación espacial y uso inadecuado del espacio público.

En la presente opinión solo tocaré el tema del espacio público considerando dos de sus principales problemáticas cuantitativas, a saber: Contaminación y Congestionamiento, es del conocimiento de los estudiosos del desarrollo de las ciudades que estos son los generadores de la fragilidad del espacio público.

CONTAMINACIÓN DEL ESPACIO PÚBLICO

Sabemos que las principales patologías del espacio público, las podemos clasificar en dos: las directas que son producto de las altas tasas de motorización con el respectivo uso ineficiente de la energía. Y las indirectas, en las que las autoridades al necesitar resolver el conflicto que ocasiona la movilidad en los elementos articuladores del espacio Público (las calles), han dado prioridad a la actividad de distribución, dejando en el olvido las zonas de encuentro y convivencia, provocando que estos se encuentren sumidos en un círculo vicioso que les impide mejorar y competir contra los espacios públicos privados (centros comerciales).

El espacio público se enfrenta a diferentes tipos de contaminantes: la visual, auditiva y la ambiental, cada una de ellas impacta de manera diferente, que en suma hacen ver a este como un elemento no apetecible para su uso. En la contaminación visual y de acuerdo con Rozadas (2006), esta se ha dado por el abuso de ciertos elementos “no arquitectónicos” que alteran el equilibrio en el paisaje, ya sea natural o artificial, y que afecta las condiciones de vida y las funciones vitales de los seres vivientes.

Otro elemento disuasorio para hacer uso del espacio público es la contaminación auditiva y tiene que ver por los ruidos que se generan en la vía pública y que son causados por la motorización  y el uso indiscriminado de las bocinas de los vehículos. El tercer contaminante  es el ambiental y de acuerdo con la fundación AQUAE, “consiste en la presencia de materias o formas de energía en el aire que pueden suponer un riesgo, daño o molestia de diferente gravedad para los seres vivos” .

Entre los estudiosos del tema, no se han puesto de acuerdo en acuñar una definición universalmente aceptada, pero se puede hablar  de que el concepto de contaminación urbana se refiere a la presencia de sustancias nocivas.

Los principales efectos que registran la contaminación urbana son provocados por la movilidad urbana (tasa de motorización y uso ineficiente de la energía) y que, para facilitar su análisis los clasificaré en directos e indirectos, los primeros, son producidos por el uso intensivo del automóvil en las vías públicas (congestionamiento, altos niveles de ruido y de contaminación atmosférica ), sobrepasando las normas determinadas por la Organización  Mundial de la Salud (OMS).

Recordemos que los niveles de contaminación deben de ser monitoreados y regulados por las autoridades ambientales a través de los IMECA (Índice metropolitano de la calidad del aire), en la que se tienen determinadas 5 niveles de contaminación, empezando con la considerada como buena, que alcanza los 50 IMECA; regular de 51 a 100 IMECA; mala de 101 a 150 IMECA; muy mala de 151 a 200 y extremadamente mala de 201 a 300 IMECAS. Estos índices son el efecto que causan las acciones de los tres niveles de gobierno, y de acuerdo con la nueva ley de movilidad todas las acciones deberán sustentarse en estudios científicos que apoyen el control de los gases de efecto invernadero(GEI)

Y las indirectas, cuando las autoridades al necesitar resolver el conflicto que ocasiona la movilidad en los elementos articuladores del espacio Público (las calles), han dejado en el olvido las zonas de encuentro y convivencia, provocando que los espacios públicos  se encuentren sumidos en un círculo vicioso que les impide mejorar y competir contra los espacios públicos  privados.

Por otro lado, la ineficiencia del espacio público se define, como: demandar mayor utilización del espacio público para la realización de un viaje, y su cálculo se realiza comparando la superficie necesaria para circular una unidad con los espacios de seguridad necesarios para desplazarse, es decir, para el transporte público se calcularon – 50.0 m2-, para una camioneta van – 35.0 m2- y para un vehículo particular -25.0 m2-, la evaluación se hizo considerando un máximo  de 45 personas para el primero, 20 para unidades tipo van y cuatro para vehículos  particulares. Al comparar los tres tipos de unidades, y considerando que en el transporte público  viajan todos sentados, si se  viaja en una camioneta van, esta, requiere un 57% más de espacio que lo requerido por el primero, y el viaje en vehículo particular demanda un 563% más de espacio que el servicio público.

Finalmente, sugiero que todas las acciones que sean realizadas por las autoridades hacia el espacio público deben tener como objetivo el mejorar estas dos patologías básicas, por lo que cualquier acción que se base en el discurso y a la hora de su implementación,  involución del espacio público, debe ser modificada. Las acciones deben impulsar la eficiencia, haciendo más habitable la ciudad.