La dependencia energética una de las causas de la ineficiencia de la ciudad - Pasajero7

La dependencia energética una de las causas de la ineficiencia de la ciudad

IMAGEN ROMERO OCT 22

El área metropolitana de Guadalajara (AMG) a partir de los años 70 entró en un continuo y creciente proceso de perdida de la eficiencia en sus vías urbanas, ineficiencia provocada por el crecimiento poblacional, el crecimiento espacial, baja densidad de población, las características físicas de las vías públicas, la motorización masiva, una gestión inadecuada de la ciudad y los sistemas de transporte público desintegrados.

Estas condiciones provocaron de acuerdo a lo investigado por el instituto para políticas de transporte y desarrollo (ITDP) que la  ineficiencia en el año 2009 en el caso del AMG le costaron a la ciudadanía más de 21,000 millones de pesos, distribuidas de la siguiente manera: 52% costo del congestionamiento; 27% costo de accidentes; 10% costo contaminación atmosférica; 6% costo contaminación auditiva; y 5% costo por el cambio climático.

Esta millonaria pérdida debe obligar a las autoridades a analizar y entender si los programas que hoy utilizamos nos permiten, primero, estabilizar el proceso de pérdida de eficiencia y segundo, entrar en un proceso de crecimiento de la eficiencia de las vías urbanas, impulsando una movilidad urbana sustentable.

Conforme la conurbación siga creciendo, los tapatíos requeriremos de mayor energía para la realización de nuestras actividades (alimentos, casa, industria y transporte); sabemos que en los albores de nuestra ciudad, nos bastaba el consumo de la energía endosomática (producida por el hombre), conforme fue creciendo hasta consolidarse, en una gran área metropolitana, conformada por 10 municipios, con mas de 5 millones de habitantes y una superficie superior a los 2,500 Km2, es obvio que se requiere de la energía exosomática (producida por animales, carbón, vapor de agua, hidrocarburos, solar y eólica, entre otras), y conforme la tecnología avanza generando mayores bienes de consumo, nuestra dependencia energética es mayor.

La publicación de la IUSC dependiente de la Universidad de Barcelona, en su documento “energía endosomática y exosomática” presenta el cuadro “evolución humana y consumo de energía” que abajo transcribo, y nos presenta las diferentes etapas del hombre, clasificando la evolución de la humanidad en 6 etapas; iniciando con el hombre primitivo, y terminando con el hombre tecnológico, la energía que hoy se consume per cápita, está compuesta por un 8% de energía endosomática y un 92% de energía exosomática.

TABLA ROMERO

Con base en el mismo cuadro presentado por la Universidad de Barcelona, los requerimientos de consumo de energía entre el hombre tecnológico y el hombre primitivo ha crecido en más de 11,950%, lo que nos convierte en sociedades dependientes de la energía exosomática; dicho de otra manera, altamente dependientes e ineficientes al igual que nuestras ciudades. De continuar el incremento en el consumo de energía, como hasta hoy se registra, llegará el momento que no podremos generar la suficiente para  satisfacer las necesidades de nuestra ciudad, provocando una parálisis general de la misma.

Las ciudades modernas como el AMG donde residen los hombres tecnológicos, se han convertido en el mayor consumidor de energía distribuyendo su consumo energético de la siguiente manera: La energía endosomatica, como lo dijimos párrafos arriba, representa el 8% del total, mientras que la energía exosomática que se utiliza en 3 funciones de nuestras actividad diaria, representa el 92%, distribuyéndose de la siguiente manera: funciones de vivienda y comercio representa el 28% del total; funciones de industria y agricultura con un 38% del total y finalmente funciones de transporte de mercancías y personas, con un 26% del total.

Es importante resaltar que una cuarta parte de la energía consumida la utilizamos para el transporte de personas y mercancías. Y es la que más posibilidades tiene de eficientar su consumo, al modificar los hábitos de desplazamiento. Por lo que a continuación comento algunos conceptos que nos permitirán entender el concepto de eficiencia.

EL CONCEPTO DE EFICIENCIA

Para entender este concepto es obligado definir qué es la eficiencia y cómo la podemos obtener. De acuerdo con la literatura existente, diferentes autores recomiendan que previo a la definición de la eficiencia, lo adecuado es  conocer la diferencia entre el concepto de eficiencia y eficacia, hay muchos investigadores que tratan este tema, en lo personal me identifique con Ramón Fuentes Pascual.

En su tesis doctoral titulada eficiencia de los centros públicos de educación secundaria, Fuentes Pascual, define eficacia como: “la capacidad de establecer y lograr metas preestablecidos mientras que eficiencia aludirá a la capacidad de obtener objetivos por medio de una relación deseable entre inputs y outputs, en otros términos  de existencia de máxima productividad de los inputs empleados y/o de mínimo coste de obtención de productos”.

Es clara la diferencia entre eficiencia y eficacia, pero el economista Pareto de origen Italiano que a finales del siglo XIX creó el concepto de eficiencia (óptimo de Pareto), que en su momento la denominó ofelimidad . Quien para muchos investigadores y académicos, es el creador de la idea más extendida de eficiencia. Para entender este concepto, me apoyo en lo encontrado por Reyes Blanco y Franklin Sam que en el 2014, señalan que Pareto dice “que cualquier cambio de situación afectaría a una economía sin perjudicar a otra. Es decir, las situaciones son eficientes, si al haber un cambio de esa situación, se beneficia a alguno, sin perjudicar a otros”.

A manera de síntesis, cualquier acción realizada por la autoridad que perjudique a otros, esta no debe de reconocerse como una acción que genere eficiencia, aun favoreciendo a un grupo de personas, pero si la política que impulsa esta acción perjudica a otros, no debe de promoverse como benéfica para la ciudad y más tratándose de mayor consumo de energía exosomática.