La accesibilidad universal como clave para una movilidad equitativa en las ciudades - Pasajero7

La accesibilidad universal como clave para una movilidad equitativa en las ciudades

ACCESIBILIDAD UNIVERSAL

Garantizar la accesibilidad universal en las ciudades no es solo un derecho humano, sino una necesidad para alcanzar una movilidad equitativa. En México, donde el 16.5% de la población tiene algún tipo de discapacidad, la falta de infraestructura accesible dificulta la integración de millones de personas en la vida urbana. Rampas mal diseñadas, ausencia de semáforos sonoros y transporte público inaccesible son apenas algunos de los problemas. Además, los adultos mayores, niños y padres con carriolas también enfrentan barreras similares. Es urgente replantear la infraestructura urbana con un enfoque inclusivo, que permita a todos desplazarse de manera segura y eficiente.

¿Qué es la accesibilidad universal?

La accesibilidad universal abarca el diseño de entornos, productos y servicios que puedan ser utilizados por cualquier persona, independientemente de sus capacidades. Según el arquitecto y urbanista Enrique Villalobos, “la accesibilidad universal no solo se limita a las personas con discapacidad, sino que beneficia a todos los ciudadanos, al facilitar un tránsito más seguro y cómodo”.

Este concepto se traduce en elementos concretos como rampas con las pendientes adecuadas, pisos táctiles para personas con discapacidad visual, semáforos con señales acústicas, y andadores amplios y continuos. Sin embargo, Villalobos destaca que “a menudo estas medidas se implementan de forma parcial o como un añadido, en lugar de ser parte integral de la planificación urbana”.

La infraestructura urbana: clave para la inclusión

Una ciudad con infraestructura accesible no solo es más inclusiva, sino también más funcional para todos. En urbes como Ciudad de México, donde más del 60% de los viajes diarios se realizan en transporte público, la falta de accesibilidad representa un obstáculo para millones. Aceras en mal estado, falta de cruces peatonales seguros y estaciones de transporte no adaptadas son barreras comunes.

Un ejemplo positivo es Guadalajara, que ha comenzado a implementar proyectos como la Línea 3 del Tren Ligero, diseñada con elevadores, señalización táctil y guías sonoras. “Estos avances demuestran que es posible construir infraestructura inclusiva que no solo beneficie a las personas con discapacidad, sino también a los adultos mayores y usuarios temporales, como turistas”, afirma Sofía Robles, especialista en movilidad urbana.

La accesibilidad universal debe ser una prioridad en las políticas de movilidad urbana. Crear ciudades accesibles no solo es un acto de justicia social, sino también una estrategia para construir entornos más seguros, eficientes y sostenibles. 

La conexión entre accesibilidad y movilidad eficiente

La accesibilidad universal y la movilidad urbana están intrínsecamente relacionadas. Una infraestructura diseñada para ser accesible fomenta la intermodalidad, es decir, la combinación de diferentes medios de transporte, como caminar, usar bicicletas y abordar transporte público. Según Rodrigo Medina, consultor en transporte, “cuando las ciudades priorizan la accesibilidad, crean redes de transporte más integradas, eficientes y equitativas, donde todos pueden moverse libremente”.

Asimismo, la accesibilidad reduce la dependencia del automóvil, promoviendo alternativas más sostenibles. En Monterrey, por ejemplo, las mejoras en las estaciones de Metrorrey han incrementado el uso del sistema en un 15%, según datos oficiales.

Desafíos para garantizar la accesibilidad

A pesar de los avances en algunas ciudades, los desafíos persisten. La falta de voluntad política, recursos limitados y la carencia de normativas claras son barreras frecuentes. Además, en muchos casos, la infraestructura existente requiere adaptaciones costosas que no siempre son prioridad para las autoridades.

El arquitecto Luis Pérez, experto en diseño accesible, señala que “un gran problema es que muchas soluciones se aplican de forma aislada, sin considerar cómo interactúan con el entorno urbano en su conjunto”. Por ejemplo, una rampa puede ser inútil si no conecta con un paso peatonal seguro o si no hay transporte accesible en las cercanías.

Lograr una movilidad accesible requiere compromiso político, financiamiento adecuado y un cambio en la forma de planificar las ciudades.

Propuestas y soluciones

Para superar estos retos, los expertos proponen una serie de medidas. En primer lugar, es fundamental incluir la accesibilidad universal desde la etapa de diseño en todos los proyectos urbanos. También es crucial actualizar las leyes locales para alinearlas con la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad de la ONU. Finalmente, es necesaria la capacitación de los profesionales que trabajan en urbanismo y movilidad, así como la consulta constante con grupos de la sociedad civil.

Ciudades como Barcelona y Medellín son ejemplos de éxito, donde la planificación inclusiva ha transformado no solo la movilidad, sino la calidad de vida de sus habitantes. “Invertir en accesibilidad no solo mejora la experiencia urbana, sino que tiene beneficios económicos, al atraer más usuarios al transporte público y reducir los costos asociados a accidentes o exclusión social”, comenta Sofía Robles.

Es urgente replantear la infraestructura urbana con un enfoque inclusivo, que permita a todos desplazarse de manera segura y eficiente.