Movilidad urbana postcolonial: La población indígena y sus traslados - Pasajero7

Movilidad urbana postcolonial: La población indígena y sus traslados

indigena trasladosPoblación indígena en México

Para 2010, en Latinoamérica habían cerca de 42 millones de personas indígenas, lo que representó el 7.8% del total de la población (Grupo del Banco Mundial, 2015). En México, para el mismo año, habitaban cerca de 16.83 millones de personas que se identificaban como indígenas, el 15% de la población total, mientras que el 7% del total de la población hablaba alguna de las 67 lenguas indígenas distintas que hay en el país (ibid). A pesar de que son estadísticamente representativos, las personas indígenas en México enfrentan varios problemas importantes en el día a día.

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En México, la mayor parte de los empleos remunerados de las personas de habla indígena, son trabajos manuales de baja calificación (55.5%), esto aplica también para personas que se autoadscriben como indígenas (40.5%), o con piel obscura (31.3%) (Solís, Guérmez y Lorenzo, 2019).

En las ciudades mexicanas se encuentra la mayor parte de indígenas (53.7%), pues van en búsqueda de una mejor vida a pesar de que en las ciudades suelen estar sometidos a pobreza extrema y vivir en zonas marginales y de riesgo (CEPAL, 2014).

Colonialismo en las ciudades

A pesar de que las mujeres y hombres indígenas sufren de exclusiones múltiples por pertenecer a una etnia, sus necesidades y sus motivaciones para viajar dentro de las ciudades, son ignoradas por los planeadores. Se ha señalado la importancia de la multiculturalidad dentro de las ciudades, a partir de las múltiples migraciones en el mundo, pero poco se ha hablado de los movimientos dentro de la ciudad de estas culturas diferentes.

La teoría macro que permite explicar la omisión de las demandas indígenas dentro de la planeación y el diseño urbanos, así como en la movilidad y el transporte, es la que explica el proceso de colonización histórica (Raerino, Macmillan y Jones, 2013).

La urbanización, junto con la colonización europea y estadounidense, se llevaron a cabo con una premisa básica de binarismo: modernizar como ideal universal, en contra de lo tradicional y, por ende, lo indígena (Hosagrahar, 2005). Dicha colonización se hizo desde los países del norte, hacia los del sur (Satgé y Watson, 2018). Si bien en algunos casos se dio una hibridación cultural en la planeación y diseño urbanos, en general, se hizo priorizando la cultura española (Pellow y Lawrence-Zúñiga, 2014).

La colonización se sigue dando en un contexto de globalización neoliberal, es decir, de redes globales transnacionales y de rápidos movimientos, en la que la ciudad es modelada por los intereses privados y la omisión del Estado y el gobierno, y finalmente, en la que las clases pudientes y las clases medias son las que tienen derecho a vivir su ciudadanía de manera plena, pues son quienes tienen los recursos para consumir lo que el mercado ofrece (Jaffe y De Koning, 2016). La mayor parte de los lugares de consumo son para clases medias y medias altas, como: plazas comerciales, cines, restaurantes, entre otros, los cuales excluyen a las clases bajas y vendedores ambulantes (Pellow y Lawrence-Zúñiga, 2014).

La mejor forma es apostar por la interculturalidad: culturas relacionándose en la mayor horizontalidad posible e intercambiando conocimientos con respeto mutuo (ibid). Además se debe de aspirar al compartir el espacio público de manera que se genere más tolerancia (Gaffikin y Morrissey, 2011).

Por una movilidad postcolonial

A este quehacer de hacer válido el conocimiento indígena se le denominará postcolonialismo. Esto es, una tradición crítica interdisciplinaria que analiza el impacto del poder colonial en las culturas de los pueblos colonizadores y colonizados (afrodescendientes, asiáticos e indígenas) del pasado y la reproducción de relaciones, representaciones y prácticas coloniales en el presente (Gregory, 1997; Gómez Nadal, 2017).

Es preciso dejar de ver a quienes viajan en la ciudad, como entes homogéneos. Existen diferencias culturales dentro de las ciudades que tienen que ser develadas en los diagnósticos que se generen, para que las políticas públicas atiendan a sus problemáticas específicas.

Una de las tareas pendientes en materia indígena, según organismos internacionales, es desarrollar instrumentos de recolección de datos específicos y complementarios a los censos de cada 10 años (CEPAL, 2013). En este sentido, es necesario crear instrumentos de recolección de datos, específicos y particulares, para la particularidad de las características de las culturas urbanas. Estos instrumentos tienen que dar datos concretos para crear espacios y entornos más justos y accesibles para la población indígena urbana.

Estudios sobre los traslados de mujeres indígenas y aborígenes

Se han realizado muy pocos trabajos sobre este tema, sin embargo, podemos clasificar algunos que han tenido que ver con los traslados de las mujeres indígenas.

Las mujeres indígenas en lugares como África, se han desempeñado como comerciantes y se han realizado estudios de cuáles son sus gastos diferenciados por género, de los cuales se ha concluido que las mujeres gastan mucho menos en lujos y más en transporte (Levin, et al, 1999).

Desde el feminismo y la administración pública, las mujeres indígenas americanas del sudeste de Estados Unidos, en Nuevo México, han movilizado la agenda política concerniente al medio ambiente y el transporte público y su planeación (Prindeville, 2000; 2004).

Una de las razones por las que las mujeres no hacen traslados cotidianos en torno a motivos como el quehacer político de las comunidades y colonias indígenas, es el mandato patriarcal de sus maridos que las obliga a quedarse en casa y no salir, como ha sido el caso de las mujeres kichwa en Ecuador (Radcliffe, 2015).

Por otro lado, la movilidad de las mujeres se ha estudiado de manera indirecta, es decir, al estudiar la vida cotidiana, como lo es la actividad física. La dotación de transporte público en áreas alejadas es crucial puesto que permite o impide que las mujeres indígenas australianas hagan deporte y actividad física (Stronach, Maxwell y Taylor, 2015).

La actividad física y el deporte en estos casos provoca que las mujeres indígenas se vean como lideresas y mantengan unidas a sus comunidades sirviéndoles de ejemplo a seguir (ibid).

La mayor parte de los contextos de los estudios han sido fuera de México. Finalmente es preciso hablar de las metodologías con las que se ha trabajado este tema, las cuales han sido principalmente cualitativas: entrevistas a profundidad, historia oral y etnografías densas, por lo que es importante que se generen estudios estadísticos y finalmente es preciso señalar que existe mucho por hacer en esta materia.

Recursos

CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe), 2013, Mujeres indígenas en América Latina. Dinámicas demográficas y sociales en el marco de los derechos humanos, ONU-Mujeres, Ford Foundation, Chile.

———-, 2014, Los pueblos indígenas en América Latina. Avances en el último decenio y retos pendientes para la garantía de sus derechos, Chile.

Gaffikin, F. y Morrissey, M. (2011). Planning in Divided Cities: Collaborative Shaping of Contested Space. Wiley-Blackwell: Reino Unido.

Gómez Nadal, P. (2017). Indios, negros y otros indeseables. Capitalismo, racismo y exclusión en América Latina y el Caribe. Ediciones Abya-Yala. Ecuador.

Gregory, D. (1997). Poscolonialismo. Barfield, T. (editor). Diccionario de Antropología. Siglo XXI, 412-413.

Grupo del Banco Mundial, 2015, Indigenous Latin America in the Twenty-First Century, Washington, D. C.

Hosagrahar, J. (2005). Indigenous Modernities: Negotiating Architecture, Urbanism, and Colonialism in Delhi Architect Series. Taylor & Francis Routledge.

Jaffe, R. y De Koning, A. (2016). Introducing Urban Anthropology. Routledge: Nueva York.

Levin, C. et al. (1999). Working Women in an Urban Setting: Traders, Vendors and Food Security in Accra. World Development. (27:11), 1977-1991.

Pellow, D. y Lawrence-Zúñiga (2014). Built Structures and Planning. Nonini, D. (editor). A Companion to Urban Anthropology. Wiley Blackwell Companions of Anthropology. 85-102.

Prindeville, D. (2000). Promoting a Feminist Policy Agenda: Indigenous Women Leaders and Closet Feminism. The Social Science Journal. (37:4), 637–645.

Radcliffe, S. (2015). Dilemmas of Difference. Indigenous Women and the Limits of Postcolonial Development Policy. Duke University Press: Estados Unidos.

Raerino, K., Macmillan, A. y Jones, R. (2013). Indigenous Māori perspectives on urban transport patterns linked to health and wellbeing. Health & Place. (23), 54–62.

Satgé, R. y Watson, V. (2018). Urban Planning in the Global South. Conflicting Rationalities in Contested Urban Space. Palgrave Macmillan.

Solís, P., Guérmez, B. y Lorenzo, V. (2019). Por mi raza hablará la desigualdad. Efectos de las características étnico-raciales en la desigualdad de oportunidades en México. OXFAM-México.

Stronach, M., Maxwell, H. y Taylor, T. (2015). ‘Sistas’ and Aunties: sport, physical activity, and Indigenous Australian women. Annals of Leisure Research. (19:1), 7-26, DOI: 10.1080/11745398.2015.1051067