La Cdmx y su complejidad en la movilidad - Pasajero7

La Cdmx y su complejidad en la movilidad

movilidad para todos

Escrito poror José Gilbert García Campoy / CEO FOTCA

ceo@fotca.mx

Cada día que pasa, más personas vivimos en la Ciudad de México y necesitamos servicios de movilidad para realizar nuestras actividades. Durante décadas, las generaciones han utilizado el Metro como nuestro principal medio de transporte y conexión para movernos de forma rápida y eficiente, a pesar de que, en la última década, no ha habido mejoras significativas.

La maduración de otros sistemas tipo BRT, como el Metrobús, Mexibús y Cablebús, y el resurgimiento del Trolebús con infraestructura especial, han permitido a las personas realizar sus actividades cotidianas. Sin embargo, el reto es grande, ya que la ciudad crece a pasos agigantados y la saturación es complicada. Un gran pendiente, después de los proyectos ya en funcionamiento o en vías primarias, es ¿cómo solucionar la conexión del llamado “último tramo”? Existen zonas que, a pesar de los grandes esfuerzos, todavía requieren de hasta una hora o más de trayecto para llegar a sus hogares. No se trata solo de un tema de distancia, sino de la falta de espacio en las vialidades que hace imposible transitar por ellas.

El uso de otros medios de transporte, como la bicicleta, los patines o los triciclos, es positivo, especialmente con vehículos eléctricos que facilitan el desplazamiento. Sin embargo, son muy vulnerables ante la peligrosidad de las vías y la falta de seguridad debido al robo, vandalismo o descompostura. Además, la regulación por parte del Estado es insuficiente, sin un control adecuado del número de unidades de este tipo en las calles,  y también la oferta de productos en tiendas de conveniencia se ha desbordado sin ningún control.

Algunos podrían sugerir el uso de otros tipos de transporte alimentadores para las periferias; no obstante, son limitados, caros y de alto riesgo. Debido al gran flujo de personas que se desplazan hacia allá, los tiempos se duplican y triplican en comparación con caminar a buen ritmo. Asimismo, el trazado de las vialidades carece de lógica en muchos casos, con subidas, bajadas, falta de accesos, barrancas o la privatización de las calles. Una gran cantidad de personas adultas mayores, con discapacidad o con limitación en su movilidad, agrava la situación.

La creación de alternativas con unidades de última milla para acompañar en el trayecto puede corregir esta necesidad. Es importante regularizar y establecer atribuciones y obligaciones con una ley real, ya que lo clandestino e informal también conlleva problemas de forma y de fondo, provocando intolerancias y falta de respeto a los demás usuarios de la calle. La seguridad en las unidades improvisadas y sin características adecuadas para cumplir con las normas mínimas de protección para los usuarios y choferes es otro tema crítico. Además, estos medios de transporte informales provocan desorden, obstruyendo calles, banquetas, andadores y cruces.

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En los últimos años, la posibilidad de buscar soluciones integrales se ha incrementado, inspirándonos en ejemplos internacionales como la Agenda 2030 y las ciudades de trayectos de 15 minutos, como París (La Ville du Quart d’Heure), con la gran idea del académico colombiano Carlos Moreno, impulsada por Anne Hidalgo, Alcaldesa de París. Ya son 16 ciudades adoptando esta idea, en la que las personas pueden satisfacer sus necesidades diarias en bicicleta con trayectos de no más de un cuarto de hora, es decir, en un radio no mayor a 5 km.

La seguridad en las unidades improvisadas y sin características adecuadas para cumplir con las normas mínimas de protección para los usuarios y choferes es otro tema crítico. Además, estos medios de transporte “irregulares” provocan desorden, obstruyendo calles, banquetas, andadores y cruces.

Para nosotros, es imposible debido al gran tamaño de la Ciudad de México, con un diámetro de casi 60 km, que se ha extendido aún más con la creación de nuevas áreas dormitorio, parques industriales y centros de negocios. La mancha urbana ha absorbido pueblos y pequeñas ciudades que eran independientes, como Ecatepec, Texcoco, Chalco, Tepotzotlán, Amecameca y Tizayuca. La pared de montaña y bosque ha servido de filtro para frenar el crecimiento descontrolado de la ciudad. La conectividad se desbordará con la llegada del tren interurbano Buenavista-Cuautitlán y próximamente el Observatorio-Toluca.

Es posible que los transportes no estén a más de un cuarto de hora para conectarse a esta gran red de la Ciudad de México. Los esfuerzos de los tomadores de decisiones deben centrarse en crear oportunidades de conexión en el menor tiempo posible, ayudando a la población que viene de las periferias o va hacia ellas, sacrificando miles de horas al año debido a la incapacidad del Estado para ofrecer soluciones integrales que puedan dar armonía y mejorar las horas perdidas de vida.

Falta hablar de la motocicleta, que permite sortear cualquier tráfico y área, pero no está hecha para realizar grandes trayectos debido a la saturación del espacio público, lo que obliga a romper reglas y pone en peligro a quien conduce, quien acompaña y quienes usan las calles. La tasa de accidentes está por las nubes y en aumento, con una alta mortalidad y lesiones severas que producen secuelas casi permanentes, debido a la falta de seriedad y el estrés que esta ciudad provoca.

La CDMX crece sin rescate, planeación, control y responsabilidad de las partes involucradas para contribuir a mejorar y crear mecanismos de trayectos de 15 minutos para todas y todos.