En la última década, derivado del auge de nuevos modelos de transporte y la urgente necesidad de migrar a unidades menos contaminantes, el transporte convencional concesionado (buses, micros y vanes) se han convertido en el patito feo del que poco se quiere hablar, parece difícil de regular, y sin embargo sigue siendo el que más personas mueve en todas las ciudades de México.
De acuerdo con Viviana Tobón, directora técnica de Transporte Público de la Secretaría de Movilidad de Medellín, pese a la implementación de nuevos modelos de transporte, como pueden ser sistemas BRT, trenes, y sistemas de cable, estos no han logrado el impacto en la movilidad, como si lo tiene el transporte concesionado, y eso lo dejan claro los números.
La implementación a finales del año 2000 del sistema TransMilenio en Bogotá, fue el detonante para que el modelo BRT comenzara a ser protagonista del transporte de pasajeros en diferentes ciudades de América Latina; según Viviana Tobón, antes de TransMilenio había 8 de estos sistemas en ciudades brasileñas, después se registró un boom llegando a 64 sistemas BRT operando en 13 ciudades de la región.
Los sistemas BRT tienen muchas ventajas, y a las autoridades y expertos nos gustan; una gran mayoría habla de implementar sistemas de transporte con estas características, pero lo cierto es que representan una movilidad minoritaria, por ejemplo en Brasil que nos lleva muchos años de ventaja con este modelo no alcanza aún una cobertura del 50% de la demanda, y en México y Colombia, los BRT apenas mueven alrededor de 13% de los viajes. La gente se mueve mayoritariamente en el transporte concesionado convencional, de ese que poco se quiere hablar”.
Al reiterar que el transporte convencional es el que sigue moviendo a más del 50% de las personas, consideró que “es ahí donde se debe trabajar para garantizar un mejor servicio”, y resaltó las debilidades del modelo convencional de transporte en México:
- Altos índices de siniestralidad
- Obsolescencia del parque automotor
- Sobreposición de rutas
- Inseguridad
- Falta de capacitación de conductores
- Modelo de negocio obsoleto
Viviana Tobón expusó que estas debilidades son similares en toda Latinoamérica, y destacó la importancia de fortalecer la relación entre autoridades y transportistas, pues solo mediante el trabajo conjunto podrá mejorar el servicio, y actualmente, en la mayoría de los casos trabajan con expectativas diferentes.
La realidad es que esto debe ser un matrimonio, una relación de pareja; es decir, al decidir ser transportistas entran en una situación donde tienen un socio natural y obligado que es la autoridad. Es un matrimonio donde cada integrante llega con expectativas sumamente diferentes. El transportista quiere realizar una actividad económica rentable, y la autoridad quiere que sea un servicio, pero que no le cueste a ellos y busca esforzarse lo menos, y ahí está el el punto, el transporte debe ser ambas cosas y deben encontrar el equilibrio tomando cada uno su responsabilidad”.
De igual manera, subrayó que el transporte convencional en casi todas las ciudades de la región, ha contribuido al desarrollo y que sus debilidades ante los ojos de expertos y autoridades, son también su fortaleza antes los usuarios:
Ante la relevancia que ofrece el transporte convencional, Viviana puso sobre la mesa la necesidad de modernizar este sector, tan duramente calificado mediante dos premisas: Fortalecer la autoridad y tener una visión socio-política, ambas basadas en cinco ejes:
El reto acá es como le damos la vuelta a esto, es decir se debe apostar por invertir en el transporte convencional, pero nos encontramos con un sector irregular, es ahí donde hay que comenzar, regularización, eso implica trabajo, no porque algunos no quieran no se avanza, se necesitan autoridades que se comprometan en la regularización, inversión y mejora del transporte concesionado; en muchos casos es necesario que la autoridad deje su pereza, porque a la autoridad perezosa le conviene, le conviene el transporte irregular, le quita responsabilidad”.
Por último, Viviana Tobón indicó que existen modelos de transporte alternativos que pueden mejorar la movilidad, que deben ser adaptados a las ciudades, pero que es urgente invertir en la regularización, profesionalización y modernización del transporte convencional concesionado:
- Es momento de entender que hablar de un mejor servicio, es apostar por el transporte convencional y modernizarlo.
- La institucionalidad no puede seguir ignorando los verdaderos desafíos del sector, pero el transportista no puede seguir culpando a la autoridad de su incapacidad para entender el negocio.
- La ruta de la cofinanciación y el crecimiento en los servicios es la clave, pero eso solo es posible si la autoridad deja su pereza, porque a la autoridad perezosa le conviene mucho el transporte informal, porque no le toca controlar, simplemente lo culpa del mal servicio.
