En un esfuerzo por promover la movilidad sustentable y el uso de espacios públicos para actividades recreativas y deportivas, el gobierno de Puebla, encabezado por Alejandro Armenta, realizó la primera edición de 2025 de la Vía Recreativa Metropolitana (VRM). Este evento congregó a más de 5,200 ciudadanos, acompañados de sus familias y mascotas, quienes participaron en una jornada de convivencia en un ambiente libre de vehículos motorizados, sobre la icónica Recta a Cholula.
La titular de la Secretaría de Movilidad y Transporte (SMT), Silvia Tanús, dio el banderazo inicial del evento, marcando el inicio de una actividad que busca posicionarse como un referente en la promoción de hábitos saludables y movilidad segura en el estado.
Seguridad y coordinación: Claves del evento
Para garantizar la seguridad de los asistentes, la SMT desplegó un operativo integrado por 192 elementos, en colaboración con las áreas de tránsito y vialidad de los municipios de Cuautlancingo, Puebla, San Pedro Cholula y San Andrés Cholula. A esta estrategia se sumaron las secretarías de Seguridad Pública y Salud del estado, que proporcionaron servicios médicos, asistencia vial y atención preventiva a lo largo del recorrido.
Además, se instalaron estaciones de servicio en puntos estratégicos para ofrecer hidratación, atención médica y asistencia mecánica para bicicletas, asegurando que los participantes pudieran disfrutar plenamente de la experiencia.
Un evento integral con enfoque comunitario
El evento no sólo promovió el uso de la bicicleta y otras formas de transporte no motorizado, sino que también integró actividades culturales, ambientales y de bienestar. Dependencias como las secretarías de Igualdad Sustantiva, Cultura, Medio Ambiente y Bienestar Animal organizaron dinámicas diseñadas para fomentar la integración comunitaria y reforzar los lazos sociales entre los asistentes.
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Crítica y perspectiva de futuro
Si bien la Vía Recreativa Metropolitana representa un paso importante hacia la movilidad sustentable en Puebla, es fundamental analizar la continuidad de estas iniciativas y su impacto real en el cambio de hábitos de la población. La transformación de espacios urbanos en áreas seguras y accesibles debe ser parte de un plan integral que considere inversiones permanentes en infraestructura para peatones y ciclistas, además de una mayor sensibilización sobre los beneficios del transporte no motorizado.