El congestionamiento en la avenida López Mateos no es nuevo. Tampoco lo es el deseo de resolverlo. Lo que sí es reciente —y fundamental— es la oportunidad de hacerlo con una visión colectiva, informada y sostenible.
En las últimas semanas ha resurgido el debate sobre las posibles soluciones para esta vialidad crítica del sur de Guadalajara. Entre las propuestas figura la construcción de un segundo piso, opción que ha generado posturas encontradas. Si bien algunos sectores la consideran viable, especialistas y colectivos advierten sobre sus efectos temporales y sus altos costos sociales y ambientales.
Desde Pasajero7, consideramos que estas discusiones deben mantenerse abiertas, pero guiadas por evidencia y responsabilidad. La experiencia nacional e internacional demuestra que las grandes infraestructuras viales —como los viaductos elevados— rara vez resuelven el problema de fondo: inducen más tráfico, agravan la contaminación y perpetúan el modelo de ciudad centrado en el automóvil.
Por eso es tan importante que este momento no se convierta en una decisión apresurada, sino en una oportunidad de diálogo plural. Tanto sociedad civil como autoridades han coincidido en la necesidad de retomar los espacios de participación, como los Diálogos por la Movilidad Sustentable, que en 2023 marcaron una hoja de ruta con más de 60 mil voces: transporte público fortalecido, reordenamiento territorial, intermodalidad real.
La avenida López Mateos necesita soluciones, sí. Pero no solo para mover autos, sino para mejorar la calidad de vida de quienes usan esa vía todos los días, ya sea caminando, en transporte público, en bici o en vehículo privado. Cualquier proyecto debe surgir de un análisis integral que contemple eficiencia, equidad, medio ambiente y futuro urbano.
La ciudad no está para parches. Está para transformarse. Y transformar la movilidad no empieza por subir carriles, sino por elevar las decisiones.





































