Scooter, un modo de micromovilidad que debe tener una segunda oportunidad - Pasajero7

Scooter, un modo de micromovilidad que debe tener una segunda oportunidad

scooters2

La historia de los scooters como modo de transporte es de una índole reciente, ya que no fue hasta la década de los 90 cuando el empresario alemán Wim Ouboter creó la empresa Micro Mobility Systems, la cual se convirtió en pionera de estas unidades de transporte. Sin embargo, no fue hasta la década de los 2000 que dichos vehículos pudieron introducirse en diversos países, convirtiéndose poco a poco en una alternativa para la micromovilidad. Con el auge de estos sistemas, diversos países comenzaron a realizar normativas, pero sobre todo propuestas para su implementación, y con el pasar del tiempo, dicha idea se trasladó a la CDMX, una que tuvo un auge considerable en 2018, pero que al día de hoy ya no se percibe de esa manera.

La incursión en la ciudad comenzó como mayormente lo hacen medios de transporte alternativos: básicamente de una manera individual, para luego ser regulados. Fue en el 2018, con la llegada de los primeros monopatines sin anclaje, que este proceso inició. Con esta llegada, el siguiente paso lo tomó la Secretaría de Movilidad de la CDMX, la cual lanzó un programa piloto justamente en ese año, donde se le brindó a seis empresas un permiso provisional para dotar a la ciudad con estos sistemas durante 45 días. En ese momento, Econduce, Motum, Movo, Grin, Bird y Lime fueron las empresas que formaron parte de este programa.

A lo largo de ese tiempo se realizaron diversas actividades, tanto de recopilación de datos como de seguimiento de las diversas empresas que lo integraban, todo con el fin de poder definir un programa de regulación, lo que sin duda generó grandes resultados para poder establecer un adecuado sistema de scooters. Sin embargo, las circunstancias que se contemplaron para los años posteriores generaron un cambio considerable en el crecimiento de este servicio.

En primer lugar, con la llegada de una pandemia global, los contratiempos que cargaba el sistema detonaron, mostrando aún más las carencias que tenía, porque un sistema de transporte —independientemente de cuál sea— no es perfecto, sobre todo porque se encuentra sumergido en un entorno con múltiples variables difícilmente controlables. En muchas ocasiones son estas las que hacen que los resultados que se buscan alcanzar no se logren. Y aunque en parte esta fue una de las razones por las que los scooters han dejado de tener el peso que se pensaba que iban a tener, los motivos son más amplios.

Aunque los scooters eléctricos tuvieron un crecimiento notable en 2018 como una alternativa de micromovilidad, factores como la pandemia, robos, falta de infraestructura, poca educación vial y deficiencias en la regulación y financiamiento provocaron su disminución y la salida de empresas como Grin. 

En México, en el transcurso del tiempo, la implementación de sistemas de transporte en sus diferentes modalidades se ha perpetuado bajo condiciones poco claras y con un número considerable de contratiempos, como en la parte de financiamiento, diseño, implementación, mantenimiento, regulación, planeación y operación, lo que ha dado como resultado que diversos proyectos de movilidad del orden público presenten diversos problemas. Por ello, no es algo inaudito que diversas iniciativas no puedan mantenerse. No obstante, es fundamental poder definir las causas de estos hechos y, con ello, poco a poco generar acciones que puedan trascender a las anteriores.

En el caso de los scooters, las condiciones en las que se encuentran y en las que se han desarrollado dan hincapié a que puedan mencionarse dos ejes a resaltar: el primero, relacionado con las áreas de oportunidad (desarrollo urbano de baja escala, desarrollo de sistemas sustentables y generación de una red multimodal de transporte) que este tipo de sistema tiene; y el segundo, con los retos (financiamiento, educación vial, seguridad e infraestructura) que se tienen que solventar para entender con más claridad qué ha sucedido con este modo de transporte.

Tener esta visión es fundamental para visualizar que un sistema tiene ventajas y desventajas, y que depende de su planeación, puesta en marcha y seguimiento definir cuál de estas es la que sobresale.

Lo anterior, se suma mostrando que la disminución en el uso de este sistema de transporte en la CDMX es una combinación global de factores. En primer lugar, la aparición de una pandemia global, elemento difícil de predecir y que sin duda pone en jaque a un sistema que se alimenta de una demanda que en ese momento no podía realizar recorridos. Unido a ello, es uno donde existe un intercambio constante de unidades, por lo que la afectación fue más severa.

En segundo lugar, la vulnerabilidad a robos, algo que, aparte de generar más gastos, de igual manera disminuye la proliferación de más puntos de servicio, lo que se convierte en menos inversión y, por ende, menos alcance. Ejemplo claro de esto fue el retiro de la empresa Grin, la cual dejó de operar en el 2019 justamente por este motivo.

Como tercer punto se encuentra el de la oferta, ya que, aunque se contempló un número diverso de empresas para operar en la CDMX, al final solo una tuvo los permisos necesarios (Grin). En este punto se suma la cultura vial y de movilidad existente, porque, aunque se generen múltiples ideas, si estas no se acercan a las partes que las usarán, no se podrán alcanzar las metas deseadas. Y eso no solo se impulsa con propaganda; al contrario, se debe construir un entorno donde se puedan hacer llegar todas las ventajas que este sistema ofrece. Además, no se puede olvidar un tema de costos, que al final es algo que muchas veces decide si se realiza algo o no.

Los scooters en la CDMX presentan un sistema que tuvo un auge, pero que, al no afrontar las menciones anteriores, todo terminó, haciendo que un sistema con diversas cualidades se convirtiera en uno en el que, poco a poco, su desarrollo haya disminuido y su impacto en la movilidad de la urbe se haya deteriorado. Pero que debe rescatarse, porque una ciudad que cuente con más alternativas de transporte tendrá más soluciones para afrontar los problemas que se suscitan día a día y que, como se mencionó con anterioridad, cuenta con diversas áreas de oportunidad. Pero, sobre todo, lo más relevante es que, si se desea rescatar, se deben definir claramente los objetivos que se buscan alcanzar, porque sin eso, los cambios que vengan después no servirán.