Panorama de la desigualdad en el sector transporte en México y Jalisco
La brecha laboral de género en el sector de transportes, correos y almacenamiento fue de 68.42 puntos, para 2014, puesto que el porcentaje de mujeres ocupadas en este sector es de 15.79% a nivel nacional, a diferencia del 84.21% para los hombres (INEGI, 2014). En Jalisco, este porcentaje es de 16.74% para las mujeres y 83.26% para los hombres, siendo la brecha mucho menor que a nivel nacional (66.52 puntos).
El personal total ocupado según la Encuesta Anual de Transportes (INEGI, 2018), revela una severa desigualdad, según la siguiente tabla:
En la tabla se muestra como el único subsector que tiende a ser más igualitario entre mujeres y hombres, es el aéreo nacional, en donde las mujeres constituyen el 43% y los hombres 57%, pero vemos que los sectores más desiguales en el ámbito laboral es el de autotransporte de carga, con sólo 11% de mujeres empleadas y el de transporte colectivo urbano y suburbano de pasajeros en autobuses, con tan sólo 8% de mujeres empleadas.
A diferencia de otros países, la situación de México es crítica; por ejemplo, Suecia es el único país que cuenta con la misma representación de mujeres y de hombres en el Comité Nacional de Transporte, gracias a que desde 1990, se ha declarado el género como uno de los ejes principales de las políticas públicas sobre transporte (Hasson y Polevoy, 2011).
Desigualdad de género y división sexual del trabajo
Los espacios laborales también discriminan y violentan a las mujeres. El empleo de las mujeres en Latinoamérica se concentra en la informalidad, carencia de ocupación como gerentes o presidentas en empresas más pequeñas que las que tienen los hombres y en empleos tradicionalmente femeninos.
A pesar de que de 1980 a 2007, la tasa de participación femenina en la fuerza laboral incrementó de 35% a 53%, Latinoamérica sigue desaprovechando el potencial y el talento de las mujeres en cuestiones laborales, al no generar políticas públicas que promuevan su participación en el trabajo remunerado económicamente (Pagés y Piras, 2010).
Para 2019, la tasa de participación económica de la población de 15 años y más en el segundo semestre, fue de 44.8%, a nivel nacional, mientras que los hombres tuvieron una tasa de 77.07%, dando una brecha de 32.19 (INEGI, 2019). Para Jalisco, la brecha fue un poco menor (30.81 puntos) (ibid).
Pobreza con cara femenina
La pobreza en México tiene una cara femenina. De las personas con menos ingresos en México para 2014, 30% eran mujeres y sólo un 7% hombres (CEPAL, 2017). De igual manera, de los hogares sin acceso a la alimentación, para 2012, 41.5% eran dirigidos por mujeres y 34.9% por hombres (CONEVAL, 2014). De todas las personas jaliscienses para 2014, el 3.52% eran mujeres que vivían en pobreza extrema, mientras que un 2.91% eran hombres viviendo en esta situación (INEGI, 2014b).
Igualmente, las mujeres tienen pocas opciones de empleo. Muchas veces, lo que les queda es trabajar en la informalidad. La tasa de informalidad laboral para 2019 en México fue de 57.32 para las mujeres y 55.70 para los hombres (INEGI, 2019). En cuanto a los empleos formales, para 2010, el 80% de las mujeres jaliscienses que trabajaban por una remuneración económica, lo hacía en el sector terciario, es decir, en el de servicios (INEGI), 2010.
Brecha salarial
El Instituto Jalisciense de las Mujeres (IJM), realizó el “Diagnóstico de la brecha salarial entre mujeres y hombres en el estado de Jalisco: Un análisis de la segregación del trabajo por género y región 2016”, por las 9 zonas metropolitanas de Jalisco, en donde se vio que las mujeres jaliscienses en su mayoría dedican de 1 a 4 horas diarias de trabajo doméstico no remunerado y el 32% de las mujeres realiza una doble jornada de trabajo (combina lo laboral con lo doméstico) (IJM, 2016). Además de que en el estado existe una brecha salarial importante, pues 45% de ellas ganan de 1 a 5 salarios mínimos, mientras que sólo el 21% de los hombres se encuentra en este rango de salarios (ibid). A mayor número de hijos e hijas que tenga la mujer, es mayor la brecha salarial (ibid).
¿Qué se ha dicho sobre la falta de mujeres laborando en el sector transporte?
En México ha habido pocos trabajos que comprendan las razones de la desigualdad laboral de género en el sector transporte. En Reino Unido, las mujeres que laboran en el sector transporte, sólo son el 22%, estando empleadas en su mayoría en el sector de servicios como de cuidado, en donde ganan mucho menos (Wright, 2016).
Se ha comprobado que el hecho de que no participen en este sector, está relacionado con prácticas discriminatorias, violentas y de acoso sexual, por parte de sus colegas y jefes, pero cuando lo logran hacer, este trabajo les resulta muy gratificante y empoderante, según la perspectiva de las propias mujeres (ibid).
Es importante lo que se ha estudiado en países como Reino Unido, puesto que han teorizado sobre el prejuicio latente de que, para laborar en este sector, las mujeres tienen que adquirir habilidades que sólo desarrollan los hombres, lo cual sigue justificando la dominación masculina (ibid).
Otro dato importante, que nos dan estos estudios, es cómo las mujeres con diferentes afinidades sexuales y géneros, como las lesbianas, prefieren de manera recurrente este tipo de trabajos (aunque también es recurrente para las heterosexuales), sobre todo en ausencia de un hombre proveedor (ibid). Sin embargo, los hombres transexuales, adquieren mucho más fácilmente los beneficios que tienen los hombres en este trabajo, a diferencia de las mujeres (ibid).
Beneficios de la mejora laboral para las mujeres
Para erradicar poco a poco la brecha laboral existente entre hombres y mujeres, se busca que las mujeres se integren al mercado laboral del sector transporte, puesto que se ha visto que, a mayor independencia económica, mayor autonomía alcanzan las mujeres. Se ha constatado que, si las mujeres cuentan con más oportunidades de empleo, aumentan su bienestar, el de sus familias, sus ingresos, su seguridad financiera y les ayuda a interrumpir la transmisión de la pobreza hacia sus hijos e hijas (Pagés y Piras, 2010).
Retos
- Se necesita saber con profundidad por qué en México las mujeres no ocupan trabajos en el sector transporte. Los estudios internacionales nos dan pistas de por dónde comenzar.
- Cuando se conozca a detalle las necesidades específicas de las mujeres, se podrán generar políticas más específicas. Sin embargo y por el momento, se pueden tomar los estudios que se citaron previamente sobre la fuerte carga de trabajo de cuidados que tienen las mujeres, para generar políticas que aligeren su carga de trabajo en casa.
- Las mejoras en este sector, harán que sea más igualitario, que se reduzca la pobreza y la informalidad que tienen una cara marcadamente femenina.




































