MOVILIDAD Y VIVIENDA ASEQUIBLE PARA LAS MUJERES - Pasajero7

MOVILIDAD Y VIVIENDA ASEQUIBLE PARA LAS MUJERES

MUJERES

Las mujeres viajan cerca para hacer las labores de cuidado

Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL, 2017), la desigualdad de ingresos afecta más a las mujeres, pues para 2014, constituyeron el grupo de personas que contaban con menos ingresos propios (30%), frente a los hombres (7.5%).

México es el país de Latinoamérica que tiene más mujeres sin ingresos propios trabajando más tiempo de manera no remunerada.

Además, para el caso del Área Metropolitana de Guadalajara, según la encuesta ENDIREH (2011), 13 de cada 100 mujeres sufren violencia sexual y las consecuencias de la violencia en general versan desde la pérdida de interacción social y daños severos a la salud, hasta el riesgo de muerte.

Por otra parte, existe una tremenda desigualdad de género en las ciudades y con respecto de la movilidad urbana cotidiana. Los traslados que hacen las mujeres hacia el mercado, para cuidar a las personas enfermas y para trasladar a los hijos e hijas siempre se han visto como viajes de ocio y recreación. Los patrones de viaje de las mujeres son más largos y multipropósito y suelen ser en transporte público y a pie, debido a la falta de acceso que tienen a los automóviles. A ellas se les suelen imponer más tareas que a los hombres, por lo que sus viajes son en distancias más cercanas.

Las mujeres sufren el doble si tienen que laborar remuneradamente. En los países subdesarrollados como el nuestro, los transportes motorizados como el transporte público y los automóviles, no son la primera opción para las mujeres, debido a la falta de recursos económicos que tienen ellas. Por lo que es difícil para ellas transportarse en áreas donde está muy separado el uso de suelo residencial y el de trabajo, pues estos están pensados para los viajes de los hombres.

La importancia del uso de suelo mixto para los viajes de las mujeres

Para erradicar los problemas que sufren las mujeres al realizar sus viajes multipropósito, los barrios deben de proveer facilidades y amenidades locales, así como buenas oportunidades de trabajo, esto solo se logra con un uso de suelo mixto. Recientemente se ha comprobado que estos viajes incrementan la productividad de un país (Duchéne, 2011).

La coordinación entre las políticas de uso de suelo, la infraestructura de transporte y la planeación de servicios, resulta vital para favorecer los viajes de las mujeres. Las políticas de uso de suelo mixto y el incremento de la densidad habitacional, particularmente alrededor de estaciones de transporte masivo (Desarrollo Orientado al Transporte) también constituyen una solución profunda al problema y tienen como fin, que los destinos sean cercanos y que la bicicleta y las caminatas sean más viables. Los usos de suelos mixtos serán posibles, también, si se regula con normas los códigos de construcción.

La vivienda social mexicana

Sin embargo, México no ha logrado que la vivienda social se construya en lugares con uso de suelo mixto, es decir, que la vivienda quede cercana a los demás lugares significativos para las personas. Se ha visto que las causas de esta situación tienen que ver con el mal funcionamiento de los mercados de vivienda y de tierra, los altos precios de ésta en relación con el ingreso familiar, la falta de acceso al crédito hipotecario, los altos precios de la tierra y de la construcción, así como la construcción de los desarrollos de vivienda social en las periferias.

El hecho de que las zonas de vivienda social estén alejadas de los servicios prioritarios, incentiva en gran medida el uso del automóvil y con esto, la emisión de gases efecto invernadero, enfermedades y muertes viales.  Una gran parte de la vivienda social en el país se encuentra deteriorada, vandalizada y abandonada, muy poca gente puede acceder a ésta y quien accede termina teniendo problemas con el financiamiento.

Resulta importante entonces, tomar en cuenta la perspectiva de las personas e incluso diseñar desarrollos y políticas tomando en cuenta el género de las personas que dirigen los hogares, como es el caso de las mujeres que son jefas de hogar.

Políticas de vivienda asequible para las mujeres

La vivienda social en renta es aquella en donde la renta es más baja que en los niveles de mercado para que sea asequible a las personas vulnerables, discapacitadas, de bajos ingresos y migrantes. Los vouchers (o programas de vivienda accesible) son reconocidos en todo el mundo por sus resultados positivos. Para las mujeres víctimas de violencia de género en sus casas, existen políticas que incluyen no sólo una vivienda digna (refugios de emergencia, vivienda en transición –subsidio de renta- y vivienda permanente subsidiada), sino que ofrecen ayuda psicológica y económica posterior a la violencia de género vivida. Los refugios de emergencia constituyen para las mujeres, el primer paso para su estabilidad a largo plazo.

La más reciente política pública de vivienda en Tlajomulco

De 2000 a 2010 Tlajomulco tuvo la tasa de crecimiento poblacional más alta de la ZMG, pero para 2016, la gente de este municipio abandonó el 35% de las viviendas. Por lo que el gobierno optó por crear una política pública de vivienda en renta, en donde las personas recibirán el 100% de su renta por un máximo de dos años. Es de especial importancia, puesto que los criterios para ser elegido como inquilino, tiene que ver con ser mujer que haya vivido violencia de género, tener alguna discapacidad, ser persona de la tercera edad, entre otros. Con esto se busca generar cohesión social y seguridad, además de que se generarán talleres y sesiones comunitarias también por parte del gobierno.

Esta política resulta pertinente y digna de reconocimiento. Sin embargo, el Programa es propenso a fallar en cuanto a la cohesión social y la seguridad, si no se generan políticas de uso de suelo mixto y si no se dota de servicios, empleos y transporte accesible. Las zonas se deshabitaron por todas estas razones. ¿Qué otras políticas se implementarán para combatir esto si las personas seguirán gastando más tiempo, dinero y esfuerzo en trasladarse hacia los empleos, los servicios y los lugares que les son significativos? Además de que se necesita puntualizar en el contenido, lugar y duración de los talleres comunitarios: ¿Estos talleres también incluyen la perspectiva de género? ¿Por cuánto tiempo se harán?  No basta tampoco con hacer proyectos de vivienda social, sino que se tienen que acompañar de servicios sociales y psicológicos. Mientras estos tres tipos de política no vayan de la mano, los esfuerzos serán en vano. Resta esperar los resultados de este proceso.