Estefania Pérez-Díaz / Maestría en Administración de Empresas para la Sustentabilidad / Luis David Berrones-Sanz / Escuela Superior de Comercio y Administración del IPN / lberroness@ipn.mx
Uno de los principales agentes implicados en las cadenas de suministro son las empresas de autotransporte, por lo que tanto su infraestructura como en los costos que generan determinan una ventaja competitiva. El transporte de carga por carretera aporta elementos esenciales para la producción y distribución de mercancías en un país, por lo que el sector desempeña un papel fundamental en la integración de los mercados, y determina los costos de transacciones para los agentes económicos.
En México, de acuerdo con la Agenda Económica del Autotransporte (2021), este servicio movió 512.7 millones de toneladas de carga en 2020, lo que representó 56.9% del total nacional. En el mismo año, se registraron 366,461 tractocamiones de tres ejes, siendo esta la primera opción de movimiento en unidades motrices.
No obstante, los conductores han estado expuestos a diversos riesgos y exigencias laborales que determinan sus condiciones de trabajo y que hacen único su proceso laboral. Así, por ejemplo, los conductores pasan tiempo significativo en la cabina del vehículo durante la conducción, por lo que las instalaciones y puntos de descanso, que generalmente son restaurantes o pensiones (conocidas como cachimbas) sirven como refugio y son esenciales para descansar y ayudar a manejar la fatiga del conductor. A pesar de la importancia de estas instalaciones de carácter privado, durante la pandemia de COVID-19, se generó el cierre de áreas de descanso, pensiones, restaurantes y talleres de reparación, por lo que se tuvo un impacto negativo en las condiciones de trabajo de los conductores; ya que los dejó sin acceso a servicios básicos, como regaderas, alimentos y zonas donde pueden descansar para cumplir con las horas de pausa y conducción.
Con las recientes tendencias hacia una transición sustentable por parte de los sectores económicos, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y sus organismos son los aliados para el cumplimiento de los objetivos de las empresas, estos están dedicados al cumplimiento de los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS) y la agenda 2030, así como el Pacto Mundial, con lo que se ha logrado la más grande red de alianzas con empresas comprometidas con la responsabilidad social.
En México, no se reconoce un organismo o institución que obligue a las empresas a ser socialmente responsables. Todas aquellas que busquen una certificación, adaptan y autoevalúan sus avances y procesos para adquirir este distintivo.
Para el transporte en México enfocado al medio ambiente, se creó el Programa Transporte Limpio, programa voluntario que busca que el transporte de carga y pasaje que circula por el país sea más amigable; promovido por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) tiene como objetivo disminuir el impacto ambiental reduciendo el consumo de combustible y los costos de operación, al mismo tiempo que reducen su huella ecológica.
Dentro de las medidas a tomar, se considera la capacitación a los conductores, estos, “pueden ayudar a las empresas de autotransporte a ahorrar combustible y reducir emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI), aumentando las habilidades, el conocimiento y el desempeño de los conductores. De acuerdo con la SEMARNAT un programa de capacitación a conductores que mejore el consumo de combustible en un 5%, podría generar ahorros superiores a los 60,240 pesos en costos de combustible y eliminar ocho toneladas de Bióxido de Carbono (CO₂) por camión al año.
En este sentido, un programa de responsabilidad social para las empresas del autotransporte de carga en la industria del acero les otorgará una ventaja competitiva en sus actividades logísticas y de forma sustentable, lo que permite atraer mejores oportunidades de negocios, que serán de forma duradera y que podrán adaptarse a las tendencias sustentables.
Para poder implementar un programa de responsabilidad social en una empresa de autotransporte de carga, se tiene que realizar un diagnóstico estratégico con el fin de identificar el perfil de la organización, los factores externos e internos que afectan directamente la implementación del programa y las oportunidades de mejora que tiene para ser una empresa socialmente responsable, que pueda participar por certificaciones o distintivos que le otorguen la ventaja frente a su competencia, pero principalmente, por mejorar las condiciones laborales de su personal operativo.