México ante la oportunidad de liderar la descarbonización del transporte pesado - Pasajero7

México ante la oportunidad de liderar la descarbonización del transporte pesado

VEHICULOS PESADOS

México se encuentra en una encrucijada clave para el futuro de su industria automotriz de vehículos pesados. En un contexto de transformación global hacia la sostenibilidad, el país tiene la posibilidad de convertirse en referente internacional en la producción, exportación y operación de unidades más limpias y eficientes. Sin embargo, lograrlo requiere voluntad política, inversiones en infraestructura y una visión de largo plazo.

La descarbonización no es una moda, es una necesidad urgente si queremos garantizar un entorno saludable para las próximas generaciones. México tiene todo para ser líder, pero no podemos perder más tiempo”, advierte Rogelio Arzate, presidente de la Asociación Nacional de Productores de Autobuses, Camiones y Tractocamiones (ANPACT).

Actualmente, México es uno de los principales exportadores de vehículos pesados del mundo, particularmente de tractocamiones, lo cual posiciona a esta industria como un pilar clave del desarrollo nacional.

  • La industria automotriz en general aporta el 4.7% del PIB nacional.
  • Representa el 21.7% del PIB manufacturero.
  • Genera cerca de 140 mil empleos directos e indirectos.
  • Articula más de 560 centros de servicio en todo el país.

Transportamos mercancías, insumos, equipos, pero también transportamos personas, sueños y futuro. Esta industria no solo mueve la economía, mueve a México”, recalca Arzate.

Renovar la flota vehicular pesada de México es urgente: por razones ambientales, operativas y de seguridad, la modernización debe ser prioridad nacional. 

El reto climático: el transporte bajo la lupa

El transporte es responsable del 20.7% de las emisiones totales de dióxido de carbono (CO₂) en México. De ese total, se estima que los vehículos pesados generan cerca del 7.8%, lo que obliga a tomar acciones inmediatas para frenar su impacto ambiental.

La urgencia está en renovar la flota, no solo por motivos ecológicos, sino también por razones de eficiencia, seguridad y competitividad. No podemos seguir dependiendo de unidades obsoletas”, señala Arzate.

El promedio de edad de los vehículos pesados en México es de 19 años, y más del 52.5% de la flota tiene 16 años o más. La entrada de vehículos usados desde Estados Unidos, muchos de ellos en condiciones de chatarra, ha obstaculizado los esfuerzos por modernizar el parque vehicular.

Hacia una flota más limpia y moderna

Una de las estrategias más claras para descarbonizar el transporte pesado es la adopción de tecnologías más limpias. En este sentido, México ya se prepara para un cambio significativo: desde este 2025, es obligatoria la incorporación de motores Euro VI/EPA 10, que reducen hasta en un 90% las emisiones contaminantes respecto a los motores Euro III.

Además, los fabricantes instalados en el país han comenzado a producir y exportar unidades híbridas y eléctricas, especialmente diseñadas para el transporte urbano.

La tecnología está disponible y la industria está lista. Lo que necesitamos es una hoja de ruta clara y estable que permita a los transportistas invertir con confianza”, han repetido desde hace tiempo representantes de armadoras y representantes de la ANPACT en rueda de prensa.

Diversificar para acelerar la transición

Líderes de la industria coinciden en que no existe una única solución tecnológica: “No se trata de elegir entre eléctrico o diésel limpio. Necesitamos un ecosistema que contemple diversas alternativas, desde motores a gas natural vehicular hasta hidrógeno verde”, refieren.

Este enfoque permitirá que cada región del país adopte las tecnologías más adecuadas a sus condiciones económicas, geográficas y energéticas, evitando soluciones únicas que podrían dejar fuera a miles de pequeños transportistas.

La infraestructura energética, el eslabón pendiente

Una de las mayores barreras para la transición tecnológica es la falta de infraestructura energética adecuada. La electrificación requiere redes de carga confiables, mientras que el uso de gas o hidrógeno necesita estaciones de abasto específicas.

Puedes tener el mejor autobús eléctrico del mundo, pero si no hay dónde cargarlo, no sirve. La infraestructura debe ir al ritmo de la innovación”, advierte Arzate.

Por ello, el sector privado urge al gobierno a invertir en infraestructura, ofrecer incentivos fiscales y establecer esquemas de financiamiento accesibles para modernizar la flota.

Diversificar tecnologías limpias e invertir en infraestructura energética permitirá una transición ordenada, justa y efectiva hacia un transporte más sostenible. 

Políticas públicas: el rol clave del Estado

La certeza jurídica, la armonización normativa y la creación de estímulos fiscales son condiciones indispensables para avanzar. Según Arzate, sin una política pública articulada, los avances tecnológicos serán insuficientes.

La transición energética no será posible sin el apoyo decidido del Estado. Se necesita visión de largo plazo y voluntad para transformar al sector”, sostiene.

La ANPACT, junto con otros organismos del sector, ha trabajado en propuestas para acelerar el cambio tecnológico, cumpliendo con los compromisos ambientales de México sin comprometer la competitividad.

Descarbonizar: obligación y oportunidad

Más que una carga, la descarbonización debe verse como una ventana de crecimiento económico, industrial y social. Al consolidarse como productor de tecnologías limpias y fortalecer su mercado interno, México puede posicionarse como líder global.

La oportunidad está frente a nosotros. El cambio es inevitable. Lo importante es que sea ordenado, justo y que nos incluya a todos”, concluye Arzate.

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