LOS CICLOTAXIS UN MODO DE TRANSPORTE ALTERNATIVO - Pasajero7

LOS CICLOTAXIS UN MODO DE TRANSPORTE ALTERNATIVO

CICLOTAXIS

ESCRITO POR: Luis David Berrones-Sanz / Profesor-Investigador Universidad Autónoma de la Ciudad de México  / luis.berrones@uacm.edu.mx

Los ciclotaxis, tricitaxis o bicitaxis son un modo de transporte que ha proliferado en varias partes de la Ciudad de México. Estos vehículos son propulsados por pedales como una bicicleta, o en algunos casos por motores eléctricos alimentados por baterías recargables, que se utilizan para dar servicios locales de transporte público individual tipo taxi. Continuamente, debido a su bajo impacto en el medio ambiente, son nombrados un modo de transporte alternativo. No obstante, a pesar de ser la fuente de empleo de muchas familias y de contribuir a la movilidad de la ciudad, este modo de transporte ha crecido de forma irregular, desordenada y sin garantizar el bienestar social y los derechos de los trabajadores; por lo que realmente no ofrece condiciones de vida diferentes.

En la Ciudad de México, a pesar de que desde hace lustros los ciclotaxis ya se cuentan en miles, en varias alcaldías se carece de registros o de exactitud en la información; y su número continúa creciendo en la informalidad, con disputas por las zonas de trabajo y carentes de regulación. Su estructura organizacional generalmente se basa en la afiliación a cooperativas o sociedades civiles que sirven para gestionar las relaciones con otras agrupaciones, y para negociar bases y territorios de trabajo, por lo que es difícil encontrar trabajadores independientes.

Algunas organizaciones tienen intenciones políticas, otras surgen de los mismos trabajadores, y otras como forma de lucro de los dirigentes; no obstante, al final, para poder realizar sus labores todos los trabajadores terminan pagando cuotas de afiliación de periodicidad diaria o semanal. Igualmente, existen estudios que indican que sólo cerca de 53% de los trabajadores son dueños de los vehículos; por lo que, además, casi la mitad de los trabajadores tienen que pagar cuotas por el uso del vehículo.

Otro ejemplo está en el caso de los Ciclotaxis del primer cuadro de la ciudad que, a pesar de estar conformados como cooperativa, ni la organización ni los conductores son dueños de los medios de producción. Es decir, los vehículos pertenecen al Fideicomiso del Centro Histórico; y aunque este organismo no busca beneficios económicos directos y, por el contrario, subsidia a la cooperativa; esto genera problemas administrativos en caso de accidentes, debido a que ante un siniestro resulta difícil para un trabajador con un ciclotaxi asignado reemplazar en su totalidad o partes del vehículo, ya que la gestión y recuperación de las primas de los seguros resultan tareas lentas y complicadas.

Sin embargo, los conductores incursionan en esta actividad debido a la falta de empleo y a que, a pesar de su importancia, equivocadamente se concibe como una actividad que no requiere capacitación para el trabajo. Además, debido a que la población demanda servicios de transporte, y al hecho de que las autoridades difícilmente pueden lidiar con el rápido crecimiento urbano y a la falta de capacidad de planificar su expansión para hacer frente a la creciente demanda de movilidad.

De esta forma, los conductores trabajan en la informalidad sin seguridad social, con bajos ingresos, con ausencia de garantías laborales y, en general, en condiciones precarias de trabajo. En promedio, su jornada laboral supera las once horas diarias y cerca de 18% reporta haber estado involucrado en un siniestro, por lo que los riesgos de accidente también son altos. No obstante, aunque existen algunos estudios, la falta de datos estadísticos hace difícil evaluar la viabilidad técnica y la seguridad del servicio.

La gran cantidad de trabajadores y el número de familias que dependen de los ingresos adquiridos en los ciclotaxis, exigen una política de inclusión en la planificación del transporte, con una regulación específica y servicios territorialmente definidos, que permitan un trabajo conjunto y complementario con otros modos de transporte, y que eviten la competencia directa con otros sistemas de mayor grado de organización o con mayores niveles de formalidad.

La planificación del transporte debe contemplar redes de autobuses integradas, con condiciones de trabajo formales y justas para los trabajadores que, además de disminuir las externalidades, atraigan a los usuarios y motiven el cambio modal de los ciclotaxis a estos nuevos sistemas de transporte. El servicio debe ser eficiente, con claras ventajas competitivas y debe mejorar atributos como el costo, el tiempo, la seguridad y la comodidad, entre otros.

Por su parte, para los ciclotaxis se requiere desarrollar una reglamentación específica, con sanciones claramente definidas y transparentes, que ayuden a disminuir la tendencia arbitraría por parte de la policía y las organizaciones políticas que, a cambio de apoyo político y de las cuotas de filiación, imponen a sus agremiados. La policía debe poder actuar sobre una base legal del servicio de transporte que sea aceptada por todos los interesados: gobierno, organizaciones de ciclotaxis y otros modos de transporte.

En suma, es necesario mejorar la disponibilidad de información, por lo que la Secretaría de Movilidad, además de centralizar los registros, debe recoger y poner a disposición de todos los datos relacionados con los ciclotaxis, incluido el número de accidentes o el número total de vehículos y conductores.

En parte, esto se puede realizar durante las gestiones del registro y los permisos, tanto del vehículo como de los conductores, que deben ser trámites sencillos y de muy bajo, o ningún costo, considerando el reducido ingreso de los choferes. Con esta información, se podrían implementar estrategias de seguridad vial para disminuir las lesiones causadas por el tránsito. Perceptiblemente, las estrategias deben incluir capacitación que permitan disuadir malas prácticas en la conducción y que logren concientizar acerca de los factores de riesgos, además de promover aspectos de la reglamentación (como el uso adecuados de las vías), para que todos los interesados eviten caer en penalizaciones y, sobre todo, poner en riesgo a los usuarios.