Estacionamiento en vía pública, un elemento de cambio - Pasajero7

Estacionamiento en vía pública, un elemento de cambio

estacionamiento en via publica

Escrito por: Víctor López Velazco,  / Egresado de Ingeniería en Transporte – UPIICSA / Victor.Lopez.Velasco@outlook.es

Dentro de las grandes ciudades existen diversos fenómenos que generan caos, problemas y contratiempos y uno de los que más han crecido en los últimos años es el del estacionamiento en vía pública; elemento que con el tiempo se ha vuelto normal y parte inherente de todas aquellas zonas que cuentan con automóviles, pero que con los años se ha observado que no lo es y que sin duda revela cuán lejos puede llegar algo si no se producen cambios para medir el impacto de acciones que en un punto parecían parte de la cotidianidad, pero que al final muestran el reflejo de que los cambios deben darse ahora.

Según datos de INEGI del 2021, en la CDMX existían 5.6 millones de autos circulando; es decir, en promedio dos vehículos por hogar (2.8 millones de hogares), cifra que nos muestra una tendencia negativa a tratar, tendencia que como muchas otras se ven afectadas por una gama de elementos que repercuten en su formación y crecimiento, y que muchas veces no parecen estar alienados, pero que sí lo están y por ello se deben de conocer, todo con el fin de encontrar una respuesta, esa que nos de los resultados que necesitamos.

Dentro de la proliferación y el crecimiento que han dado pie al aumento de los estacionamientos en vías públicas se definen principalmente tres elementos.

Adquisición de vehículos

En los últimos años la compra de vehículos ha crecido exponencialmente; según cifras de INEGI en el 2022 las ventas de autos nuevos en México crecieron 7.03% respecto al año anterior (un total de 1,086,058 unidades) y aunque sería satisfactorio mencionar que se espera una reducción, lo cierto es que esto parece que no sucederá, es lo que muestran las tendencias.

Contar con un vehículo propio es una gran ventaja, siempre se ha mostrado así, sin embargo, con el pasar del tiempo se ha visto que esa forma de movilidad dentro de una ciudad con millones de habitantes como es el caso de la CDMX no es la ideal para poder desplazarse, aunado a ello se ha comprobado que el uso de los automóviles generan externalidades negativas (gases de efecto invernadero, PM 10 y PM 2.5, siniestros de tránsito, congestión, ruido, entre otros) que por ahora no está siendo contempladas, pero que con los años han mostrado que están afectando a toda la población.

Reglamentación existente

En el Transcurso del tiempo, con el crecimiento no solo poblacional sino industrial de la Ciudad de México se han desarrollado reglas, normas y leyes que le han dado forma a la manera en la que se actúa o se rige un sector o un área y esto mismo ha ocurrido con los estacionamientos, elementos que se han tratado a través de diversas leyes como: la Ley Ambiental, la Ley de Establecimientos Mercantiles o la Ley de Movilidad o mediante reglamentos, tales como el Reglamento de la Ley de Desarrollo Urbano, Reglamento de Tránsito Metropolitano, Reglamento de Construcciones, Reglamento para el Control del Estacionamiento en las Vías Públicas o el Reglamento de Estacionamientos Públicos, todos definidos como instrumentos que permiten gestionar, mejorar e innovar la forma en la que los estacionamientos son administrados o creados. Cada uno con un enfoque que muestra que no solo se trata de un tema de movilidad, sino uno que contempla varios matices a considerar, pero que del mismo modo, nos muestran que se requieren de grandes esfuerzos para alcanzar el impacto deseado.

Planeación urbana

El uso del automóvil ha dejado de parecer solo un símbolo de status, y para muchas se ha transformado en una necesidad, una que se ve impulsada por una planeación urbana deficiente. Tema que no es nuevo, ya que en los últimos tiempos se han generado innumerables pláticas, estudios y planteamientos acerca de cómo la CDMX está dejando de ser solo una de las ciudades más pobladas del mundo para encaminarse a ser un centro urbano que pronto alcanzará a otros, justo para dar paso a un megalópolis, pero con tantos problemas de diseño, que nos hará preguntarnos por qué no hicimos nada.

Y es que al final, que una ciudad crezca no es del todo un problema, pero si se convierte en un problema cuando este aumento no es planeado, cuando se decide llevar a cabo un proyecto por necesidad en vez de que se realice para generar un desarrollo; y es que hace menos de 30 años el límite urbano que existía estaba claro y definido, pero ahora ese horizonte se ve difuso y parece que continuará expandiéndose de manera descontrolada. Lo  peor, es que esto solo hace que el círculo vicioso en el que estamos no se detendrá o no hasta que ya sea tarde.

Cada uno de los tres puntos mencionados con anterioridad se han transformado en los canales por los cuales el fenómeno de los estacionamientos en la CDMX muestra la cara que hoy tiene.

Un rostro donde sin importar la hora se puede ver aparcado un vehículo en cualquier parte de la ciudad, donde las paradas de los vehículos de transporte público se ven invadidas, una donde se pelea por conseguir un lugar, solo uno; no importa si es una vialidad principal de algún modo habrá un auto estacionado y es que todo esto parece no representar un dilema, un cuestionamiento o un problema, se asume que no existe algo malo, que las calles son para los automóviles, pero no es así, las calles son de las personas, son del transporte público, son de los espacios recreativos, de formas de movilidad sustentables.

Con todo esto no se busca definir que los autos sean todo el problema, porque no es así, solo es parte de algo más grande, de algo que debe empezar a verse, porque sin importar qué cambios se realicen, cuando volteemos a ver la ciudad, nos encontraremos con la misma urbe; esa llena de recorridos largos, de congestionamientos masivos, de accidentes, de conflictos, de caos, y pensaremos que no se está haciendo nada y lo peor es que no podremos desmentir ese hecho, aunque no sea del todo cierto. Por eso debemos generar planes, acciones, coaliciones, herramientas y leyes que nos muestren con claridad cómo entendemos no solo este, sino otros fenómenos que atañen a la ciudad en temas de movilidad, con el fin de cambiar la ciudad en la que vivimos, si es que al final eso es lo que queremos.