Con años de rezago en infraestructura y regulación del transporte público, Chiapas enfrenta una oportunidad histórica para renovar su sistema de movilidad. La actual administración estatal, ha puesto en marcha una estrategia integral que contempla desde la regularización de unidades y operadores, hasta la implementación de un sistema de transporte por teleférico en Tuxtla Gutiérrez.
En entrevista, Albania González Pólito, secretaria de Movilidad y Transporte del estado, explicó que el gobierno se ha propuesto dejar atrás el abandono institucional hacia el sector transportista, para consolidar un modelo más justo, sustentable y eficiente. La funcionaria detalló que ya se elabora el proyecto de armonización legislativa con la Ley General de Movilidad y Seguridad Vial, al tiempo que se trabaja en un reordenamiento que reconozca la diversidad geográfica y social del estado.
Uno de los desafíos centrales es la antigüedad del parque vehicular, con unidades que en su mayoría datan de antes de 2016, y que generan altos niveles de contaminación. A ello se suma la fragmentación del sistema, que incluye colectivos, taxis, mototaxis, transporte mixto ejidal y modos informales que operan sin regulación, especialmente en zonas rurales y de difícil acceso.
¿Cómo describiría el estado actual del transporte público en Chiapas?
El transporte público en Chiapas es una deuda histórica. Ha sido un tema que, aunque ha tenido atención en ciertos momentos, no ha recibido el seguimiento que realmente necesita. Actualmente, la mayoría de las unidades son anteriores a 2016, lo que significa que generan una alta contaminación y no contribuyen a los objetivos de sostenibilidad que promueven tanto el gobierno federal como el estatal.
Esta situación impacta directamente en la calidad de vida de las personas usuarias, que diariamente enfrentan un servicio deficiente.
¿Cuáles son los principales retos para modernizar y profesionalizar el sistema?
El reto pasa por varias etapas. Primero, dignificar el oficio del transportista. En muchos casos no cuentan con seguridad social, viven al día y no se reconoce su papel en el desarrollo económico. Esto genera una percepción errónea de que su labor es de bajo valor, cuando en realidad son esenciales para el funcionamiento diario de las ciudades.
También tenemos que trabajar en la gobernanza, en reordenar el sistema y en ofrecer mejores condiciones tanto a los usuarios como a los prestadores del servicio.
¿Cómo influye la geografía del estado en el tipo de transporte que se requiere?
Muchísimo. Tenemos regiones donde, por las condiciones del terreno, no puede entrar un autobús convencional. Eso ha derivado en la proliferación de transporte mixto, ejidal, mototaxis y otras modalidades informales. Por eso, uno de nuestros principales trabajos es levantar padrones y digitalizar la información de todas estas modalidades, para poder regularizarlas y ordenarlas. Si no estamos dentro del marco legal, no podemos hablar de desarrollo ni de seguridad.
Chiapas proyecta un sistema de transporte por teleférico en Tuxtla Gutiérrez, actualmente en fase de estudios de factibilidad.
¿En qué va el proceso de armonización con la Ley General de Movilidad y Seguridad Vial?
Ya tenemos el proyecto de armonización listo y esperamos que en el próximo periodo de sesiones del Congreso del Estado sea aprobado. Este proyecto se trabajó con mucha conciencia, buscando reflejar la realidad compleja y diversa de Chiapas. No se trata solo de copiar la ley federal, sino de adaptarla a un estado con una movilidad muy particular, con múltiples puntos fronterizos, zonas orográficas difíciles y una fuerte presencia de modos de transporte alternativos.
¿Hay algún proyecto central de transporte masivo para las ciudades principales del estado?
Sí. En Tuxtla Gutiérrez estamos realizando estudios de factibilidad para implementar un sistema de transporte por teleférico. Esta propuesta surge de la necesidad de conectar zonas muy alejadas y con una orografía complicada hacia el centro de la ciudad, que es nuestra capital.
El teleférico podría ser una solución eficiente, sustentable y viable, pero queremos estar seguros de que es lo que realmente necesita la ciudad antes de avanzar en su implementación.
¿El teleférico sería parte de un sistema integral de transporte?
Exactamente. No se trata de un proyecto aislado. Buscamos que sea parte de un sistema integral de movilidad, donde todos los modos de transporte estén conectados y regulados. Pero para eso, primero necesitamos terminar el reordenamiento y la regularización. No podemos planear rutas o implementar nuevas tecnologías si no sabemos cuántas unidades existen, dónde operan o bajo qué condiciones lo hacen.
¿Cómo garantizar que estos proyectos no se queden en el papel?
Uno de los factores clave es la participación ciudadana. No basta con que el gobierno decida qué hacer. Necesitamos saber qué quiere la gente, cómo se mueve, qué problemas enfrenta. Y lo mismo aplica para los transportistas: si ellos no se sienten parte del proyecto, no va a funcionar. Queremos trabajar de manera sinérgica entre los tres actores: gobierno, ciudadanía y transportistas. Solo así lograremos que los proyectos sean sostenibles y tengan un verdadero impacto.
¿Qué esperan lograr al final del sexenio en materia de movilidad?
Nos gustaría dejar sembrada la visión de que la movilidad es para todas y todos, y que en Chiapas se puede hacer diferente. Queremos cambiarle la cara al estado, y que el transporte deje de ser un problema y se convierta en una herramienta para el desarrollo, la equidad y la sostenibilidad.
Eso implica dejar bases sólidas: marco legal, sistemas ordenados y proyectos que puedan continuar.
La regularización de todas las modalidades de transporte —incluidos mototaxis y transporte ejidal— es prioridad para ordenar el sistema y planificar con base en datos reales.
