
El crecimiento acelerado del parque vehicular en México, sumado a las recientes lluvias y a una infraestructura urbana insuficiente, ha posicionado al país entre los más congestionados del mundo, con efectos cada vez más visibles en la salud pública y el medio ambiente.
Datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) indican que, entre mayo de 2020 y mayo de 2025, el número de automóviles en circulación creció de 34.4 millones a 38.8 millones. El incremento representa más de 4.4 millones de autos nuevos en cinco años, un promedio superior a 2,460 vehículos adicionales por día, en su mayoría de uso particular.
Este crecimiento no fue exclusivo de los autos particulares. En el mismo periodo:
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El número de camiones para pasajeros se triplicó, pasando de 461 mil a 1.34 millones de unidades.
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El transporte de carga (camiones y camionetas) aumentó de 10.9 a 12.2 millones de unidades.
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Las motocicletas pasaron de 5.2 millones en 2020 a 7.7 millones en 2023, el último dato disponible.
Más vehículos, más congestión
El impacto del aumento vehicular es evidente en las ciudades. Según el Índice de Tráfico TomTom 2024, la Ciudad de México se ubicó como la ciudad más congestionada del mundo, con un 52% más de tiempo en traslados respecto a lo que sería un flujo vehicular óptimo.
Las lluvias recientes han agravado la situación. En diversas zonas metropolitanas, se han reportado árboles caídos, encharcamientos e inundaciones, complicando aún más la movilidad de millones de personas.
Transporte, emisiones y calidad del aire
El uso del automóvil sigue predominando en los traslados laborales. De acuerdo con el informe “Retos y perspectivas del trabajo 2024” de la firma WeWork, el 49% de los trabajadores mexicanos utiliza automóvil para llegar a su empleo, mientras que un 34% recurre al transporte público.
Este patrón de movilidad impacta directamente en la calidad del aire. Un solo automóvil puede emitir entre 3.1 y 5.82 kilogramos de dióxido de carbono (CO2) por día. Esto se traduce en más de 170 mil toneladas diarias de CO2 emitidas por el parque vehicular nacional, de acuerdo con estimaciones publicadas por el diario Excélsior.
En 2023, las emisiones totales de CO2 en México alcanzaron 487.09 megatoneladas, colocándolo entre los países con mayores niveles de gases de efecto invernadero a nivel global.
La salud pública en riesgo
La contaminación del aire figura como uno de los principales factores de riesgo para la salud humana. Según el informe “Estado del Aire Global” del Instituto de Efectos sobre la Salud (HEI, por sus siglas en inglés), la mala calidad del aire fue responsable de 8.1 millones de muertes en todo el mundo en 2021, posicionándose como el segundo factor de riesgo de muerte a nivel global.
El HEI hizo un llamado a los países con altos niveles de emisiones a implementar medidas más estrictas para mejorar la calidad del aire y proteger la salud pública.
Estrategias hacia un futuro con menos emisiones
Ante esta situación, el Gobierno de la Ciudad de México ha anunciado diversas metas para avanzar hacia un escenario de cero emisiones. Entre los ejes estratégicos señalados por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), destacan:
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Modernización del transporte público mediante la incorporación de unidades eléctricas e híbridas.
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Transición hacia el uso de energías limpias.
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Incremento de áreas verdes y vegetación urbana.
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Protección de ecosistemas como humedales.
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Recuperación de bosques y suelos agrícolas.
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Mejoras en el espacio público y en la calidad del aire.
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Estas acciones buscan enfrentar los efectos del crecimiento vehicular y mejorar las condiciones de vida en los entornos urbanos, en un contexto donde la movilidad, el medio ambiente y la salud pública están profundamente interconectados.





































