
Escrito por: Parménides Canseco / Director de Operaciones para RedPlanners
En los nuevos trenes de pasajeros en México, la definición del trazo y la ubicación de las estaciones es y será uno de los temas más complejos y controvertidos. Ya sea en líneas nuevas o en las que utilizarán derechos de vía existentes, la selección del sitio para cada estación implicará fuertes decisiones técnicas, sociales, económicas y urbanas que producirán efectos a largo plazo.
En diversos proyectos ferroviarios alrededor del mundo, se han adoptado enfoques contrastantes en la localización de estaciones. Algunas se han emplazado en la periferia urbana, priorizando la disponibilidad de suelo y la viabilidad constructiva, pero comprometiendo la accesibilidad y la integración funcional con la ciudad. Otras han reutilizado estaciones existentes ubicadas en zonas centrales, con resultados variables según el nivel de conectividad con el sistema de transporte público y la capacidad de adaptación del entorno. La evidencia comparada demuestra que una ubicación mal resuelta puede traducirse en estaciones subutilizadas, con baja demanda efectiva o generadoras de fricciones sociales, costos adicionales e impactos urbanos no deseados.
El diseño geométrico del trazo, la disponibilidad de suelo, las condiciones sociales del entorno, el potencial de integración multimodal y los efectos territoriales del nuevo nodo urbano son solo algunas de las variables que deben conjugarse en el proceso. En este contexto, resulta clave preguntarse: ¿cómo se define correctamente la ubicación de una estación ferroviaria?
La correcta ubicación de estaciones ferroviarias es un proceso complejo que requiere un enfoque multidisciplinario y estratégico, integrando aspectos técnicos, sociales, económicos y urbanos para garantizar la funcionalidad, accesibilidad y desarrollo territorial sostenible.
La problemática
Ubicar una estación ferroviaria no es solo una cuestión de espacio disponible o facilidad de construcción. Las decisiones tomadas en esa etapa tienen implicaciones directas sobre el desempeño del sistema, los tiempos de viaje, la conectividad con otros modos, el acceso equitativo al transporte y la transformación del entorno urbano.
Sin una metodología clara y multidisciplinaria, las decisiones tienden a simplificarse: se privilegia la ubicación donde es más fácil adquirir tierra, donde hay menos oposición social o donde ya existe infraestructura previa. El resultado puede ser una estación periférica, con baja conectividad, que obliga a construir infraestructura complementaria costosa y limita el potencial del sistema para convertirse en un verdadero catalizador urbano.
Además, muchas ciudades en México enfrentan desafíos particulares: derechos de vía ocupados informalmente, redes de transporte público fragmentadas, expansión urbana desordenada y escasa planeación intermodal. Ignorar estos elementos puede traducirse en inversiones mal aprovechadas y servicios con baja demanda real.
La planificación de estaciones debe ir acompañada de planes integrales de accesibilidad y conectividad para que la infraestructura no sea aislada, sino que funcione como un nodo efectivo dentro de una red urbana que beneficie a los usuarios y potencie la ciudad.
La alta velocidad en España
La experiencia española con la red AVE ofrece lecciones valiosas sobre el impacto de la ubicación de las estaciones. Desde su inicio en los años 90, el modelo español ha combinado estaciones centrales bien conectadas con casos de nueva implantación en la periferia. Los resultados permiten contrastar dos enfoques y sus consecuencias:
Estaciones centrales exitosas: Atocha (Madrid) o Santa Justa (Sevilla) se localizan dentro de la trama urbana consolidada, con acceso directo en transporte público, integración peatonal y articulación con otros modos. Han logrado altos niveles de uso y se han convertido en verdaderos nodos intermodales.
Estaciones periféricas con bajo rendimiento: Guadalajara–Yebes o Camp de Tarragona fueron construidas fuera de los centros urbanos, bajo criterios de disponibilidad de suelo y facilidad constructiva. Sin embargo, presentan baja demanda y altos costos de conexión, precisamente por su desconexión con las redes urbanas preexistentes.
El contraste muestra que la ubicación no solo debe responder a criterios técnicos o de costo inicial, sino a su capacidad de integrarse funcional y territorialmente. Cuando la estación se planifica como una pieza del sistema de movilidad y no como un equipamiento aislado, los beneficios sociales y económicos se amplifican.
¿Cómo debe estructurarse el proceso de selección de sitios para estaciones ferroviarias, de modo que maximice la accesibilidad, la eficiencia del sistema y el impacto positivo en el desarrollo urbano y territorial?
Una metodología adecuada debe integrar seis componentes principales que permitan una evaluación completa y comparativa entre posibles ubicaciones. A continuación, se describen las fases clave:
Propósito estratégico y criterios rectores
Define las intenciones del proyecto y los criterios clave que guiarán la toma de decisiones.
Vocación del proyecto: ¿Qué busca resolver el tren? ¿Movilidad interurbana, integración territorial, regeneración urbana?
Tipo de servicio y operación esperada: Frecuencia, velocidades, público objetivo, intermodalidad.
Criterios de evaluación para ubicar estaciones: Demanda, acceso, costos, desarrollo urbano, impactos.
Viabilidad física y técnica
Evalúa si el sitio propuesto es técnicamente factible y compatible con las condiciones ferroviarias.
Condiciones geométricas del trazo: radios, pendientes, interferencias, compatibilidad con velocidad objetivo.
Disponibilidad y características del suelo: topografía, usos actuales, afectaciones potenciales.
Costos de construcción y operación: comparación entre alternativas, necesidades de obra civil y equipamiento ferroviario.
Impacto urbano y territorial
Explora los efectos que tendrá la estación en el crecimiento o transformación de la ciudad.
Compatibilidad con el modelo urbano: centralidad, usos mixtos, redes de servicio existentes.
Potencial de regeneración o consolidación urbana: reactivación de zonas degradadas o subutilizadas.
Inducción de crecimiento urbano: riesgo de expansión desordenada en ubicaciones periféricas.
Funcionalidad urbana y conectividad
Analiza la interacción entre la estación y su entorno urbano inmediato.
Accesibilidad multimodal: conectividad con transporte público, infraestructura peatonal, ciclovías y vialidades.
Tiempos de viaje puerta a puerta: desde zonas de alta demanda (residencial, laboral, comercial).
Inversiones requeridas para integración: terminales, paraderos, estacionamientos, calles de acceso.
Factores sociales y ambientales
Considera los efectos sobre personas y ecosistemas.
Ocupaciones informales y conflictos sociales: derechos de vía invadidos, procesos de reubicación.
Impacto ambiental directo: ocupación de suelo, fragmentación ecológica, contaminación.
Participación y aceptación social: consulta pública, alineación con intereses comunitarios.
Al cierre
La ubicación de una estación ferroviaria no es una decisión técnica menor: es un acto de planeación estratégica con efectos profundos sobre el funcionamiento del sistema, la accesibilidad de las personas usuarias, la estructura de las ciudades y el desarrollo territorial.
Una metodología integral —que articule el propósito del proyecto, la factibilidad técnica, la funcionalidad urbana, el impacto territorial y las dimensiones sociales y ambientales— es esencial para tomar decisiones sólidas y justificadas.
Sin embargo, la ubicación por sí sola no garantiza resultados positivos. La estación debe acompañarse de planes de accesibilidad y conectividad, que identifiquen las condiciones actuales de movilidad en su entorno inmediato, definan los modos de acceso prioritarios y propongan intervenciones específicas en infraestructura, servicios de transporte público, intermodalidad y espacios públicos. Estos planes permitirán asegurar que la estación sea realmente accesible para las personas que más podrían beneficiarse del servicio, y que funcione como nodo articulador de una red urbana más amplia, segura y eficiente.
En la planificación ferroviaria, ubicar bien una estación es tan importante como asegurar que esté conectada con la ciudad real, no solo con la infraestructura disponible. Solo así podrá convertirse en un equipamiento transformador y no en una infraestructura aislada.



































