Crónica de una muerte anunciada: Adiós al tranvía
“¿Y cuánto tiempo lleva usted aquí trabajando?”, pregunté al señor que arregla zapatos en la esquina de Av. Revolución y calle Rey Cuauhtémoc, en la Ciudad de México, -“¡Uy! casi 45 años”, -respondió. -“Ya muchos –reviré sorprendida- -qué cosas no habrá visto en este lugar”; “-Muchísimas, –prosiguió- -imagínate, llegué aquí cuando pasaban justo en aquella esquina los tranvías. La línea que a mí me quedaba, era la que venía de Tacubaya a San Ángel…”
Y es que sí; los recuerdos vienen a la memoria y con ellos las vivencias. Después del auge que vivieron los tranvías, diferentes factores se sumaron para dar paso a nuevos y más modernos sistemas de transporte organizados en el centro del país, los cuales posteriormente se irían replicando en otros estados.
Si bien el tranvía se puede reconocer como el primer sistema de transporte organizado, los problemas aparecieron entre 1920 y 1945, pues trabajadores de la compañía de tranvías de México iniciaron grandes protestas. Justo en 1945, el entonces presidente Manuel Ávila Camacho, decretó que la compañía de Tranvías de México había incumplido con las licitaciones, lo que originó que para el mes de octubre de 1952, el Departamento del Distrito Federal expropiara todos los bienes de las empresas: Compañía de Tranvías de México, Compañía Limitada de Tranvías de México y Compañía de Ferrocarriles del Distrito Federal; de este modo fue constituido el Servicio de Transportes Eléctricos del Distrito Federal, que se encargaría de operar los tranvías.
A la par de este movimiento, diferentes grupos de transportistas se organizaban para crear asociaciones que brindarían el servicio de transporte de pasajeros a través de autobuses. En la cinta mexicana ¡Esquina bajan!, película del género del melodrama, fue plasmado el contexto de manera muy apegada a la realidad. La cinta gira alrededor de la historia de Don Gregorio, chofer de un autobús urbano de la ruta Zócalo–Xochicalco y Anexas, en la Ciudad de México. En virtud del interés que existía por ampliar el servicio hacia un nuevo fraccionamiento, Las Acacias, el sindicato de la ruta invita a los choferes de camión y cobradores a que sean corteses con los usuarios. En esta producción, es posible apreciar a la sociedad urbana de aquella época y por supuesto, situarnos en esos pequeños y redondos autobuses que se convertirían en uno de los más importantes sistemas para el traslado de personas en aquel entonces.
Datos recabados en el Museo de los Transportes Eléctricos, aseguran que en aquellas fechas, entre 1940 y 1950, había en la ciudad alrededor de 700 autobuses que prestaban el servicio por diversos rumbos de la ciudad, en abierta competencia con los tranvías. Los camiones tenían cupo para pocos pasajeros y como se puede ver en ¡Esquina bajan!, el sobrecupo no es exclusivo de la modernidad; esas anécdotas donde chofer y cobrador, piden a la gente anticipar su bajada y recorrerse con el fin de subir a más gente, es ahora mismo una escena cotidiana.
En el Museo del Servicio de Transportes Eléctricos se recuerda uno de los últimos años de los tranvías: Para el 21 de febrero de 1953, se suscitó un choque de dos tranvías en la línea de La Venta, en Cuajimalpa. Tras este incidente, la línea no volvió a operar. El Servicio de Transportes Eléctricos también clausuró las líneas de Coyoacán, Iztapalapa, Lerdo y Tizapán.






































