
Con la mirada del mundo puesta en México por la próxima Copa Mundial de Futbol 2026, expertos en movilidad advierten que es momento de transformar el sistema de transporte público de la Ciudad de México y convertirlo en un modelo eficiente, masivo y ordenado, capaz de responder a la demanda de más de 100 mil visitantes diarios sin colapsar las vialidades.
La Asociación Mexicana de Transporte y Movilidad (AMTM) propuso una estrategia integral que incluye rutas exprés del Metrobús y RTP, estaciones clave para servicios eléctricos tipo shuttle, estacionamientos periféricos con transporte de conexión, ampliación de horarios en el Metro y Metrobús, además de personal bilingüe y señalización para turistas.
Uno de los elementos más innovadores es la propuesta del Mobility Pass CDMX, una credencial que integraría diversos servicios de transporte en una sola plataforma para facilitar los traslados de turistas nacionales y extranjeros durante el torneo.
Mover sin colapsar: un reto de gran escala
Para Fernando Osorio, director de Gestión de Proyectos en Grupo CISA, este evento no solo representa un reto de operación logística, sino una oportunidad de revitalizar el sector del transporte público.
“El crecimiento de la demanda permitirá que las empresas operadoras puedan recuperar viabilidad financiera y reducir la dependencia del automóvil particular. Es fundamental fomentar un sistema eficiente que le gane en velocidad, comodidad y costo al auto”, afirmó.
Planteó la necesidad de implementar carriles exclusivos que conecten estacionamientos periféricos con el Estadio Azteca, sede de partidos del Mundial. Desde estos hubs, los asistentes podrían dejar sus vehículos y trasladarse mediante transporte colectivo a un precio accesible y con entradas programadas para evitar aglomeraciones.
Contra el caos, planificación anticipada
Además de la movilidad motorizada, Osorio sugirió considerar el contraflujo en ejes viales durante los días de partido, dando prioridad al transporte colectivo. “Esto permitiría que más personas opten por dejar el coche y usar opciones más rápidas y seguras”, añadió.
Sin embargo, el experto también recalcó que no todo depende de la logística. Planteó la instalación de pantallas gigantes en distintas zonas de la metrópoli para evitar que todos los asistentes se concentren en un solo punto, lo que contribuiría a una movilidad más equilibrada y a la promoción de espacios culturales distribuidos en la ciudad.
Lecciones de otras ciudades olímpicas
La AMTM recordó que en eventos internacionales recientes como los Juegos Olímpicos de París 2024 y Río 2016, se implementaron acciones similares que transformaron las ciudades anfitrionas. En París, se reservaron carriles para el transporte oficial y se mejoró la infraestructura ciclista; en Río, se amplió la red de transporte público, incluyendo líneas de metro y corredores de autobuses.
“Estas inversiones no solo ayudan a mover personas durante el evento, también dejan una huella positiva para los ciudadanos a largo plazo: menos tráfico, mejor infraestructura y una ciudad más conectada y limpia”, subrayaron voceros de la AMTM.
Con este panorama, los especialistas coinciden en que el Mundial 2026 es una ventana histórica para modernizar el sistema de transporte público de la CDMX y posicionarlo como un legado tangible de este evento deportivo global.


































