La tecnología ha llegado a revolucionar las diferentes áreas de la movilidad, y las carreteras no son la excepción, actualmente hay herramientas que permiten la sostenibilidad en los recorridos con el uso de Big Data, Inteligencia Artificial o automóviles eléctricos.
Los retos que generan la movilidad y el tráfico en las carreteras son muy importantes para la seguridad vial, esto implica, la seguridad de los vehículos, la eficiencia del flujo vehicular, las medidas para prevenir accidentes de tráfico y la contaminación generada por los vehículos con motores de combustión. Con este panorama, nos encaminamos hacia un futuro en el que la sostenibilidad y el uso de tecnología disruptiva hacen que tengamos que hablar de las carreteras inteligentes.
Cuando hablamos de carreteras inteligentes, nos referimos a vías en las que se utilizan tecnologías avanzadas para mejorar la seguridad, la eficiencia y la sostenibilidad del transporte y la circulación. Conectan vehículos, personas e infraestructura con el objetivo de hacer la conducción más eficiente, segura y menos contaminante, como punto de partida.
En este contexto, si ya en la actualidad hay medidas que avanzan en la sostenibilidad de la movilidad por carretera con el uso de Big Data, Inteligencia Artificial o coches eléctricos, ¿qué papel van a jugar las carreteras inteligentes en los próximos años a medida que todas las tecnologías estén a pleno rendimiento? Su combinación supondrá un paso más hacia la movilidad inteligente y sostenible.
Tecnologías en las que se basan las carreteras inteligentes
Si hablamos de las tecnologías en las que se basan estas vías para poder comprender y explicar, después, las mejoras en sostenibilidad, podemos comenzar señalando que aunque los conductores y usuarios de las carreteras no las conozcan, se aplican ya en la actualidad, en mayor o menor medida, para facilitar los transportes y la circulación en las infraestructuras en diferentes países sobre todo europeos, pero también en Latinoamérica.
Dispositivos del Internet de las Cosas (IoT)
Los dispositivos del Internet de las Cosas (IoT, por sus siglas en inglés) sensores, RSE (Road Side equipment, por sus siglas en inglés) variados como antes, gateways, cámaras o sistemas de comunicación GR – DRSC o a futuro el 5G interconectados. El IoT es el conjunto de objetos físicos que pueden recibir y transferir datos a través de redes inalámbricas de comunicación sin intervención humana. Estas comunicaciones se realizan en múltiples sentidos: entre dispositivos, desde la infraestructura, desde estos a la nube o cloud donde se gestiona toda la información o hacia los vehículos.
Sistemas de información al conductor
Las comunicaciones en una carretera inteligente también tienen como receptores a los usuarios o conductores que cuentan con sensores instalados en sus vehículos o a través del uso de Apps. Así, la conexión carretera-vehículo permite la transmisión de datos relativos a la velocidad recomendada en cada tramo, alertas de tráfico, alertas para prevenir incidentes, las condiciones del asfalto, previsiones meteorológicas y rutas alternativas cuando hay cortes.
Estos datos se suman a los que facilitan los propios vehículos en los paneles de control interior sobre la autonomía del automóvil o el estado de los neumáticos, que son algunos de los que están integrados, dependiendo de la marca y modelo.
Toda esta conexión pone en relevancia el concepto de coche conectado vs coche autónomo y como veremos estos autos ampliamente extendidos antes de la llegada del coche totalmente autónomo.
Este tipo de tecnología, como la anterior, está dirigida a la mejora de la movilidad inteligente y no se centra en cuestiones de sostenibilidad o medio ambiente.
Sistemas de gestión del tráfico
Las carreteras inteligentes también tienen integrados sistemas de gestión del tráfico mediante el uso de sensores y otros dispositivos para la toma de decisiones informadas con datos en tiempo real.
En este punto se enmarcan sistemas que ayudan a gestionar la cantidad de tráfico, los carriles necesarios para garantizar la fluidez de la circulación, los semáforos y la detección de momentos en los que hay que descongestionar el tráfico en tramos determinados.
Sistemas de energías renovables
Las carreteras inteligentes se basan en sistemas de energías renovables, por lo que se trata de sus funcionalidades orientadas a mejorar la movilidad sostenible. Este es un punto en el que el objetivo final es reducir la cantidad de gases contaminantes para paliar los efectos del cambio climático.
Estas vías pueden incorporar tecnologías como paneles fotovoltaicos o turbinas eólicas, de modo que generan energía para el correcto funcionamiento de la infraestructura de las carreteras. Con esto se consigue una gestión eficiente de la energía y también reducir el impacto ambiental de las carreteras.
Cómo mejoran la movilidad sostenible
Las tecnologías que antes explicamos, nos permiten hablar ahora sobre cómo estas carreteras permiten la reducción de emisiones contaminantes, la mejora de la seguridad vial o la gestión eficiente del tráfico.
La primera consecuencia positiva de las tecnologías de las carreteras inteligentes es la emisión de menos gases de efecto invernadero como el CO2. Lo que es posible gracias a esa gestión del número de autos que circulan por las carreteras y la descongestión de los tramos cuando es necesario. Además de por el uso de los sistemas de generación de energía renovable solar y eólica.
La seguridad vial es uno de los focos donde apuntan las políticas gubernamentales cuando hablamos de la circulación por carretera. El objetivo es claro: reducir al máximo la tasa de accidentes y las muertes en las carreteras.
Para lograrlo, las carreteras inteligentes son una de las estrategias que se llevan a cabo porque la gestión y transmisión de datos en tiempo real permiten informar de la velocidad recomendada o avisar en tiempo real de eventos de tráfico que pudieran generar situaciones de riesgo para los conductores con el uso de la Inteligencia Artificial y el análisis de múltiples fuentes de datos tanto de la infraestructura como fuentes de datos abiertos.
Las carreteras inteligentes permiten a las administraciones responsables una gestión más eficiente del tráfico, con una movilidad más fluida. Lo que repercute en la seguridad de los conductores advirtiéndoles de zonas donde hay mucho tráfico para que puedan buscar rutas alternativas, como se ha dicho antes y por citar una aplicación práctica.