Platicando sobre el transporte, me sorprende que cuando escucho hablar a un empresario o servidor público que tienen que ver con el STPUP, lo común es que no mencionen, ni siquiera, la palabra “PASAJERO”.
El STPUP es solo una parte de un sistema de MOVILIDAD. Éste a su vez solo es parte de una configuración urbana que actualmente llamamos “Ciudad”, donde la otra parte fundamental es el USO DEL SUELO.
Con lo anterior, comentó que una Ciudad se define por DONDE SE ENCUENTRAN (USO DEL SUELO) sus habitantes en el transcurso del día y COMO SE MUEVEN (MOVILIDAD) de un lugar a otro en diferentes horarios.
La MOVILIDAD presenta las siguientes preguntas: ¿Quién se mueve?, ¿Por qué se mueve?, ¿Cuándo se mueve?, ¿Por cual medio se mueve?, ¿Qué tan frecuente se mueve?, ¿Es constante su forma de moverse?, ¿Es razonable en su forma y su costo el moverse? Estoy seguro que las respuestas correctas a estas preguntas, serían fácil de contestarlas si nos detuviéramos a ver lo que tienen en común. Y es en eso en lo que nos debemos cuestionar.
¡En todas, el sujeto a tomar en cuenta es el PASAJERO! Y si eso es así, ¿por qué sistemáticamente lo ignoramos? Si eso es así ¿por qué NO existen INDICADORES que de manera constante nos informen si lo que estamos generando es el resultado que llena las necesidades del pasajero.
Pero ¿No será que incluir al PASAJERO en la narrativa, nos causa conflictos? Y si así fuera ¿Cuáles serían esos conflictos, a los que tanto miedo se les tiene solucionar? ¿Por qué el gobernante en turno NO puede resolverlos?, ¿Por qué el concesionario u operador público NO puede ofrecerlos? O simplemente: ¿No escuchan al PASAJERO cotidiano?
Lo más grave, es que en realidad no se ha considerado valioso investigarlo. Al fin y al cabo “el PASAJERO se adapta a lo que se le ponga enfrente” y no sabemos sus necesidades reales. La situación es muy poco investigada. La prueba está que si bien hay saturación en el uso del servicio como se oferta actualmente, hay aún más saturación en las calles por quien optó en solucionar por su cuenta su requerimiento de movilidad y adquirió un auto o una motocicleta. El resultado es tráfico saturado en horas pico.
Y con esto inicia de nuevo el ciclo: ¿Para quién es importante el automovilista? Lo primero que escucho es: “el PASAJERO que abandona el STPUP es porque se niega a usarlo y prefiere una solución más digna y segura de acuerdo a sus posibilidades”.
Pero como sucede regularmente, hablamos que se invierte poco en mejorar el STPUP y se gasta mucho en calles para los automóviles. Sin reparar que la infraestructura que ambos usan son las mismas. Es un hecho que un PASAJERO por lo regular requiere una fracción (1/30) de la infraestructura que requiere un automóvil y esa infraestructura es la diferencia fundamental entre uno y otro. Pero utiliza impuestos, que ponemos todos y el gobierno solo los gasta.
Vemos como la ciudad sigue dispersándose y de inmediato pensamos en que es indispensable fortalecer el STPUP para que el asalariado pueda llegar desde su casa nueva en la periferia de la ciudad hasta su lugar actual de trabajo, a 16 kms de distancia. Pero no tomamos en cuenta que prefiere abandonar esa vivienda y busca un cuarto cercano al trabajo donde por menos costo pueda sobrevivir.
En ese caso ya no es el costo del pasaje en el STPUP, es el tiempo fuera de casa de los PASAJEROS por tránsitos más lentos y distantes, la falta de servicios locales para la familia como escuelas, mercados, médicos, etc… además de la cercanía para seguir en contacto con sus familiares.
De pronto una gran empresa se asienta a varios kilómetros de la ciudad y espera en principio acercar al personal con servicio privado de transporte. Al paso del tiempo, dicha empresa o el gobierno, habilitan servicios públicos de calidad en su periferia y resulta con ello que el suelo cercano se usa para hacer vivienda de alto precio. Como consecuencia el personal de la empresa no puede acceder a dicha oferta, por lo que quien labora en esa gran empresa tendrá que venir cada vez de mayor distancia.
Por ello, sobre la vía en que se asienta compiten por su uso: la empresa, los empleados de la empresa y las prósperas colonias; que aprovechan la infraestructura inicial que el estado otorga a la empresa. Resultado: YA NO AJUSTA PARA TODOS.
Pero hasta aquí vemos una dinámica que no es ajena a ninguna autoridad. En todo el país las ciudades se han construido en el mejor de los casos en tramos de tiempo no mayores a tres años y; lo que es peor, siguiendo la voluntad de quien desarrolla su tierra y como le parece rentable hacerlo. Dando como resultado unas verdaderas moles urbanas.
Pero ya en este punto, valdría la pena invertir tiempo y esfuerzo en trabajar con el PASAJERO, para saber que lo llevaría a usar el STPUP, ya que si nos damos cuenta, la única alternativa que lleva a que disminuya el número de autos en circulación, es el aumento sustancial de la CALIDAD del STPUP, con una tarifa accesible.
Y aquí abro una puntual aclaración: la CALIDAD es un atributo que lo define exclusivamente el cliente, en este caso el PASAJERO, es el único que vota por él y elige todos los días usar el STPUP.
El STPUP es el servicio público con el que el ciudadano; cuando lo usa y/o cuando no, tiene más contacto. Cuando lo usa, como PASAJERO, porque le permite trasladarse. Cuando NO lo usa porque le libera espacio en las vialidades y circula mejor en su automóvil.
Hay un tercer usuario que es silencioso. Pocas veces participa, pero es sumamente afectado por el STPUP. Me refiero al propietario de inmuebles; del que hablaremos en otra ocasión. Solo menciono que si su inmueble está en una vía y esta es rápida, adquiere valor y rentabilidad, ya que esto es resultado de que es fácil para muchas personas acceder a él y ello se traduce en negocios prósperos. Curioso, pero “acercar” al cliente es importante y ello es un efecto de la buena circulación, y esta es consecuencia de un buen STPUP.
CONCLUSIÓN
Si invertimos esfuerzos y recursos en conocer al PASAJERO, es probable que mejoremos la movilidad del CIUDADANO.