De cachito en cachito - Pasajero7

De cachito en cachito

transporte

A finales del siglo XIX la red ferroviaria en México inició su expansión para alcanzar en poco más de veinte años una extensión cercana a los 25 mil kilómetros. Esta red mostraba una visión y una planeación de cómo generar la comunicación y el desarrollo del país, bajo los esquemas y herramientas existentes en ese momento. La autoridad de entonces comprendía la necesidad de visualizar los objetivos a los que se debería llegar y la manera en que se tendría que hacer, bajo el concepto de planear e instrumentar de manera racional.

A cien años, las visiones de desarrollo del transporte, tanto federales como locales, se ven bajo una óptica de crecimiento de “cachito en cachito” o bien “de lo que pueda hacer en mí administración” y no bajo un planteamiento integral de desarrollo del transporte ferroviario. Así, se quiere apostar al desarrollo del ferrocarril de pasajeros construyendo líneas ferroviarias aisladas, sin mayor planteamiento a nivel local, regional o nacional.

Si bien es afortunada, necesaria y correcta la decisión federal de construir un ferrocarril que conecte la Ciudad de México con Toluca, se desconoce hacia donde seguirá extendiéndose esta línea para iniciar la formación de una red de transporte. Se presentan a la par opciones -nuevamente aisladas- para conectar la Ciudad de México con su nuevo aeropuerto. A su vez, se deja para mejores momentos la construcción de una línea férrea hacia Querétaro. Todo ello, visto de manera aislada y sin un documento que presente una visión clara de lo que serán los ferrocarriles en México en los próximos 20 o 30 años.

Cada una de estas opciones de crecimiento y visiones aisladas de diferentes administraciones, plantean diferentes tecnologías, que van desde BRTs hasta trenes de levitación magnética o de alta velocidad. Esta desconexión existente entre entes administrativos no les permite considerar cómo se van a conectar estas líneas; como van a interactuar, bajo la visión particular de cada uno de ellos de una planeación de “cachito en cachito”.

Así por ejemplo, ¿cuál es el sentido de conectar el nuevo aeropuerto de la Ciudad de México con Observatorio –donde llegará la línea férrea a Toluca- utilizando diferentes tecnologías? ¿Por qué no una misma línea y tecnología compatible que permita no solo conectar estos dos polos sino que pueda integrarse y prestar un traslado directo, de Toluca al nuevo aeropuerto? ¿Y por qué, no pensamos en que esta línea férrea de la ciudad de México al nuevo aeropuerto pudiera ser la salida lógica hacia Huehuetoca y Querétaro?  La razón es simple, nos gusta “planear” de cachito en cachito de tal forma que lo que “planee” lo realice mí administración. Queremos instrumentar, de ya, y olvidamos que instrumentar sin planear conduce al caos. No queda claro que es más fácil borrar una columna en un plano que quitar la misma de la obra ya levantada.

Un documento como el Plan Maestro del Metro 1997, señala y detalla cómo debe darse el crecimiento del Metro de una manera integral y con visión, pero éste es soslayado, desconocido, olvidado y con ello, nunca actualizado. Así, el corredor Insurgentes desde 1997 estaba planeado como la Línea 10 del Metro (Eulalia Guzmán – Cuicuilco) con una captación diaria para el 2020 de 578 mil usuarios.  Sin embargo, se instaló un BRT sobre ese corredor el cual hoy en día rebasa la demanda proyectada en 1997, con un servicio sobresaturado desde hace unos años y unos tiempos de recorrido que año con año se van incrementando. Una inversión que ha permitido dar una capacidad adecuada al corredor por tan solo 5 años. Un resultado y un ejemplo de la ansiedad de cada administración por inventar su pedacito de planeación de corta visión; de planeación cachito a cachito, amoldado a las necesidades y capacidades de cada administración en turno.