El auge de la bici y la movilidad activa en América Latina - Pasajero7

El auge de la bici y la movilidad activa en América Latina

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Al menos dos mil kilómetros de ciclovías existen en toda América Latina  y, en los últimos años, grandes urbes de la región, como Bogotá o Ciudad de México, han logrado promover el ciclismo urbano e incrementar el número de personas que usan la bicicleta para moverse por sus transitadas calles.

Estas ciudades han dejado aprendizajes que deben rescatarse respecto al desarrollo sostenible de las ciudades. Históricamente, la planificación y el diseño urbano de las ciudades se han centrado en los vehículos motorizados, lo cual ha tenido fuertes impactos negativos en la calidad del aire, las lesiones y muertes por siniestros viales, entre otros.

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En contraste, la movilidad activa -aquella forma de desplazamiento que requiere de la energía humana- supera a todas las demás formas de transporte cuando se trata de resultados positivos a nivel social, económico y ambiental.

Un estudio de la GIZ realizado el año pasado reveló que los gastos en proyectos de transporte activo son menores a los de otra infraestructura cuando se comparan por pasajeros servidos o extensión. Esto se debe a que las redes que les dan soporte a la bicicleta, como ciclovías, aceras y parques lineales, sirven con frecuencia a un mayor número de personas y son más costo-eficientes.

La bici para un crecimiento más verde, inclusivo y resiliente en América Latina

De acuerdo al estudio mencionado con anterioridad, el rediseño y la recuperación de las vías y el espacio público es crucial para que la movilidad activa sea más segura, cómoda y atractiva. La implementación de ciclovías y la habilitación de vías peatonales son solo dos ejemplos especialmente relevantes en la recuperación social y económica posterior a la pandemia.

Por ejemplo, el Análisis de Costo Beneficio Social del Plan Bici que el Banco Mundial preparó para Lima en Perú revela que de implementarse, por cada dólar invertido las ciudades tendrían un retorno 19 veces superior en relación con sus costos directos e indirectos.

Otra medida fundamental es la integración de la infraestructura y la planificación urbana que privilegia la proximidad y accesibilidad a bienes, servicios y equipamientos. Ello requiere de un cambio en el enfoque actual de la inversión pública.

Priorizar el transporte público sustentable y la movilidad activa es apostar por alternativas menos contaminantes y más eficientes en flujo de pasajeros, además de ser una manera mucho más popular de trasladarse. Así lo demuestra un ejercicio participativo en Bogotá con más de siete mil ciudadanos, ciudad donde más de la quinta parte de los viajes son a pie y uno de cada diez, en bicicleta.

Ciudad de México es otro ejemplo de una urbe que ha apostado por esta transformación. La megaciudad inició una política explícita de promoción de la bicicleta como medio de transporte desde finales del siglo XX. Esto incluyó la construcción de más de 400 kilómetros de ciclo-infraestructura, entidades de gobierno a cargo del transporte activo, estacionamientos públicos para bicicletas gratuitos, legislación para proteger a ciclistas, entre otras medidas.

Mucho por implementar en materia de movilidad activa

La región aún puede explotar mucho más el potencial de “la bici” como un medio de transporte accesible, seguro y eficiente que contribuye al desarrollo sostenible.

El Banco Mundial y el fondo de cooperación South South Facility impulsan, “Latinoamérica Pedalea” (LAP), una comunidad de cooperación intersectorial para impulsar la movilidad en bicicleta de manera incluyente, multicultural, universal e integrada en las ciudades de América Latina.

Esta iniciativa promueve el intercambio de experiencias y conocimientos entre ciudades latinoamericanas que ya son referentes globales en movilidad activa como Ciudad de México y Bogotá; y otras ciudades que vienen trabajando en esa dirección, como Quito, Lima, Cusco, La Paz y Santa Cruz de la Sierra.

La nueva comunidad es un espacio que busca identificar ejemplos de cooperación multisectorial para el desarrollo de políticas bici-amigables, estrategias de financiamiento, y proyectos de planificación y diseño; así como aumentar el consenso y la consciencia entre organizaciones empresariales sobre el impacto positivo en el comercio de una ciudad bici-amigable; y ofrecer herramientas para presentar beneficios de la movilidad en bicicleta a través de discusiones y experiencias con periodistas.

Durante los meses de abril y mayo, la comunidad realizó su primer encuentro de intercambio en Ciudad de México y Bogotá. Representantes de entidades públicas, sector privado, medios de comunicación y sociedad civil de las siete ciudades arriba señaladas compartieron conocimientos y experiencias sobre movilidad en bicicleta, conocieron proyectos que desde cada ciudad se han impulsado para promover los viajes en bicicleta, y personalidades que han colaborado para implementar proyectos ciclo-incluyentes.

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